Enlace Judío – El clima frío y el invierno siempre tienen el potencial de causar nostalgia. Hay algo tan mágico y bello en el resguardarse con familiares o amigos que, en los últimos años, el ícono de la familia en comerciales casi siempre ha sido la nieve a través de la ventana. En la Ciudad de México no tenemos nieve, pero las vacaciones, la música, las luces en la calle y el ambiente en las plazas no puede sino causar un sentimiento de nostalgia. Sobretodo para aquellos que tenemos más de un país al cual querer y más de una cultura a la cual amar.

Hay veces que los inviernos son alegres y hay veces que la oscuridad de la noche nos recuerda la oscuridad de los abismos cuando los puentes se caen, o no se construyen. Cuando la división y el miedo se hacen presentes. Frente a esos días, algunas palabras de esperanza pueden más que un chocolate caliente o el abrazo del mejor amigo.

Noa Baum es una cuentacuentos israelí que se dedica a fortalecer lazos comunitarios y entre culturas a través de contar historias. Cuenta tanto leyendas como ficción o relatos reales, y su objetivo es crear unión. La siguiente historia es una bocanada de consuelo, para el que teme por la continuidad del pueblo judío, para el que se siente dividido o para el que simplemente quiere leer palabras bellas. Espero les guste.


La llama en el bosque


Historia

It is told that in every generation, there are times when hope threatens to leave this world. At such times it is said that the Baal Shem Tov, the great Jewish mystic, would go to a secret place in the forest, where he would light a special fire and say a prayer evoking the most sacred name of the divine, and the danger would be averted, and hope stayed alive.

In later times, when disaster threatened once again, his disciple the Maggid of Mezritch would go to that same place in the forest, but he would lift his eyes to the heavens and say, “Ribono Shel Olam, Master of the Universe, I do not know how to light that fire, but I can say the prayer. Please, let that be enough.”

And it was. And hope stayed in the world.

And still later, when his disciple Rabbi Moshe Leib of Sasov would face dangerous times, he would go to that same place in the forest and say, “Ribono Shel Olam, Master of the Universe, I do not know how to light the fire, nor do I remember the words of the prayer, but I found my way to this place. Please, let that be enough.”

And it was. Hope stayed alive. And many years later, when Rabbi Israel of Rizhyn came to lead the people, he would sit in his armchair with his head in his hands and say, “Ribono Shel Olam, we no longer know how to light the fire nor how to say the prayer. We cannot even find our way to that place, but we can still tell the story. Please, let that be enough.”

And it was. And it still is. For as long as stories are told, hope stays in this world.

Traducción

Se cuenta que en cada generación hay momentos en los que la esperanza amenaza con abandonar este mundo. En esos momentos se dice que el Baal Shem Tov, el gran místico judío, iba a un lugar secreto en el bosque, donde encendía un fuego especial y rezaba una oración evocando el nombre más sagrado de la divinidad, y el peligro se alejaba, y la esperanza seguía viva.

En épocas posteriores, cuando el desastre amenazaba de nuevo, su discípulo el Maggid de Mezritch iba a ese mismo lugar del bosque, pero levantaba los ojos al cielo y decía: “Ribono Shel Olam, Amo del Universo, no sé cómo encender ese fuego, pero puedo decir la oración. Por favor, que eso sea suficiente”.

Y lo fue. Y la esperanza permaneció en el mundo.

Y aún más tarde, cuando su discípulo el rabino Moshé Leib de Sasov se enfrentaba a tiempos peligrosos, iba a ese mismo lugar en el bosque y decía: “Ribono Shel Olam, Maestro del Universo, no sé cómo encender el fuego, ni recuerdo las palabras de la oración, pero he encontrado el camino hasta este lugar. Por favor, que eso sea suficiente”.

Y así fue. Y la esperanza permaneció en el mundo.

Y aún más tarde, cuando su discípulo el rabino Moshe Leib de Sasov se enfrentaba a tiempos peligrosos, iba a ese mismo lugar en el bosque y decía: “Ribono Shel Olam, Amo del Universo, no sé cómo encender el fuego, ni recuerdo las palabras de la oración, pero he encontrado el camino hasta este lugar. Por favor, que eso sea suficiente”.

Y lo fue. La esperanza se mantuvo viva. Y muchos años después, cuando el rabino Israel de Rizhyn venía a dirigir al pueblo, se sentaba en su sillón con la cabeza entre las manos y decía: “Ribono Shel Olam, ya no sabemos cómo encender el fuego ni cómo decir la oración. Ni siquiera podemos encontrar el camino a ese lugar, pero aún podemos contar la historia. Por favor, que eso sea suficiente”.

Y lo fue. Y lo sigue siendo. Mientras se cuenten historias, la esperanza permanecerá en este mundo.

Perspectiva

Ésta es una historia con una sabiduría y una fortaleza impresionantes. Podría mostrarse como el resumen de lo que pertenecer a la tradición judía implica. Las cosas que más amamos, que más alimento espiritual nos ofrecen difícilmente las podemos poner en palabras. Sin embargo, eso no implica que no estén presentes. La historia reconoce la importancia del desconocimiento en el aceptar nuestra realidad para poder ver la esperanza. En todos los casos la llama surge de lugares desconocidos; es la aceptación de lo desconocido lo que permite a los rabinos volverla a encender.

Además se plantea una continuidad entre un maestro y el siguiente. Cada uno olvida una parte, sin embargo, siguen yendo al bosque y siguen prendiendo la llama, cada uno a su forma. Es la imagen de todos nosotros cuando decidimos seguir haciendo las tradiciones, cuando prendemos velas, cuando decimos kidush o simplemente cantamos una canción en idish, prendemos la flama, cada quien desde su lugar.

Al mismo tiempo la historia comunica la idea de que se escucha a quien pide y clama. Los rabinos piden “espero que sea suficiente” y la llama siempre se enciende nuevamente. Es decir, al clamar reciben respuesta.