Conocí a Víctor Braun hace un año.

Fanático del cine como yo, hubo una química inmediata entre nosotros.

Víctor ha dirigido varías películas, entre ellas Síndrome de Jerusalén, La Herencia y Ludwig que trata acerca de la vida espiritual de Beethoven.

“Fue después de este film cuando quedé atrapado por temas filosóficos y místicos. Cayó en mis manos el libro de David Mandel, El maestro de Cabalá, que me inspiró a escribir un guión para una película.

 

Pensé que sería interesante dirigir y producir un filme que abarque el tema de la cábala y una historia de amor de dos personas completamente opuestas”.

A pesar que en Tzfat se encuentran los orígenes de la cábala, hasta la fecha casi no se han hecho películas sobre este intrigante tema.

“Esta película, El maestro de Cábala, queremos filmarla en lugares donde vivieron grandes maestros de la cábala como son Tzfat (Safed) y Meron.

El tema de la cábala en estos últimos tiempos, se está difundiendo mucho en todo el mundo y creemos que esta película va a traer un poco de luz y respuestas a gente que busca un camino nuevo.

La película se va a realizar en hebreo, y será un drama de 90 minutos, tendrá algunos toques de humor, lo cual nos parece importante en estos tiempos en que Israel está pasando por una época de mucha incertidumbre y poca estabilidad.

Yo, Shulamit, confirmo mi convicción de que la base de una buena película es una buena historia.

Y no dudo que el tema de la Cábala lo sea. El primer mérito es pues atribuirle al creador literario, en este caso, David Mandel. Pero todos sabemos que convertir un libro en una buena película no es una tarea fácil. Y en ello reside el mérito de quien la adapta.

Para esta empresa hacía falta un creador. Mejor aún si este creador es un amante apasionado del cine. Víctor Braun, que es el director, el productor y el guionista, ha realizado el acto casi milagroso de trasladar al lenguaje propio del cine la obra literaria.

Estoy segura que el resultado irá más allá de una simple adaptación, de una adecuación de un género a otro.

He leído el guión y les aseguro que Braun ha tenido la virtud de extraer la esencia del Maestro de Cábala y hacer de ella el guión de una película.

Pero, teniendo ya la historia y su tratamiento cinematográfico, el reto más importante ahora será como siempre lo es, el director.

Víctor Braun no es un recién llegado al mundo del cine. En la difícil cinematografia israelí, Víctor Braun ha conseguido realizar varias películas. Películas que además han demostrado en un foro internacional tener calidad y una factura envidiable y sorprendente en el contexto del cine israelí.

El lenguaje cinematográfico tiene sus propios signos y su lenguaje propio que debe impactar al espectador dejándole la libertad de razonar y poder extraer sus conclusiones.

Personajes complejos, situaciones contradictorias y sobretodo indecisiones que brotan de una generación sin un rumbo claro. Estoy segura que la película será básicamente honesta y equilibrada.

La esperamos.

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