De acuerdo con investigadores de Cedars-Sinai, para algunas personas mayores, tomar varios medicamentos puede ser más perjudicial que beneficioso.

De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de Cedars-Sinai, las medidas para hacer frente a los riesgos a los que pueden enfrentarse las personas mayores que toman varios medicamentos deben mejorar significativamente.

Los resultados se publican en JAMA Network Open.

El desarrollo y el uso de medicamentos para tratar enfermedades agudas y crónicas ha mejorado la longevidad y la calidad de vida. Pero para algunas personas mayores, tomar varios medicamentos puede ser más perjudicial que beneficioso. La polifarmacia -el uso de cinco o más medicamentos- se asocia a un mayor riesgo de caídas, fracturas, hospitalizaciones y deterioro funcional y cognitivo en algunos pacientes de edad avanzada.

“La polifarmacia, especialmente la perjudicial o inadecuada, es mala. Sin embargo, la comunidad investigadora no ha encontrado la manera de mover la aguja de manera consistente en las hospitalizaciones, la calidad de vida, la mortalidad y otros resultados adversos asociados con estar en varios medicamentos a la vez”, dijo la autora Dra. Michelle Keller, PhD, científica de servicios de salud en el Departamento de Medicina del Cedars-Sinai.

Los investigadores analizaron 14 estudios que evaluaban sistemáticamente diversas medidas empleadas para abordar los riesgos de tomar cinco o más medicamentos. No pudieron encontrar un conjunto claro de prácticas que ayudaran sistemáticamente a los pacientes polifarmacéuticos, pero algunos enfoques resultaron prometedores.

“Las intervenciones intensivas cara a cara resultaron eficaces en algunos estudios. En esos casos, el hecho de que un profesional médico revisara la historia clínica del paciente, repasara los fármacos con él para hablar de la adherencia a los medicamentos o de si un fármaco seguía siendo apropiado, y educara al paciente pareció reducir las hospitalizaciones”, afirma el Dr. Joshua Pevnick, autor principal y codirector de la División de Informática del Cedars-Sinai.

Los adultos mayores de 65 años suelen tomar más medicamentos. De acuerdo con un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, alrededor de un tercio de los adultos estadounidenses de entre 60 y 70 años toman cinco o más medicamentos con receta. Los medicamentos para controlar el colesterol, la hipertensión y la diabetes son los más comunes.

“Debemos valorar el beneficio de recetar un nuevo medicamento frente al posible riesgo que pueda presentar. ¿Puede interactuar con otros medicamentos que esté tomando el paciente o influir en la evolución de la enfermedad en el adulto mayor? Por ejemplo, un nuevo medicamento puede tratar eficazmente una afección concreta, pero provocar somnolencia en la persona, exponerla a un mayor riesgo de caídas o mermar sus capacidades cognitivas. Cuantas más herramientas desarrollemos para ayudarnos a evaluar la relación riesgo-beneficio de los medicamentos para nuestros pacientes, mejor atención podremos darles”, afirma la Dra. Sonja Rosen, jefa de la Sección de Medicina Geriátrica de Cedars-Sinai.

Si bien el tiempo dedicado a discutir el uso de la medicación con un profesional de la salud, en persona, redujo algunas consecuencias negativas de la polifarmacia en algunos estudios, una simple consulta con un farmacéutico también resultó protectora en algunos casos.

“Los adultos mayores suelen desarrollar una buena relación con sus farmacéuticos, y en algunos de los estudios que revisamos, las consultas relativamente breves con ellos fueron muy útiles para los pacientes polifarmacéuticos, especialmente para los que pueden estar en riesgo de caídas o deterioro cognitivo. Creo que muchos sistemas sanitarios están reconociendo el importante papel que puede desempeñar un farmacéutico en la atención sanitaria general de sus pacientes”, afirma Keller.

Identificar a los pacientes con mayor riesgo de sufrir polifarmacia es fundamental para desarrollar intervenciones eficaces, y es el objetivo de un programa piloto que se está desarrollando en Cedars-Sinai.

“Queremos crear un modelo de predicción de riesgos a partir de los datos de las historias clínicas electrónicas de los pacientes que acuden a los médicos de atención primaria. Para los pacientes polifarmacéuticos identificamos un alto riesgo de problemas de salud asociados a su régimen de medicación. Como primer paso, podemos marcar el registro y enviar un mensaje a su médico recomendándole una consulta con un farmacéutico”, explicó Keller.

Está previsto que el programa piloto de Cedars-Sinai comience esta primavera.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío