Enlace Judío – Muy apreciada Sara,

Como ciudadano y observador de la presente realidad en nuestro país lamento las horas de nerviosa inquietud que le ocasionaron miles de manifestantes cuando decidió en recientes días reajustar su cabello en una celebrada y distinguida peluquería en Tel Aviv.

Un derecho sin disputa inapelable en la democracia que hasta aquí todos gozamos.

Juzgo que los gritos de las multitudes que colmaron en aquel momento las cercanas calles de la ciudad no admiten justificación o tolerancia algunas.

Tal vez reflejaban la turbadora inquietud que en estos días nos abruma. Sin embargo apenas acertaron a revelar en estas circunstancias las verdaderas dimensiones de una inquietante crisis nacional.

Al contrario, las empobrecieron.

Con estas reservas me permito, sin embargo, hacerle y hacerme algunas preguntas.

Debo suponer que usted bien sabe merced a íntimas pláticas con su esposo y a los titulares en periódicos y redes televisivas que en estas horas nuestro país parece alejarse de un necesario y justo equilibrio. Y la proliferación de expresiones físicas y verbales de violencia es una de sus expresiones.

En este inquieto escenario aparecen interrogantes como ¿hasta cuándo? ¿hasta dónde? a los que ni usted ni yo tenemos satisfactoria respuesta.

Sin embargo, me permito preguntarle con puntual respeto:

¿Por qué resolvió en estas inquietantes circunstancias embellecer su presencia en un caro salón localizado en el centro de Tel Aviv?

¿No habría sido más prudente solicitar este servicio en su propio hogar, ya sea en Jerusalén o ya en Cesárea?

¿Era para usted una necesidad irrefrenable? ¿Impostergable?

Y cuando la multitud se enteró de su personal decisión, ¿por qué no abandonó la peluquería sin inquietud alguna y sin invocar la ayuda de decenas de policías con membretes desiguales?

¿No amplió e inflamó su nerviosa actitud los desatinados gritos de las masas?

¿Y es aceptable el público costo de la atención que entonces bien mereció en la distinguida peluquería cuando signos de inestabilidad y filoso conflicto, interno y regional, nos abruman?

Ciertamente, atrevidas son mis preguntas. Confío sin embargo en su oceánica humildad y paciencia.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.