Enlace Judío – Una de las tradiciones más importantes de Pésaj es el seder que se hace en la noche; es básicamente lo que le da a la festividad su carácter especial. Es un rito en el cual se consumen ciertos alimentos, se cena y se lee la Hagadá. La idea es recordar y revivir la historia de la liberación de Egipto. De hecho, la mitzvá (mandato) más importante de la noche es narrar la historia. Ahora, como varias fuentes judías remarcan y como se hace claro con la Hagadá misma siempre hay formas de narrar un relato y la estructura que se escoge para hacerlo impacta en lo que decimos. En el siguiente análisis rab Jonathan Sacks Z’’L habla sobre dos formas distintas de narrar la historia de Pésaj y cómo cada una nos lleva a otra visión de la libertad y lo que implica ser libres; para esto se basa en los análisis de Rambam en la Mishné Torá. Retomaremos algunos de los puntos más importantes.

La dos historias

Lo primero que resalta el rabino es que la historia de Pésaj es una historia de esperanza; el paso de la desgracia a la plenitud, y así es como debemos empezar por narrarla. Sin embargo, pregunta la Mishná ¿cuál es la desgracia que estamos narrando?; y en la Guemará surgen dos respuestas aparentemente contradictorias. Para Rav (un talmudista) la desgracia radica en que nuestros antepasados fueron idolatras, mientras que para Shmuel (el segundo talmudista) la desgracia radica en la vivencia de la esclavitud.

Esta diferencia ha sido interpretada de muchas formas se habla de que uno habla de la libertad mental, mientras que otro de la libertad física; uno de la historia del pueblo judío y la historia de la humanidad a través de la Redención y otro de la historia que ocurrió particularmente en Egipto. Sin embargo, de entre todas las interpretaciones Maimónides (Rambam) nos dice que los dos hablan de lo mismo, pero desde un ángulo partícular cada uno. Los dos narran la misma historia pero uno desde la visión de D-os y el otro desde la visión del hombre.

El hombre y la libertad

Encontramos la obligación de narrar la historia de Pésaj en dos momentos distintos dentro de la Hagadá. La primera es para nosotros; estamos obligados a recordar la historia. La segunda es para nuestros hijos; estamos obligados a enseñarles a nuestros hijos la importancia de la libertad. La primera habla de la idolatría; la segunda de los milagros que D-os hizo. La primera habla del trabajo que debemos hacer, la segunda de la esperanza que tenemos en que D-os nos va a ayudar.

Rab Sacks remarca la importancia de nuestra participación en el mundo, basándose en Maimónides, nos muestra la belleza y la dificultad de buscar la libertad. Bajo sus palabras los milagros los hace D-os, D-os puede cambiar el orden natural de las cosas, pero la libertad sólo la podemos buscar nosotros. D-os no puede cambiar la naturaleza humana porque nos quitaría el único regalo que nos ha dado: nuestra propia voluntad. Construir una sociedad libre está en nosotros.

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío