Lawfare Project (LP) anunció el jueves que presentó una denuncia contra el Distrito Escolar del Condado de Clark (CCSD) respecto a un incidente en marzo en el que a un niño judío autista de Las Vegas que entonces tenía 17 años le tallaron una esvástica en la piel de la espalda.

Lawfare Project es un grupo de expertos y un fondo de litigios con sede en Estados Unidos que tiene como objetivo proteger los derechos civiles y humanos de las comunidades proisraelíes, judías y de otro tipo en todo el mundo.

La denuncia alegaba que se violaron los derechos civiles estatales y federales de la víctima. Las abogadas Hillary Freeman de Freeman Law Offices, LLC y Lori Rogich de Rogich Law Firm, PLLC se unieron a la acción legal de Lawfare Project, afirmó el proyecto en una publicación del jueves en la plataforma de redes sociales Instagram.

 

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“Este horrible acto contra un estudiante judío indefenso es un claro recordatorio del profundamente arraigado problema del antisemitismo que persiste en nuestra sociedad”, dijo Ziporah Reich, directora de Litigios del Proyecto Lawfare. “Además, el hecho de que el Distrito Escolar del Condado de Clark no haya llevado a cabo una investigación adecuada sobre este incidente es evidencia de la apatía sistémica que existe hacia los judíos que son blanco de crímenes de odio”.

Aumento del antisemitismo en Las Vegas

Nevada, donde ocurrió el incidente, ha sido testigo de un torrente de ataques antisemitas en los últimos meses, afirmó la organización.

Cartel de bienvenida a Las Vegas

Respecto al incidente en sí, The Jerusalem Post señaló en abril que, según informes, el niño había regresado a casa después con la bolsa de equipo de su perro de servicio rota y una esvástica tallada en su espalda.

Posteriormente, el FBI abrió una investigación, pero Lawfare Project declaró que, hasta la fecha, “los perpetradores continúan prófugos”, un hecho que pone en peligro a todos los estudiantes, y particularmente a aquellos con discapacidades o que de otra manera no pueden defenderse por sí mismos, afirmó la organización.

“Existe un patrón atroz de conducta discriminatoria dentro del CCSD que ya no se puede tolerar”, añadió Hillary Freeman. “Es hora de que el CCSD dé un paso al frente y garantice que todos los estudiantes estén seguros y reciban igualdad de acceso a su educación”.

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