La disputa entre el primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente estadounidense Joe Biden sobre el plan de Israel de entrar en Rafah y emprender acciones militares como parte de la guerra para erradicar a Hamás, reaviva una reunión histórica entre Biden y un ex primer ministro israelí, el difunto Menajem Begin.
En 1982, el entonces senador Joe Biden amenazó al difunto primer ministro con suspender la ayuda estadounidense debido a la Primera Guerra del Líbano. Begin lo dejó sin palabras, evocó Israel National News.
En su momento, varios periódicos estadounidenses describieron el encuentro entre ambos el 22 de junio de 1982, cuando Begin compareció ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado y fue atacado verbalmente por el senador Biden de Delaware, quien lo amenazó con que si no aceptaba la posición de Estados Unidos después de la Primera Guerra del Líbano, Estados Unidos suspendería la ayuda militar a Israel.
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Begin respondió con dureza.
“No nos amenacen con cortarnos la ayuda. No funcionará. No soy un judío al que le tiemblan las rodillas. Soy un judío orgulloso con 3.700 años de historia civilizada”.
“Nadie acudió en nuestra ayuda mientras moríamos en las cámaras de gas y en los hornos. Nadie acudió en nuestra ayuda cuando nos esforzábamos por crear nuestro país. Pagamos por ello. Luchamos por ello. Morimos por ello. Conservaremos nuestros principios. Los defenderemos. Y, cuando sea necesario, volveremos a morir por ellos, con o sin su ayuda”, añadió Begin, dejando a Biden sin palabras.
Respecto al establecimiento de un Estado palestino, Begin también tuvo una respuesta que hizo historia. En esta ocasión, dirigida al canciller de Alemania Occidental Helmut Schmidt, que alegaba un ‘derecho moral’.
Sus comentarios sobre un “derecho moral” a la autodeterminación palestina enfurecieron al Primer Ministro de Israel.
“No tienes ningún derecho moral a decirle al primer ministro de Israel que cree un Estado palestino y nunca lo tendrás”, afirmó Begin. “Hasta el fin de las generaciones, Alemania no se librará de su culpa”.
En un contundente discurso de dos horas de duración en una convención de la coalición del Likud, Begin dijo que no se retractaría de “ni una sola palabra” de su mordaz ataque a Schmidt desencadenado por la declaración del canciller de que los palestinos tenían un “derecho moral” a la autodeterminación.
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