Enlace Judío – En mis múltiples trayectos como funcionario internacional fui reiterado testigo de ásperos encuentros entre policías e inocentes ciudadanos.

Por ejemplo, los aviones que bombardearon la residencia presidencial de Allende cuando transitaba las calles de Santiago renacen sin treguas en mi memoria.

También los sangrientos choques entre salvadoreños y hondureños que ocurrieron hace ya más de medio siglo. Y, en fin, el silbido de balas en no pocos intercambios bélicos en el interior y en las fronteras de Israel.

Confieso sin embargo que el franco diálogo entre Avijai Mandelblit e Ilana Dayan transmitido el pasado jueves por un canal televisivo me estremeció por encima de aquellos incidentes. Me condujo a pensar que la ingrata perspectiva de una escalada de agresiones entre diversos sectores de la ciudadanía israelí se perfila hoy imparable.

Fue un franco y espinoso diálogo que se une a apagones en las casas a una hora convenida, a reiteradas manifestaciones en las calles, y a las protestas escritas de oficiales y modestos soldados de ambos géneros que arriesgaron sus vidas y conocieron amigos muertos en múltiples combates.

Oscuras señales de una difundida inquietud sin paralelo en este mi país.

Y en estas circunstancias anticipo tres escenarios.

Uno de ellos indica la multiplicación de públicas manifestaciones y violentos choques en las calles cercanas a la Knéset cuando esta reanimará sus actividades en el curso de la próxima semana. Los medios ya la anuncian y comentan. Y la policía jerosolimitana, sermoneada reiteradamente por Itamar Ben Gvir por el sensato equilibrio que hasta aquí habría revelado, las reprimirá convirtiendo en franca ilusión a las libertades que hoy gozamos.

El segundo escenario ya mereció la atención de los servicios extranjeros de espionaje, y del actual jefe de la CIA en particular, indica la irrupción de una Tercera Intifada en las próximas semanas.

Alude a la violencia que en rigor es un espectáculo cotidiano en la franja occidental del Jordán y multiplica el número de víctimas. Sin embargo, anticipo que en los venideros días del Ramadán con sus oraciones y prácticas alimenticias se gestarán escenarios que habrán de acentuarla.

Y anticipo, en fin, un tercer viraje considerablemente más grave y decisivo: la violenta reacción por parte de Irán a las agresiones que habría conocido en los últimos meses. Escenario que ya fue previsto, incluso deseado, hace ya varios meses por una figura que hoy forma parte del gabinete.

De verificarse, la actual fisonomía del Medio Oriente cambiará radicalmente sin frenar, antes al contrario, las oblicuas intenciones que hoy presiden a Netanyahu-Levin.

Confieso: nunca antes conocí la inquietud que hoy me abruma.

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