Enlace Judío – En unos días celebramos Purim, es una de las festividades más bellas y profundas que existen en el calendario judío. Como toda tradición está llena de capas de significado, detalles y símbolos. Las siguientes historias son poco conocidas pero nos enseñan varios de los matices que Purim puede tener.

¿La reina Esther… verde?

El nombre hebreo de Esther es Hadasa, hadas es mirto en hebreo. Constantemente se hacen numerosas comparaciones de la reina con esta planta, a ello se le dan diversas razones: una es por su habilidad de actuar sin ser vista, así como el mirto no tiene olor pero si sabor; otra porque los justos son comparados con esta planta y una menos resaltada es por el tono de su piel. A veces se menciona a Esther con un tono verduzco en la piel.

¿Qué quiere decir esto no se supone que Esther era una de las mujeres más bellas que han existido? La respuesta es que sí lo era y el verde en realidad puede referirse a una capa enorme de tonos asociados con el mismo, desde azulado hasta amarillento y puede implicar un tono moreno en la piel. Aún así ¿por qué el midrash resaltaría algo tan aparentemente banal como el color de piel de la reina? La respuesta es que el color representa su disposición hacia el mundo y como Esther se manifestaba en él que realmente sólo su apariencia. Es decir cuando habla del ser verde como el mirto el midrash habla más de su personalidad. Se toma al verde como símbolo de humildad.

No puedes esperar un milagro. Cuando Purim se vuelve peligroso

En cuanto al consumo de alcohol en Purim, el Talmud nos dice que bebamos hasta no distinguir entre “maldito es Hamán” y “bendito es Mordejai”, esto proviene de la opinión de Rava. Sin embargo, el Talmud también relata una historia en la que Rava mismo bajo los efectos del alcohol mata a su amigo Rav Zeira. Al día siguiente pide compasión a D-os y éste regresa a la vida. Al año siguiente vuelve a invitarlo a su fiesta de Purim, pero Rav Zeira contesta que “no puedes confiar en milagros”.

Se nos prohíbe depender de milagros en nuestra vida, entre muchos significados que puede tomar este pasaje, el más básico es que nos advierte del peligro en los excesos del alcohol y nos pide no ponernos en una situación de riesgo por el mismo. Uno puede beber hasta confundir a Hamán con Mordejai, pero no debe hacerlo si se pone a sí mismo o a los demás en riesgo.

Aceptar nuevamente la Torá

El judaísmo constantemente discute la importancia de apropiarnos de nuestra propia tradición, constantemente se remarca el enorme valor que tiene seguir a D-os por amor en vez de miedo y el seguir las mitzvot por el placer y el valor intrínseco que cada una tiene. Purim representa ese estado de las cosas en las cuales aceptamos con totalidad el mundo que nos rodea y la Torá como tal.

En la Guemara se discute la entrega de la Torá y se compara a Purim con el evento del Sinai:

“Se pararon debajo de la montaña”: Rav Avidni bar Chama dijo: “Esto viene a enseñarnos que D-os sostuvo la montaña sobre ellos como un barril, diciendo: ‘Si aceptan la Torá, bien, pero si no, allí estará su lugar de entierro…” Rava dijo: “Sin embargo, la volvieron a aceptar (voluntariamente) durante los días de Ajashverosh, como dice: ‘Los judíos cumplieron y aceptaron’; cumplieron lo que antes habían aceptado”.

(Shabat 88a)

¿Qué quiere decir que los judíos volvieron a aceptar la Torá y cómo cambió su situación a la del desierto? La montaña que obligaba a los judíos en el Sinaí a veces se toma como metafórica. D-os los obliga a aceptar la Torá no sólo por el miedo y la fuerza sino también a través de lo explícito que fue Su Revelación al mundo en ese momento. Las plagas hicieron evidente la existencia de D-os, los judíos del momento no podían negarla. Sin embargo, todo el Libro de Esther remarca el carácter oculto de los eventos que ocurrieron durante la época de Asuero, Esther, el nombre mismo quiere decir oculto.

Nos habla de un D-os oculto, nos habla de la diáspora, nos habla de la realidad que vivimos hoy. Quién acepta la Torá y el judaísmo bajo esa circunstancia lo hace por la sabiduría que encuentra en ella, por el amor que le representa. Y eso es lo que Purim nos invita a hacer a reconocer a D-os en nuestras vidas desde el gusto, desde el placer, desde nosotros mismos.