(JTA) – Las tensiones políticas aumentaron entre Israel y España la semana pasada cuando los judíos españoles se vieron sacudidos por una serie de incidentes antisemitas delante de las sinagogas aparentemente relacionados con la guerra contra Hamás.

ORGE CASTELLANO

Ione Belarra, ministra interina de derechos sociales de España, llamó a “suspender urgentemente las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel” el miércoles, citando la respuesta de Israel en la Franja de Gaza al ataque de Hamás del 7 de octubre, que mató a unas 1.400 personas y desató la guerra.

Israel tomó represalias con ataques intensivos contra objetivos de Hamás antes de una esperada invasión terrestre que, según dice, tiene como objetivo destruir al grupo terrorista. El Ministerio de Salud de Gaza controlado por Hamás, cuyas afirmaciones no pueden ser verificadas de forma independiente, dice que el bombardeo israelí ha matado a miles de personas en Gaza.

“Pedimos a nuestro socio que, como Gobierno de España, llevemos a Netanyahu ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra”, dijo Belarra a principios de semana en un vídeo publicado en X, la plataforma anteriormente conocida como Twitter.

Sin dar nombres concretos, la embajada de Israel en Madrid pidió al presidente español, Pedro Sánchez, que condene las “vergonzosas declaraciones” de algunos miembros de su Gobierno que han optado por “alinearse con el terrorismo” de Hamás.

El comunicado añade que algunos miembros del gobierno han puesto en peligro “la seguridad de las comunidades judías en España, exponiéndolas al riesgo de un mayor número de incidentes y ataques antisemitas”.

Varias sinagogas españolas han sido afectadas por grafitis relacionados con la guerra. La principal sinagoga de Madrid, en el corazón del distrito de Chamberí, fue desfigurada con grafitis que decían “Palestina libre” junto a una estrella de David tachada al día siguiente de los ataques del 7 de octubre. También se roció “Palestina libre” en un barrio judío medieval de Cataluña, donde se encuentra Barcelona.

En Melilla, un pequeño enclave español ubicado en la costa norteafricana cerca de Marruecos, un grupo de manifestantes se reunió frente a una sinagoga gritando “Israel asesino” y “libertad para el pueblo musulmán” mientras quemaban una bandera israelí, lo que obligó a la policía a intervenir.

El Ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, convocó el lunes por la tarde a la embajadora de Israel en Madrid, Rodica Radian-Gordon, expresando el descontento de su gobierno por la declaración de la embajada de Israel. Albares calificó la declaración como un “gesto hostil”.

El ministerio de Albares también emitió un comunicado en respuesta, afirmando que “rechazan categóricamente las falsedades expresadas en el comunicado de la Embajada de Israel sobre algunos de sus miembros y no aceptan insinuaciones infundadas sobre ellos”.

“En cualquier caso, la posición del conjunto del Gobierno de España respecto a los atentados terroristas perpetrados por Hamás es clara: condena categórica, exigencia de la liberación inmediata e incondicional de los rehenes y reconocimiento del derecho de Israel a defenderse dentro de los límites establecido por el Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario”, continúa el comunicado.

A pesar de las declaraciones de Albares, Belarra, que forma parte del partido populista de izquierda Podemos, continuó condenando duramente las políticas de Israel durante toda la semana. Yolanda Díaz, segunda vicepresidenta en funciones y líder del partido de izquierda Sumar, dijo que el reconocimiento de un Estado palestino debería ser una de las primeras medidas de la próxima coalición política del país, que ningún partido ha logrado formado desde las elecciones de julio.

En un comunicado de condena de las protestas en Melilla, la Federación de Comunidades Judías de España escribió en un comunicado de prensa que también se habían encontrado pintadas antiisraelíes en el barrio judío de la ciudad medieval de Besalú, en la puerta de una sinagoga en Girona y en el exterior de la casa de una familia judía en Madrid.

Históricamente, Melilla ha sido conocida por su considerable población judía, y ha sido blanco de manifestantes en anteriores estallidos en Oriente Medio. Muchos de los residentes de Melilla, sin embargo, se han enorgullecido de una cultura de coexistencia cultural y religiosa pacífica entre judíos, musulmanes y cristianos durante más de iglo y medio.

El alcalde de Melilla, Juan José Imbroda, dijo que espera que la “convivencia ejemplar” de las diferentes culturas de la ciudad no se vea afectada por “conflictos externos”.

Ione Belarra del partido Podemos y el chef asturiano Jose Andres que critico duramente a la ministra de Derechos Sociales tras asegurar que Israel está cometiendo “crimenes de guerra” en la Franja de Gaza. “Usted no me representa noi a mi noi a España, usted no puede ser ministra, le dijo Andres en Onda Cero.

Las tasas de antisemitismo, aunque históricamente altas en España, han disminuido significativamente en los últimos años. Según un informe de 2023 de la Liga Antidifamación, España cuenta ahora con una de las tasas más bajas de incidentes antisemitas de Europa.

El presidente de Colombia también condenó duramente a Israel en línea la semana pasada y planteó la posibilidad de cortar completamente los lazos con Jerusalén.

De la traducción (c)Enlace Judío México
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