El rabino Leo Dee, quien perdió a su esposa y dos hijas en el atentado del Valle del Jordán el mes pasado pidió reunirse con los familiares de los terroristas, informó The Times of Israel.

“Quiero reunirme con los padres y hermanos de los terroristas y hacerles dos preguntas: ¿Qué pensaban lograr con lo que hicieron y cuál es su visión del futuro, qué quieren para sus nietos?”. expresó Dee en una entrevista con la Radio del Ejército, horas después de la operación de las FDI en Nablus en la que los dos sospechosos fueron abatidos junto con un tercer hombre armado palestino, todos miembros del grupo terrorista Hamás.

Dee dijo al Canal 12 que él y su hija Tali se sienten “reconfortados” por la noticia de la muerte de los terroristas, ya que “suponían un peligro enorme”. Keren, su otra hija, no opinó lo mismo y afirmó que nada puede consolarla después de haber perdido a sus dos hermanas y a su madre. Sin embargo, dijo que le alegra saber que la donación de los órganos de su madre salvó vidas.

Leo Dee añadió que no culpa al pueblo palestino en su conjunto del asesinato de su esposa Lucy y sus hijas Maya y Rina. Señaló que recibió llamadas de muchos palestinos que condenaron el ataque, decían que los autores del ataque son inhumanos y creían que el tiroteo no representaba “la voluntad de Alá”.

“Me lo han dicho y les creo”, dijo Lee.

El servicio de seguridad Shin Bet, la Policía de Israel y las Fuerzas de Defensa de Israel señalaron en un comunicado que las tropas ingresaron a la Ciudad Vieja de Nablus para detener a Hassan Qatnani y Moaz al-Masri, los terroristas de Hamás que presuntamente llevaron a cabo el ataque mortal el 7 de abril.

Imágenes publicadas por medios palestinos mostraron a agentes encubiertos caminando por las calles de la ciudad, disfrazados de hombres y mujeres palestinos.

Miembros de la unidad antiterrorista de élite Yamam de la policía rodearon la vivienda donde se creía que se ocultaban los dos terroristas. Las fuerzas dispararon un misil lanzado desde el hombro, en una táctica conocida como “olla a presión”, para hacer salir a los sospechosos buscados.

Se produjeron enfrentamientos armados en torno a la vivienda, y los dos terroristas murieron junto con Ibrahim Jabr, el palestino que les ayudó a esconderse, según el comunicado conjunto.

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