Enlace Judío- Dentro del acervo del Rijksmuseum en Amsterdam se encuentra una pintura con un título sugerente y una historia poco conocida. La novia judía es una pintura del reconocido artista Rembrandt Harmenszoon van Rijn, quien fue un pintor y grabador neerlandés del periodo que hoy denominamos como barroco.

Rembrandt es uno de los mayores exponentes en la historia del Arte. Su vida está llena de historias trágicas como la muerte de su primera esposa y la relación que tuvo con su hijo.

Pero quizá lo que más llama la atención es su mente abierta y libre de prejuicios, ahondemos en esto.

A lo largo de la Edad Media, los pintores cristianos seguían una agenda política al momento de representar pictóricamente cualquier elemento de la vida judía. Dicha agenda fue establecida ideológicamente por Agustín de Hipona en el siglo V de nuestra era bajo el concepto de Hebráica Veritas.

Este concepto establecía que las comunidades judías debían de mantenerse porque ellas eran las representantes vivas de la existencia del pueblo de Jesús y, al mismo tiempo, la sabiduría de dichas comunidades podría ayudar a la interpretación del Antiguo Testamento.

Sin embargo, las políticas religiosas de Agustín de Hipona no establecían el buen trato; por el contrario, las poblaciones judías debían de ser controladas, relegadas y oprimidas. En este contexto se desarrolló una manera peculiar de representar a los judíos en el arte cristiano medieval.

Así nació una estética anti judía que ha sido estudiada por varios investigadores

Dicha plástica se extendió por el dibujo, la escultura, el arte de los vitrales y los grabados.

Son múltiples los casos en los que se mostró a los judíos como asesinos de Jesús, con grandes narices y orejas puntiagudas, con ropajes extravagantes y con actitudes poco correctas.

Es en este momento donde surgieron los estereotipos peyorativos hacia los judíos en Europa.

La escena de la profanación de la hostia por los judíos que se encuentra en uno de los vitrales de la catedral de Bruselas es un ejemplo importante. O que decir de la Judensau, imagen repetida en grabados y esculturas que muestra a un grupo de judíos que se amamantan de un jabalí o cerdo grotesco.

Una escultura de la alegoría de la sinagoga que se representa como una mujer con los ojos velados en la catedral de Notre Dame de París o la gárgola monstruosa que representa a un judío mitad hombre y mitad animal, también en la misma catedral.

Esa fue la cotidianidad en la representación de los judíos desde la perspectiva cristiana durante la Edad Media y los inicios de la Era Moderna.

Rembrandt Van Rijn, Autorretrato, Rijksmuseum, Ámsterdam, 1659, Imagen deGoogle Art Project
Rembrandt Van Rijn, Autorretrato, Rijksmuseum, Ámsterdam, 1659, Imagen de
Google Art Project

Sin embargo Rembrandt cambió por completo la representación de los judíos y con ello ofreció una nueva perspectiva.

Por muchos de los lectores es conocido que Rembrandt vivió en el barrio judío de Amsterdam.

Las razones de esta situación no se conocen con exactitud. Según varios biógrafos del artista, se propone que Rembrandt rentó esa propiedad por un precio que convenía al presupuesto del artista. Otra línea historiográfica establece que la casa se encontraba en un barrio cristiano y después del crecimiento del barrio judío, la propiedad en cuestión quedó dentro de la judería.

Sea cual fuere la razón, Rembrandt vivió en la judería acompañado de su segunda esposa llamada Saskia, la cual aparece en una gran parte de las obras del pintor. Por las fechas en las que Rembrandt habitó esa propiedad, sabemos que coincidió con grandes figuras como el gran rabino Mortera, líder religioso de la yeshiva Keter Torá, lugar donde estudió Baruj Spinoza.

Al momento de ver el contexto histórico nos damos cuenta que Spinoza y Rembrandt coincidieron en el tiempo y en el espacio.

Y seguramente esta edad dorada de la comunidad sefaradí-portuguesa-holandesa fue la que generó una vida llena de escenas que el pintor deseó plasmar.

Rembrandt fue entonces el primer artista que plasmó la vida cotidiana de la comunidad judía en la que vivía

Los retratos de los hombres, mujeres y niños revelan la humanidad y tranquilidad del día a día. Rembrandt rechazó la tradición pictórica cristiana de mostrar a los judíos como alegorías de la maldad, caricaturizados y sin dignidad.

Por el contrario, retrató a los ancianos platicando, a las mujeres rezando y a los niños jugando. Hoy sabemos que varios de los retratos que se encuentran en sus libros de bocetos, fueron la base para pinturas posteriores de temáticas bíblicas del Antiguo Testamento.

Es decir, Rembrandt no solo dignificó al pueblo judío en sus pinturas cotidianas, sino que utilizó los rostros y cuerpos de esas personas para dar forma a un Abraham, Moisés o Judith.

La novia judía

Una de las obras más significativas es La novia judía, pintura que muestra a un hombre y una mujer con cierta cercanía. El título no es el original puesto que fue acuñado hacia el siglo XIX. Anteriormente se pensaba que la pintura mostraba a un padre que obsequiaba un collar a su hija en el día de su casamiento. Hoy en día esta propuesta ha sido rebasada y se piensa que se trata de una pareja bíblica.

Los especialistas aseguran que probablemente es la representación de Itzjak y Rivka o quizá Abraham y Sara o Boaz y Ruth. El consenso en general establece que se trata de una pintura con temática del Tanaj que muestra con dignidad a una pareja judía.

Ahora bien, la especialista y jefa de exposiciones del Museo Getty, Barbara Anderson habla de la novia judía en su texto titulado “La cochinilla en los textiles y la pintura en la modernidad temprana europea” que forma parte del catálogo de la exposición Rojo Mexicano, muestra centrada en exponer la importancia de la grana cochinilla como uno de los pigmentos fundamentales en el arte.

Anderson asegura que el vestido de La novia judía está logrado a partir de grana cochinilla mexicana.

¿Cómo llegó entonces la grana a tierras tan lejanas como Amsterdam?

Nopales con grana cochinilla. Imagen tomada de Wikicommons.
Nopales con grana cochinilla. Imagen tomada de Wikicommons.

La grana cochinilla fue un pigmento que revolucionó la pintura occidental; sirvió para teñir textiles y generar gradientes del rojo que no existían antes. El comerció de la grana cochinilla novohispana llegaba a puertos españoles, principalmente Sevilla, desde donde se exportaba a todos los reinos europeos. Anderson explica que Amsterdam era uno de esos puertos en los que llegaba tan preciado cargamento junto con la plata y el chocolate que también eran novohispanos.

La novia judía de Rembrandt tiene entonces una lectura contextual muy profunda.

Una obra de arte que cambia el estereotipo de la población judía y su interpretación desde la mirada cristiana. Por otro lado es una pintura que desde la perspectiva material, está compuesta por grana cochinilla mexicana.

La obra fue realizada entre 1665 y 1669, a tan solo veinte años después del gran auto de fe de 1649 en la Ciudad de México en donde murieron y fueron enjuiciados los miembros de la comunidad cripto judía novohispana como Tomás Treviño de Sobremonte y Leonor Nuñez.

Tomás Treviño fue un rico comerciante dueño de múltiples negocios entre los que se encontraba la exportación de plata y de grana.

De esta manera resulta interesante hacer estas relaciones históricas, conceptuales y artísticas en donde nos damos cuenta de que todo está más conectado de lo que pensamos.

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