Enlace Judío México e Israel – Con elocuencia y sentido del humor, Gabriel Ben-Tasgal habla de los desafíos que enfrenta Israel tras los atentados del 7 de octubre y la guerra contra Hamás, en una conferencia en las instalaciones de Ramat Shalom, en la Ciudad de México. 

 

 

“El pueblo de Israel demostró que es mucho más fuerte que el gobierno de Israel”, aseguró el conferencista y escritor israelí-argentino Gabriel Ben-Tasgal, el lunes 22 de enero, ante una audiencia que no hizo sino asentir a sus palabras, y que escuchó con estupefacción cómo el también director de Hatzad Hasheni predijo que la sociedad israelí apoyará una eventual guerra contra Hezbolah, una vez que el frente de Gaza haya sido conquistado.

“Israel le dio feriado a varios reservistas porque nos estamos preparando a algo mucho más grande. Perdón que sea pesimista, pero estoy convencido que la población de Israel ahora quiere terminar con las amenazas inmediatas que tiene al norte y al sur. Y estamos preparados. Creo que la población está mucho más preparada que el Gobierno”, opinó Ben-Tasgal.

Ben Tasgal dividió su conferencia en tres momentos: antes de los atentados, la guerra en sí y, finalmente, el futuro que vislumbra. Ofreció un amplio contexto de las razones que llevaron a Hamás a perpetrar el ataque del 7 de octubre, pero también de las circunstancias que se lo permitieron. Esbozó un panorama geopolítico, religioso y social de Medio Oriente y abordó temas como la crisis política interna que enfrentó Israel a raíz de las propuestas de reforma de Netanyahu al Poder Judicial.

“Esta guerra no está desconectada de todo lo que está ocurriendo en el Medio Oriente, dijo Ben-Tasgal

 

Las cuatro fuerzas políticas del Medio Oriente que hay que tener en cuenta

La primera: “Existen países chiitas, la chiía es el 15% del Islam y tiene un país que quiere promover el chiísmo a todo el mundo y que hoy domina Irán:, Irak, Siria, Líbano y una isla en Yemen, que son los hutíes. En el camino también quieren desarrollar capacidad nuclear y tienen mucho para poder desarrollar dicha capacidad. Y en América Latina son mucho más fuertes que los musulmanes sunitas.

“Se calcula, según la CIA, que hay alrededor de 10,000 chiítas con pasaporte venezolano, boliviano y de otros lugares, deambulando por nuestro continente. Pasando fronteras, cosa que para los servicios de inteligencia de América Latina es todo un desafío”.

Ben-Tasgal alertó también sobre la presencia de Hezbolá en América Latina, dijo que esta organización trafica con una droga “muy peligrosa y muy potente” llamada captagón. “Los terroristas que mataron a nuestras mujeres, niños y soldados estaban drogados con Captagon. Se llama la droga yihadista“, amplió, y agregó que esa organización lava dinero de los carteles de las drogas latinoamericanos por un valor de hasta mil 500 millones de dólares al año.

El segundo grupo al que se refirió Ben-Tasgal lo constituyen los países radicales islámicos “que no hacen terrorismo” pero lo financian. “Se llaman los países de la Hermandad Musulmana y son dos países: Turquía y Qatar.

“Qatar es tan influyente que no solamente pagó entre 25 a 30 millones de dólares por mes a Hamás, sino que pagó 4,700 millones de dólares desde el 11 de septiembre hasta hoy en donaciones en universidades norteamericanas. ¿Ustedes quieren ver por qué hay manifestaciones antisemitas en Harvard? Fíjense quién pagó las cuentas”.

Situó en un tercer grupo a las organizaciones islamistas que aspiran a la formación de un califato, como ISIS, Al Qaeda, Hezbolá y el propio Hamás.

El cuarto grupo son países sunitas no radicales con los que Israel está firmando la paz. Fíjense que yo no les dije ‘países sunitas, moderados’ y tampoco les dije ‘países sunitas, laicos (porque la laicidad no llegó al Medio Oriente. O sea que las manifestantes, aquí cerca, que dicen que quieren a Palestina libre, unida, democrática y laica están bajo los efectos del  captagón”, bromeó.

 

Los errores y los aciertos de Israel

Consecuente con un discurso que ha mantenido a lo largo de los años, Ben-Tasgal habló sobre lo que, a su juicio, representa un problema interno que, de alguna manera, incidió en que Israel no estuviera debidamente preparado para enfrentar los sucesos del 7 de octubre.

“Cuatro bastiones de poder en ese país son homogéneos y no representan a la diversidad cultural y política de un país que se caracteriza justamente por dicha diversidad: las cúpulas militares, la academia, las universidades y la prensa”.

“Esto es muy importante por varias razones. Si todos los militares creemos que Hamás está disuadido y que no nos va a atacar, cuando una chica de la frontera entre Israel y la Franja de Gaza te dice que se están moviendo de manera no normal y que están entrenándose para atacar y tú le pasas la información a tus generales, tus generales te dicen que no es importante porque contradice su creencia“.

“Israel incurrió en errores de concepción, como la supuesta disuasión de Hamás, provocada por el hecho de que Israel cuenta con una tecnología superior, o porque más de 20 mil gazatíes podían cruzar la frontera cada día para trabajar en Israel, por salarios muy superiores a los que podían obtener en Gaza”.

Finalmente, Ben-Tasgal señaló que Benjamín Netanyahu protagonizó el error definitivo al permitir que Catar financiara a Hamás.

La intención del primer ministro era mantener a Hamás débil pero no lo suficiente, en su creencia de que había que sostener la división equilibrada entre la Autoridad Palestina y la organización terrorista.

“O sea que ya les digo desde ahora: yo creo que cuando termine esta guerra, es muy probable que la población en Israel pida la renuncia del primer ministro israelí. Porque al fin y al cabo, él es el responsable supremo de lo que pasó. Por más que no sea el único responsable. Es probable también que toda la cúpula militar renuncie. Los que seguro no van a asumir su parte de la negligencia son la prensa israelí y la justicia Israelí.”

Pero no todos fueron errores. Para Ben-Tasgal, Israel acertó en su estrategia militar, una vez comenzado el conflicto que ya cumple cuatro meses. También elogió la consecución de una unidad nacional que respaldara al gobierno y al ejército en la guerra contra Hamás.

Respecto a los objetivos de Israel en esta conflagración, Ben-Tasgal resaltó el de liberar a los rehenes y sacar a Hamás del gobierno de la Franja. También aprovechó el foro para hablar de lo que no muchos hablan: los crímenes de guerra cometidos por la organización yihadista, entre los que mencionó el ataque a civiles israelíes, el uso de civiles gazatíes como escudos humanos, el disfrazar a combatientes como civiles y la utilización de instalaciones civiles con fines militares.

Ben-Tasgal volvió a criticar con dureza a la ONU y a la UNWRA, de la que dijo: “fue cómplice de Hamás”, aseveración que sustentó en el hecho de que dicha organización cuenta con unos 30,000 empleados, entre quienes se encuentran muchos miembros de Hamás. Agregó que la UNWRA ha ejercido, desde su creación, un presupuesto de entre 40 y 45 mil millones, con los cuales “le podían haber comprado a cada palestino una casa, un auto y un jardín”.

 

El antisemitismo, otra vez…

Al hablar de las consecuencias de la guerra contra Hamás, Ben-Tasgal reparó en el nuevo auge mundial de un viejo fantasma: el antisemitismo. Celebró el hecho de que en México, sede de su conferencia, las manifestaciones contra Israel y los judíos sean menos intensas que en otros países, aunque dijo que no necesariamente eso signifique que el antisemitismo aquí sea también menor.

“Esta guerra ha disparado cosas que nosotros pensábamos que estaban ocultas y que ya no eran relevantes, y eso nos crea mucha angustia. Principalmente ustedes, que se criaron con esa experiencia de la Shoá, en donde ser judío tenía sus peligros y nosotros pensábamos que ser judío moderno no era un peligro en absoluto. Y de pronto vemos que aquellos que fueron influidos por los nazis (…) intentan hacer con nosotros lo mismo que hicieron los nazis.

“Una aclaración: Hamás y los nazis no son iguales, claramente. Pero ¿por qué no son iguales? Principalmente porque los nazis tenían el objetivo de eliminar a los judíos de la faz de la tierra, incluso a los niños, y tenían la capacidad para hacerlo. Hamás quiere eliminar a los judíos de Israel —y algunos dicen de la diáspora también— pero no tiene la capacidad para hacerlo.

“Tuvieron la capacidad durante siete horas y fíjense lo que hicieron”.

Tres instigadores fundamentales

Ben-Tasgal señaló a “tres instigadores fundamentales” del odio contra Israel y los judíos. “Los medios de comunicación más anti-israelíes, que más demonizan a Israel son los españoles y algunos medios de comunicación en algunos países. Pero hay muchos medios de comunicación que no están hablando en contra de Israel, que llaman a Hamás ‘grupo terrorista’, que dicen que (Israel) tiene derecho a defenderse.

“Yo no estoy de acuerdo con la visión que dice que todos los medios de comunicación odian (a Israel) porque no es verdad. Hay medios de comunicación que hablan sobre el derecho de Israel y que están peleando la guerra, que es la guerra de Occidente. Pero hay medios de comunicación que evidentemente fomentan el antisemitismo. Lo veo, por ejemplo, en la BBC de Londres, lo vemos en Argentina, lo vemos en la televisión española.

Los otros instigadores, dijo, son buena parte de la comunidad musulmana europea y lo que denominó la “extrema izquierda”.

