El embajador de EE. UU. en Israel, Tom Nides, dijo que el gobierno de Joe Biden está trabajando para evitar que Israel “se descarrile” con la reforma judicial, informó The Times of Israel.

Hablando con The Wall Street Journal en una entrevista publicada el lunes antes de su salida del cargo esta semana, Nides dijo que cree que “los israelíes quieren que EE. UU. esté en sus asuntos. Con eso a veces viene un mínimo de precio, que se articula cuando pensamos que las cosas se están descarrilando”.

Nides dijo que le ha dicho a Netanyahu que “pise el freno, disminuya la velocidad” con la reforma judicial a fin de generar un amplio consenso para las medidas, y le advirtió que no “apresure las cosas que, en última instancia, podrían tener enormes implicaciones, al menos en cuanto a la percepción sobre lo que hace grande a Israel”.

EE. UU. ha expresado su alarma por los movimientos del gobierno de Netanyahu sobre la reforma judicial y otras actividades políticas, como la expansión de los asentamientos.

En su entrevista con The Wall Street Journal, Nides reflexionó sobre sus casi dos años como embajador en Israel, en representación de una administración que no impulsó las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos.

“No vine aquí para negociar una solución de dos Estados. Vine aquí para hacer cosas prácticas”, dijo Nides, y agregó que no recibirá un Premio Nobel de la Paz en los próximos siete días. “Pero creo que puedo mirar hacia atrás y decir que he hecho cosas que han hecho la vida un poco más fácil y mejor para el palestino promedio”.

Entre sus iniciativas, enumeró la extensión del horario de apertura del cruce de Allenby entre Judea y Samaria y Jordania para una mayor libertad de movimiento, y la expansión de la cobertura celular 4G a los palestinos en Gaza y Judea y Samaria, a quienes actualmente solo se les otorga 2G. y servicio 3G respectivamente. Este plan se ha movido lentamente y todavía está en proceso.

Nides también ha trabajado para obtener fondos de varios países árabes para la Red de Hospitales de Jerusalén Este que se comprometieron el año pasado.

EE. UU. anunció 100 millones de dólares de su propia financiación durante la visita de Biden y dijo que los Emiratos Árabes Unidos, Catar, Kuwait y Arabia Saudita igualarían esa suma con 25 millones de dólares cada uno. Desde entonces, solo los Emiratos han cumplido con su donación.

El embajador saliente también ha trabajado para poner en marcha una planta de energía en la ciudad de Jenin, en el norte de Judea y Samaria, después de años de preparación, y ha expresado su esperanza de que esté lista para proporcionar casi el 50 por ciento de la electricidad para los palestinos a finales del año.

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