Si el antisemitismo es la raíz del problema del Partido Laborista o la consecuencia eso no es importante. Del mismo modo, el papel distinto que Jeremy Corbyn ha desempeñado para lograr que el Partido Laborista llegue a este punto no es particularmente relevante. El hecho es que no ha frenado la marea del prejuicio y el odio antijudío dentro de las filas de su partido, sino que ha jugado un papel importante en perpetuarlo. Los votantes británicos tienen ahora la oportunidad de elegir a dónde irán como nación. ¿Preferirán alejarse de la estabilidad, la racionalidad y la tolerancia- y hacia la simple mentalidad, xenofobia e intolerancia? No lo sé, pero espero que elijan sabiamente.