La organización de rescate y ayuda humanitaria CADENA se encuentra en Acapulco brindando ayuda a una población que lo ha perdido todo. Conversamos con uno de sus miembros para saber cómo lo hace y qué fue lo que encontró.

“La capacidad destructora de la naturaleza; cómo, en un segundo, en unas horas, puede quedar todo tan devastado. Cómo la gente, de un segundo a otro, se puede quedar sin absolutamente nada”, eso fue lo que más impresionó a Yosef Laniado, rescatista de CADENA, tras cuatro días en Acapulco.

La antigua joya turística de México que, tras el paso del huracán Otis, ha quedado en ruinas. CADENA se presentó en la zona de desastre con ayuda humanitaria: víveres y atención médica y psicológica, y aunque el equipo de Laniado está de vuelta en México, ha sido relevado por un segundo grupo de voluntarios porque, como dice Laniado, ayudar a Acapulco a resurgir de sus cenizas será un trabajo de largo plazo.

“También apoyamos en toda la parte de levantamiento de información de las comunidades más afectadas para poder realizar una coordinación a más largo plazo de ayuda humanitaria. En estos momentos ya justamente cambiamos y hicimos un relevo con otro equipo que vino desde México de CADENA, para que ellos ya puedan empezar con la parte de entrega de acopio y distribución a toda la gente afectada: despensas, kits de higiene, kits de limpieza…”

Sobre la situación que dejó el huracán en el estado sureño, Laniado describe: “Toda la costa de de Guerrero fue completamente destruida. Tanto las zonas residenciales como las comunidades, todo está completamente destruido. La gente no tiene donde estar. No tiene sus casas. Se les volaron las láminas. Muchas otras casas se destruyeron”.

En su desesperación por encontrar agua, comida e insumos básicos, la gente de Acapulco realizó un saqueo total de los comercios, grandes y pequeños. Nada pudieron hacer al respecto las autoridades federales ni las locales. El caos ha sido descrito como apocalíptico.

Ya lo anticipaba el camino de ida hacia Acapulco. “Había mucho bloqueo de parte de las de las fuerzas (de seguridad) y toda la gente quería acceder. Entonces, también había como mucha acumulación de carros.Nosotros nos fuimos por la (carretera) libre y tuvimos que regresarnos porque nos encontramos con un camino cerrado, un puente caído”.

Entonces, hicimos casi 15 horas para llegar. Pero, pues, ya llegando, la verdad es que todo está muy destruido. Entonces también las carreteras y los caminos poco a poco se van despejando y poco a poco, van cortando árboles y levantando postes para que pueda haber acceso”.

Laniado pudo constatar la presencia de la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa y la de Marina, además de la policía, los bomberos y otros equipos de rescatistas, quienes trabajan en la zona desde hace días.

Es en coordinación con dichas autoridades que CADENA hará entrega, “mano a mano”, de los suministros de ayuda que han estado llegando a los centros de acopio. Una labor que está lejos de haber concluido.

“CADENA, como tal. va a establecer operaciones de ayuda y de acopio a largo plazo. Acapulco, como tal, va a tardar mucho en reconstruirse, va a tardar mucho en recuperarse de este huracán y vamos a estar aquí ayudando y activando operaciones de ayuda humanitaria para hacer todo lo que podamos para darle (a la gente) alivio tanto material, en cuestión de despensas y comida y agua, pero también con apoyo médico y psicosocial para darle apoyo a todos”.

Los miembros de la organización también acudieron al rescate de cerca de 150 personas de la comunidad judía que se encontraban varadas en el puerto, sin posibilidad de volver por tierra o por aire.

“Lo que hicimos fue, el día jueves, mandamos camiones y fuimos casi casi edificio por edificio sacando gente que se había anotado en un formulario que habíamos hecho, de gente que no había contactado a sus familiares, para poderlos subir a los camiones y regresarlos”.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío