Está de moda criticar a Israel y acusarle de racismo y genocidio. Por ello, muchos grupos activistas que pretenden luchar “por los derechos humanos”, se han sumado a todo el combo de organizaciones o tendencias que han manifestado su abierto apoyo a los terroristas de Hamas. El caso más extremo es el ridículo que está protagonizando Sudáfrica en la Corte Internacional de La Haya.

Por eso, muchos se sentirán sorprendidos de saber que Martin Luther King, una de las figuras más representativas de las luchas por los derechos humanos, haya sido un gran amigo del pueblo judío, e incluso un sionista.

Irving Gatell nos cuenta ciertos detalles de su vida, su relación con el rabino Abraham Yehoshúa Heschel, y las profundas contradicciones en las que incurren los modernos pseudo-activistas que no atinan a diferenciar su propio pie izquierdo del derecho.

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