Estimados amigos,

Acercándonos a estas fechas, los pensamientos y sentimientos caminan de la mano, las palabras fluyen y se escriben por sí mismas.

NINA MEDREZ

Existe la comprensión de que nuevamente hay que enfrentarse a la memoria.

Las imágenes, los testigos y testimonios que se van escaseando y nos preguntamos, ¿que pasará cuando ya no estén?.. ¿quién cuidará esta flama del recuerdo?, ¿quién alimentará la historia con el “yo lo vi, yo lo viví, yo estuve ahí…”

Sabemos que este es nuestro compromiso, nuestra misión y obligación.

Sin embargo, este día me toma a mí en circunstancias muy distintas. A mí en lo personal, a mi país y a mi gente.

NUNCA JAMÁS, recibe una faceta diferente, una mirada y evaluación distinta, una realidad que sacude. Vemos la Shoá de repente, no a través de las imágenes que hablan, la tragedia de nuestro pueblo recibe un aspecto distinto.

Nuevamente nos quieren borrar del mapa, exterminarnos, nos cimbra la vivencia de hoy y aumenta nuestra conciencia de lo vivido entonces. No se minimiza, sino que se realiza en su máxima dimensión.

Horroriza ver que la humanidad sigue igual de ciega, incapaz de distinguir entre el bien y el mal.

El antisemitismo siguió latente, como puesto a fuego lento y se ha despertado con una fuerza desmedida.

Solamente pasaron 79 años en que el asesinato masivo a nuestro pueblo se llevaba a cabo sin cesar, de manera cruel y eficaz.

79 años en donde se pretendía borrar el rastro de todo judío, el rastro de su vida espiritual, como si nunca hubieran existido.

El mundo vió y calló.. como hoy…

En su visita a México hace algunos años, dijo la Dra. Edith Eger, sobreviviente de la Shoá: “Miren alrededor… en un minuto todo puede cambiar, en un minuto todo puede dejar de existir..

Yo, continúa ella, fui a mi clase de ballet en la ópera de Budapest contó, y cuando regresé a casa, se estaban llevando a mis padres, luego a mis hermanas y después a mí…

Los eventos del 7 de octubre me quitaron la inocencia, me abrieron los ojos, y entendí que nada cambió.

Las mismas voces, los mismos argumentos, la misma reacción.

Pensé que nunca volvería a ver a mis hermanos arrastrados, torturados, violados, quemados..

Creíamos vivir en un mundo más civilizado, más avanzado, más consciente.

Me persiguen las imágenes que hoy día se ven en tiempo real, nadie las puede negar y sin embargo seguimos siendo culpables.

Nuestra promesa a nuestros hermanos, víctimas de la Shoá, pelearemos por ustedes y por nosotros.

Le demostraremos al mundo, que ustedes nos enseñaron a salir del infierno más fuertes que nunca…. retoñaremos, construiremos y andaremos con la cabeza en alto.

Tenemos fe en Boré Olam.

Tenemos patria.

Tenemos ejército, que lleva en sus hombros 2000 años de nuestra historia.

Llevan la valentía de los macabim, el heroísmo de los combatientes de los campos y la convicción de que tenemos que defender lo nuestro para poder seguir existiendo, anhelando vivir en paz.

Para todas aquellas voces que gritan desde su ignorancia, desde su odio irracional, desde su propia frustración,

Les tengo un atento recado..

“Estuvimos, estamos y estaremos”

Am Israel Jai

La Prof. Nina Medrez es  Presidenta de Yad Vashem México

                          

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