El gobierno de Israel dio luz verde a la extensión de la ayuda humanitaria a unos 14.000 refugiados ucranianos, después de que la asistencia expirara brevemente debido a un déficit presupuestario, informó The Times of Israel.

Una declaración del gobierno dijo que los más de 11,5 millones de dólares en ayuda se obtuvieron recortando el 0,06% de todos los presupuestos ministeriales para 2023.

La ayuda ampliará el seguro médico y las prestaciones de asistencia social de los refugiados hasta finales de año.

La semana pasada, el gobierno dijo que no había podido renovar la ayuda a los refugiados ucranianos debido a la falta de financiación, en respuesta a una petición de la Corte Suprema.

Esto se produjo después de que prometiera extender los beneficios después de un lapso de dos semanas.

Como parte de un acuerdo bilateral, los ucranianos sin visa pueden ingresar a Israel y visitarlo por hasta tres meses. Debido a la guerra en curso, Israel ha extendido las visas de refugiados no judíos después de que la Corte Suprema anulara un límite que limitaba su entrada.

Aquellos con raíces judías tienen derechos automáticos a convertirse en ciudadanos según la Ley del Retorno de Israel.

Ucrania, que ha criticado repetidamente a Israel durante la guerra por su trato a los visitantes ucranianos, elogió la aprobación del martes de los recortes presupuestarios para financiar los programas de ayuda.

“Apreciamos mucho la reciente decisión del gobierno de Israel de renovar el seguro médico y la asistencia social a los ucranianos, que actualmente permanecen en Israel debido a la guerra rusa contra Ucrania“, dijo la Embajada de Ucrania en Israel en un comunicado.

“Este gesto es una decisión que salva vidas en casos específicos y un signo de verdadera compasión y solidaridad con el pueblo ucraniano que se encuentra en los momentos más difíciles”, añadió.

A principios de este mes, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, y su embajador en Israel, Yevgen Korniychuk, amenazaron con cerrar las fronteras del país a los peregrinos israelíes que irán a Uman en Rosh Hashaná, en represalia por la deportación de turistas ucranianos por parte de Israel.

Jerusalén lo descartó como una amenaza infundada.

Ucrania también ha instado a Jerusalén a que le proporcione armamento defensivo durante la guerra, en particular capacidades de interceptación de misiles, pero hasta ahora Jerusalén se ha negado, ya que los líderes israelíes buscan evitar enemistarse demasiado con Rusia.

La vacilación parece estar relacionada en gran medida con la necesidad estratégica de Israel de mantener la libertad de operaciones en Siria, donde las fuerzas rusas controlan en gran medida el espacio aéreo.

Israel es uno de los pocos países que mantiene relaciones relativamente buenas tanto con Ucrania como con Rusia.

Sin embargo, Jerusalén ha estado trabajando con Ucrania en la introducción de sistemas avanzados de alerta temprana para alertar de ataques rusos entrantes como parte de un programa piloto que Kiev espera expandir eventualmente a todo el país.

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