Tres teorías para explicar por qué la extrema izquierda demoniza a los judíos

La primera: estamos infectados en muchas universidades por el principio de la interseccionalidad, desarrollada en los años ’90, en Los Ángeles, por una mujer de color. Dice que tu identidad básica es una y tú eres principalmente algo. Tú eres principalmente judío. Tú eres principalmente hombre. Tú eres principalmente mujer.

La interseccionalidad lo que dice es que el mundo está dividido entre buenos y malos, entre perjudicados y perjudiciales. ¿Quiénes son los perjudicados siempre? Bueno, ‘todas las mujeres siempre son víctimas’, te van a decir ellos. Todos los grupos LGTB+ siempre son perjudicados. Todas las personas de color siempre son las perjudicadas. Todos los palestinos siempre son pobres. Y ¿quiénes son los malos de la película? Los blancos, los hombres, los ricos… Los judíos.

“Eso explica por qué grupos feministas no dijeron nada cuando violaron a judías, o bien, por qué grupos feministas se alían de forma automática con Irán. ¿Qué une a Irán con grupos LGTB? La interseccionalidad”.

La segunda teoría de Ben Tasgal de por qué la izquierda más radical repudia a Israel y, de cierta forma, a los judíos, tiene que ver con los valores que suelen conducir al pueblo judío y que se ven representados en el moderno Israel. “Nosotros vivimos un período de tiempo llamado la modernidad y la modernidad nos ha dado muchas alegrías”.

Un gobierno modernista de centroderecha va a hacer cambios en la estructura respetando lo que logramos como humanidad, pero haciendo correcciones para que haya más competitividad. Y un gobierno modernista de izquierda va a hacer cambios para que haya más justicia social pero (para) mantener la estructura de programas (…).

El posmodernista lo que quiere es destruir al sistema para implementar lo nuevo. Yo creo que (…) la sociedad mexicana es modernista. Boric, en Chile, es posmodernista. La sociedad en Chile es modernista. No lo van a dejar hacer lo que le gustaría hacer si pudiese. Entonces, ¿qué es la posmodernidad? La posmodernidad es la que a la caída del bloque soviético dice ‘Vamos a destruir el sistema porque no somos felices con este. Implementemos uno nuevo’.

“Los posmodernistas, o sea, la extrema izquierda, se unen de forma sistemática con los premodernistas, los que nos quieren hacer regresar a la Edad Media. ¿Contra quién? Contra la modernidad. Por lo tanto, la alianza entre premodernistas y posmodernistas es completamente lógica: ¿qué los une? El odio”.

La tercera razón, dijo Ben tasgal , es el odio a los valores occidentales como la democracia y el progreso. “Cuando nosotros revisamos quién representa los valores occidentales mejor que nadie, terminamos viendo a los judíos. Los judíos somos los valores clásicos de Occidente. ¿Quieren ver en qué están sustentados nuestros valores en Occidente? Lean  la Biblia. Por lo tanto, como odiamos Occidente, odiamos a los judíos”.

Los escenarios del día después

Para concluir su exposición, el escritor habló sobre las consecuencias que traerá la guerra en Gaza, sobre los diversos escenarios que a partir de su conclusión se vislumbran, y sobre los retos que enfrentarán tanto Israel como los judíos cuando Hamás haya sido depuesto del poder en la Franja.

“Yo creo que va a haber amargas consecuencias a esta guerra”.

“Primero, el mapa político de Israel se va hacia la derecha”, señaló. Adelantó que es poco probable que Netanyahu se presente a contender en las próximas elecciones pero admitió que no puede estar seguro, pues “si hay alguien que tiene la capacidad de revivir como el Ave Fénix, es Netanyahu.

En el mismo sentido, previó que “el campamento pacifista”, formado por quienes solían apoyar la causa palestina dentro de Israel, permanecerá callado durante un largo tiempo. “Y por último está el trauma que están sufriendo ustedes, porque por primera vez en muchos años sienten que el Estado que ustedes defienden y que supuestamente, en caso de que ustedes sufran algún tipo de peligro (los respaldaría), ha sido golpeado (…).

“No se engañen: lo que pasó el 7 de octubre sí es un golpe terrible para nosotros”.

Pero Israel sigue siendo un país fuerte y creo yo que es importante la dirigencia comunitaria. Exigirle a Israel que cumpla con su mandato significa que los ayude de forma activa, de verdad, entre otras cosas, transmitiendo seguridad o transmitiendo unidad“.

Ben-Tsagal lamentó el anuncio de la Organización Internacional de Energía Atómica de que Irán ha duplicado su enriquecimiento de uranio, y dijo que eso supone una amenaza que Israel no puede permitir. También especuló sobre el futuro de la Franja de Gaza, y vio como escenario más probable que Israel permita la formación de un gobierno civil de gazatíes que administren la vida pública mientras el Estado Judío se reserva el derecho de seguir interviniendo militarmente en la zona cuando así le convenga.

 

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