Más de 50 eritreos sospechosos de estar involucrados en los disturbios del sábado en Tel Aviv fueron puestos en detención administrativa, informó Haaretz.

La Autoridad de Población, Inmigración y Fronteras (PIBA) interrogó a 53 sospechosos y los trasladó a la prisión de Givon en Ramle, donde permanecerán al menos cuatro días.

La policía retiró este martes su solicitud de extender la detención de los sospechosos. En cambio, informó a los tribunales que está en marcha un proceso administrativo regulado por la Ley de Entrada a Israel.

Durante el fin de semana, 52 sospechosos fueron arrestados en relación con los disturbios violentos. Se han iniciado procedimientos judiciales contra 46 de ellos. El lunes por la noche, la policía arrestó a un solicitante de asilo pro-régimen eritreo bajo sospecha de portar un arma de fuego sin licencia durante los enfrentamientos del sábado. Está previsto que comparezca ante el tribunal más tarde el martes para extender su detención.

La policía arrestó a otros siete el lunes por la noche bajo sospecha de organizar enfrentamientos adicionales. Entre los detenidos durante el fin de semana, aproximadamente 14 son partidarios del régimen eritreo, 20 son opositores y el resto no están afiliados.

Además de la detención administrativa, el primer ministro Benjamín Netanyahu confirmó el domingo que su gobierno busca deportar a los involucrados en los disturbios.

El diputado de Avodá, Gilad Kariv dijo que “a diferencia de Eritrea, el Estado de Israel no es un Estado policial. La detención sin juicio no es una herramienta legítima para encubrir la incompetencia de la policía, como se ve en sus fallas operativas y de inteligencia”.

Una fuente de la policía afirmó que el Estado no desea que los solicitantes de asilo con cargos relativamente menores tengan antecedentes penales, ya que esto podría obstaculizar sus posibilidades de salir de Israel para buscar asilo en otro país.

Según una fuente familiarizada con el proceso, “el objetivo es presionarlos para que abandonen el país por su propia voluntad”.

Los jueces del Tribunal de Primera Instancia de Tel Aviv criticaron la conducta policial, diciendo que la policía no proporciona suficientes pruebas ni presenta informes sobre los arrestos.

La detención de la mayoría de los sospechosos fue extendida cuando admitieron haber participado en los disturbios.

“Estoy consciente de los intentos de los abogados defensores de lograr la liberación de los infiltrados amotinados que llevaron la guerra a las calles de Tel Aviv“, dijo el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir en un comunicado. “Pero los abogados defensores públicos no fueron creados para esto, menos aún cuando el dinero proviene del contribuyente israelí”.

“Estoy contento de que hayamos logrado someter a la mayoría de los arrestados a detención administrativa y espero que en el tribunal donde se celebrará la audiencia también se tendrán en cuenta a los residentes de Tel Aviv y a los ciudadanos de Israel, que merecen vivir en paz en sus barrios”, añadió.

Al menos 157 personas resultaron heridas en los intensos disturbios del sábado contra un evento programado en la Embajada de Eritrea en Tel Aviv que conmemora el trigésimo aniversario del ascenso al poder del presidente autocrático Isaias Afwerki. Cuarenta y nueve heridos son oficiales de policía y el resto son eritreos. Diecinueve se encuentran en estado crítico. La policía respondió con fuego real y balas de goma.

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