Un acuerdo entre Polonia e Israel sobre la reanudación de los viajes escolares a los antiguos campos de exterminio nazis ha suscitando críticas por la inclusión de lugares recomendados que ofrecen una visión distorsionada del Holocausto, informó The Times of Israel.

Los críticos del acuerdo, redactado y firmado por los cancilleres de ambos países el mes pasado, afirman que ignora la complicidad polaca en el Holocausto y engrandece los esfuerzos de los polacos por salvar a los judíos.

El acuerdo aún debe ser ratificado por la Knéset y el Parlamento polaco. Los detalles del mismo fueron publicados este lunes en Haaretz.

Las críticas se refieren a una lista de 32 lugares recomendados en Polonia. La lista incluye lugares que conmemoran a las víctimas de la represión soviética, incluidos los polacos que mataron a judíos, así como dos importantes museos judíos, museos de historia polaca no relacionados con la Segunda Guerra Mundial y una sinagoga.

Yad Vashem señaló en un comunicado que la lista contiene “sitios problemáticos inapropiados para visitar en viajes educativos”.

Los defensores del acuerdo, o de partes del mismo, afirmaron que contiene avances pedagógicos y amplias opciones para evitar lugares controvertidos.

El acuerdo es un paso hacia la normalización de relaciones con Polonia tras el deterioro de los lazos en 2018, por la aprobación de una ley que prohíbe culpar a Polonia de los crímenes cometidos por la Alemania nazi. El entonces ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, calificó la ley de antisemita, desatando una disputa diplomática.

Israel suspendió el año pasado los viajes escolares a Polonia por desacuerdos sobre las medidas de seguridad, pero las controversias sobre el contenido también influyeron.

El nuevo acuerdo otorga a Polonia la responsabilidad de la seguridad de los viajes, en ausencia de información sobre riesgos para los israelíes en el país.

El líder de la oposición, Yair Lapid, criticó el acuerdo y dijo que la “rendición” de Israel a Polonia “es una vergüenza nacional”.

“Durante años, los polacos han intentado por todos los medios ocultar y negar el papel de muchos polacos en el exterminio [de judíos en el Holocausto], junto a aquellos Justos entre las Naciones que actuaron para salvar a los judíos… Es inaceptable que Israel se rinda ante los polacos. Como hijo de un sobreviviente del Holocausto, me avergüenzo del gobierno israelí por renunciar a su moral y sus principios”, escribió en un mensaje de Twitter.

El ministro de Educación, Yoav Kisch, dijo en respuesta que Lapid “fue responsable de destruir las relaciones con Polonia y ahora intenta hacer lo que mejor sabe: arruinar las relaciones internacionales”.

Kisch insistió que “no hay ningún cambio en los viajes escolares. Cualquier otra cosa son noticias falsas”.

Meir Bulka, activista israelí que promueve la preservación del patrimonio judío en Polonia y fundador del grupo J-nerations, fue citado diciendo que el acuerdo significa que ahora los padres israelíes “financiarán la propaganda polaca”.

El acuerdo describe los 32 lugares recomendados como “pertenecientes al Holocausto y otros crímenes de la Segunda Guerra Mundial“.

Los críticos afirman que esa definición equipara el Holocausto con otras atrocidades. Otros criticaron los destinos, incluido el Museo de Soldados Malditos y Prisioneros Políticos de la República Popular Polaca, que conmemora a las víctimas de la persecución comunista, incluidas las milicias involucradas en el asesinato de judíos.

Otro destino recomendado es el Museo de la Familia Ulma de Polacos que Salvaron a Judíos en la Segunda Guerra Mundial, así como el Museo Katyń, que conmemora a los soldados polacos asesinados por los soviéticos.

Havi Dreifuss, historiador de la Universidad de Tel Aviv y de Yad Vashem, explicó que la mayoría de los lugares en la lista “son dudosos y controvertidos”. Algunos “ignoran aspectos documentados de la participación de los polacos en el asesinato de judíos”, mientras que otros “glorifican a polacos involucrados hasta el cuello en el asesinato de judíos”.

Jan Grabowski, un influyente historiador polaco-canadiense, fue citado en el reporte diciendo que la lista parece “el sueño de un negacionista del Holocausto“.

Ambos se oponen específicamente a la inclusión del Museo de la Familia Ulma. Este museo “debería evitarse a toda costa”, dijo Grabowski. “Si hubiera un museo de la distorsión del Holocausto, sería este”.

Avi Mehl, diplomático israelí que ayudó a establecer relaciones con Polonia cuando se separó del bloque comunista en la década de 1980, restó importancia a la inclusión de lugares controvertidos en la lista recomendada.

“Es una lista larga y amplia con muchas opciones, como el excelente Museo POLIN. No hay necesidad de ir a lugares problemáticos”, dijo, y elogió la inclusión de una referencia a los encuentros entre jóvenes polacos e israelíes en el acuerdo.

Jonny Daniels, activista israelí, afirmó: “No debemos hacernos ilusiones: La parte polaca está invirtiendo enormes recursos financieros y diplomáticos para impulsar su narrativa, que tristemente a menudo distorsiona las verdades históricas”.

Sin embargo añadió: “Este acuerdo es un compromiso decente sobre el que construir. Da a la parte polaca un poder de decisión limitado sobre lo que ocurre en esos viajes, y no es un gran precio a pagar por reanudarlos, porque es crucial que se reanuden para que los jóvenes israelíes comprendan el Holocausto“.

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