Una pareja de cineastas mexicanos judíos, Esther y Aarón Cohen, ha emprendido una misión: rescatar y proteger la memoria de los hijos de sobrevivientes del Holocausto. Conversamos con ellos, en exclusiva.

¿Dónde comienza el silencio? ¿Dónde termina la guerra? La pareja llega puntual a la cita. Le lleva unos segundos encontrar el sitio perfecto: una pared lisa donde colocar la manta negra. Una silla y una cámara. No se necesita un set más complejo para dar inicio a la entrevista. Solo importan las palabras. Romper el silencio. Darle voz a quienes ya no la tienen.

El cuestionario es extenso. Un recorrido por la infancia de quien se aposta en la silla, medio perfil frente a la cámara y el pasado que resurge, poco a poco, a cada nueva pregunta. Los olores, los colores y los sonidos de una vida que se cree sepultada en la memoria.

Primero, la historia en bruto. ¿Dónde nació tu papá? ¿Su familia era religiosa? ¿Cómo sobrevivió? ¿Cuándo te diste cuenta de que eres el hijo de un sobreviviente del Holocausto?

La de hoy es una entrevista inusual. No se parece a las más de 100 que la pareja formada por Esther y Aarón Cohen han realizado hasta el momento. Primero, con el objetivo de filmar un documental sobre la llamada Segunda Generación, los hijos de los sobrevivientes del Holocausto, y luego, ya estrenada la película, con el de seguir robusteciendo un acervo cuya utilidad no todos comprenden.

Es inusual porque se trata de una doble entrevista. Una entrevista cruzada, si se quiere, en la que los papeles habrán de invertirse. Un par de horas después, quien se encuentra en la silla habrá de acicalarse, fumar un cigarro y recuperar el aliento robado por la memoria, que ha reflotado como un viejo buque hundido.

Ahora, los entrevistados son ellos, Esther y Aarón, cineastas independientes a quienes se les debe Paraíso en Auschwitz y Murmullos del silencio, un par de documentales que, sin apoyo institucional, han logrado exhibirse para un público de varios miles de personas, en 2016 y 2021, respectivamente.

“Son oximorones”, señala Esther Cohen. “O sea, son palabras que se contradicen. No puede haber sonido en el silencio…” y es difícil hacer encajar la imagen del paraíso en un infierno como Auschwitz, se infiere.

Pero, además, ambos documentales se caracterizan por su estructura narrativa: “están armados a base de los testimonios (…). Vas tejiendo la historia a través de las entrevistas”.

Murmullos del silencio

Y las historias que se cuentan en Murmullos del silencio, cinta que da pie al proyecto subsecuente que motiva esta entrevista, sorprenden por las similitudes evidenciadas en el discurso de los entrevistados, hijos de sobrevivientes que, como el reportero que entrevista ahora a la pareja, conocieron el horror de la Shoá solo a través de las palabras (o el silencio) de sus padres.

Delirio de persecución, incapacidad de dejar comida en el plato, deseos, conscientes o inconscientes, de rescatar, de salvar a los padres de un horror que, en teoría, había quedado en el pasado. Casas diferentes. Hogares marcados por el “olor a Shoá”.

“Hay constantes”, apunta Aarón. “La comida, la persecución, el silencio, las ganas de hacer un mundo mejor (…). De los 90 entrevistados, el 90% tienen una carrera. Eso es muy impresionante. Y quizá el 50, una maestría o un doctorado. Entonces, es gente que quiere luchar y salir adelante y trabajar, y también eso se los inculcaron sus padres”.

Pero por razones distintas al resto: “si te doy una carrera, si algún día vienen por ti o los persiguen, te pueden quitar tu casa, tu ropa, tu coche, tu libertad, pero lo que tienes acá (se toca la cabeza con el índice de la mano derecha), eso no te lo quita nadie.

La transmisión del trauma

Diversos especialistas en campos de estudio relacionados con la conciencia y el comportamiento han notado, desde hace décadas, cómo los efectos de la guerra, del trauma causado por la violencia, tienden a extenderse hacia la segunda generación, es decir, hacia los hijos de los sobrevivientes.

Esto ocurre pese a que, en una gran parte de los casos, los sobrevivientes originales se negaron a contar su historia, incluso a su propia familia. Esa “conspiración del silencio” fue insuficiente para que el horror del Holocausto quedara sepultado, junto al último de los muertos, en una fosa común.

En Murmullos del Silencio queda de manifiesto cómo el trauma se ha extendido en el tiempo. La cinta muestra los testimonios de quienes escucharon o descubrieron por su cuenta un pasado horrendo, de persecución, hambre y violencia incomprensible para quien ha crecido en un país más o menos pacífico.

Los testimonios de los hijos de sobrevivientes poseen un doble interés: por un lado, son una amplificación en el tiempo de las propias voces de sus padres, si bien tamizadas por quien no fue testigo directo de los hechos.

Por el otro, dan cuenta del efecto de la transmisión transgeneracional del trauma, un hecho que ocupa lo mismo a los psicólogos y psicoanalistas que a los sociólogos o a los defensores de la epigenética.

“El documental es una semblanza de lo que es la Segunda Generación a través de las 90 entrevistas armadas por medio del cuestionario”, explica Esther. “Entonces, tú puedes ir construyendo cuál es el comportamiento de la Segunda Generación y cuál es su sentimiento”.

Pero la cinta reúne otras voces: “lo que nosotros hicimos fue ir con diferentes especialistas, tanto historiadores como sociólogos, como psicólogos, como psicoanalistas que nos explicaran el fenómeno”.

La cinta se estrenó en pandemia. Hubo que encontrar sedes apropiadas para ello, como el Autocinema Coyote y, eventualmente, la Cineteca Nacional. Muchas otras puertas se le cerraron a los Cohen. Muchas instituciones son reacias a aceptar o a valorar en su justa dimensión el fenómeno de la Segunda Generación. Pero, según la pareja, otros lo recibieron con gran entusiasmo.

Una plataforma para acallar el silencio

Convencida del valor que entrañan los testimonios completos de los hijos de sobrevivientes, la pareja se dio entonces a la tarea de crear una plataforma online en la que cada una de las 90 entrevistas pudiera verse íntegramente.

Luego, los Cohen decidieron entrevistar aún a más miembros de la Segunda Generación. La idea es crear un acervo para que individuos e instituciones tengan acceso a las historias de quienes nacieron en este país solo por que sus padres lograron escapar al genocidio, de una u otra forma.

“Es es muy impactante la página porque tenemos historias de Alemania, de Polonia, de Grecia, de Rumanía, de Bulgaria, de Hungría…”, dice Aarón. “O sea, cada lugar fue diferente. Y entonces, te puedes empapar muchísimo de qué sucedió en cada país y cómo vivió cada persona la guerra”.

Esther agrega: “Lo valioso de esta página es que está armada de tal manera que tú puedes ver el documental, puedes ver el tráiler del documental y luego puedes ver todas las entrevistas. Y puedes ver las entrevistas clasificadas por segunda generación. (Además de entrevistas con) especialistas, y tenemos algunos sobrevivientes” que brindaron su testimonio también.

“Es una herramienta en la que puedes consultar muchas cosas. Por ejemplo, la trayectoria migratoria de cómo llegaron a México todas estas personas, qué trayectorias siguieron…”, apunta Esther. Y “la situación del antisemitismo de México de los treinta y los cuarenta”, amplía Aarón, y luego explica cómo podrá accederse a la plataforma:

“Lo que nosotros estamos haciendo es que estamos vendiendo membresías a las universidades, a las instituciones, a los institutos de psicoanálisis, de psicología, de logoterapia, para que ellos tengan acceso a esta plataforma y se la puedan dar a sus alumnos, a sus estudiantes, para que estudien el tema de la Segunda Generación, (para que) estudien la migración a México, (para que) estudien el antisemitismo en México en esa época”.

Con la membresía, los usuarios tendrán acceso al documental Murmullos del silencio, a todas las entrevistas íntegras y, de paso, podrán solicitar la proyección de la cinta y escuchar una plática con alguno de los personajes que da su testimonio en ella.

Según Aarón, “lo que nosotros queremos transmitirle a la gente es que la violencia no se queda ahí. Cualquier tipo de violencia afecta la persona de una gran manera, pero después afecta a sus hijos y afecta a sus nietos y quién sabe si a sus bisnietos”. En un país como México, que desde hace más de tres lustros se halla inmerso en una gran espiral de violencia, el mensaje parece más que oportuno.

A partir de la publicación de esta nota, la página del proyecto permanecerá abierta a todo público, sin costo alguno durante 20 días. Después de ese plazo, los interesados en obtener acceso podrán comunicarse con Esther y Aarón Cohen por correo electrónico: [email protected]

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