PAUL MILLER

En una librería de extrema izquierda ubicada en el barrio de Dumbo en Brooklyn, se reúnen los que se autodenominan “radicales” para discutir “La lucha por la libertad bajo la represión del Estado”. El desprecio por todo, desde Israel y Estados Unidos hasta el capitalismo y la aplicación de la ley domina la conversación. Pero la retórica más cáustica está reservada para redefinir el sionismo.

El movimiento para que los judíos regresen a su patria es una empresa racista y genocida, dicen estos oradores. Ellos creen formar parte de una fuerza unificadora que reúne a los grupos de “justicia social y económica”. Sin embargo, como advirtió el Dr. Martin Luther King, Jr., hace décadas, “cuando la gente critica a los sionistas, se refieren a judíos. Esto es antisemitismo”.

Israel ha celebrado recientemente su victoria de la Guerra de los Seis Días, pero para ellos y otros antisemitas y antisionistas, la Guerra de los Seis Días y la reunificación de Jerusalén son sólo otro capítulo de la campaña para redefinir el sionismo y deslegitimar al Estado judío.

Una de las figuras más destacadas que se oponen a estos revisionistas de la historia es Richard D. Heideman, abogado de Washington, DC, y presidente del Movimiento Sionista Americano (MZA).

El MZA, afiliado de la Organización Sionista Mundial, agrupa a 25 organizaciones sionistas en Estados Unidos.

Mientras que el sionismo y su historia es vilipendiado por algunos de la izquierda, así como por la tradicional “supremacía blanca” antisemita, Heideman, que comenzó a ejercer su cargo apenas este año, se enfrenta a retos que tendrán un significado histórico.

Justo antes de que comenzaran las celebraciones de Jerusalén, Heidemen habló en el Centro Hayim Salomon acerca de su nueva posición y sus desafíos.

“Mi primer objetivo”, dijo Heideman, “es restaurar el buen nombre de Israel, el pueblo judío y el sionismo. Porque a los ojos de muchos nos hemos manchado y eso es injusto, inmerecido y debe confrontarse. Estoy decidido a cambiar el diálogo, y responder directamente a los asaltos, los insultos y el uso injusto de palabras como racista, criminal y apartheid para describirnos”.

Heideman aboga por un triple enfoque que comienza con la educación, y está extremadamente preocupado por los jóvenes, quienes cree que no tienen un conocimiento de la historia del sionismo y son incapaces de responder a los detractores de Israel.

Para llegar a esos jóvenes, Heideman sugiere buscar a la generación actual.

“Están en los medios sociales, en los campus universitarios en la preparatoria, y se puede llegar a ellos. Son jóvenes profesionales que buscan su propia identidad y un futuro profesional. Es posible identificarlos y localizarlos, pero como comunidad hemos hecho una mala labor al proveer una plataforma para que se sientan cómodos y confiados en su relación como miembros activos de la comunidad judía mundial”.

Heideman expresa preocupación por las divisiones dentro de la comunidad judía, y por lo tanto la segunda parte de su enfoque es la unidad.

Él explica que las diversas organizaciones judías tienen perspectivas que se expanden a lo largo de todo el espectro político, y han permitido que estos desacuerdos destruyan a la comunidad. Heideman destacó la importancia de respetar las directrices del discurso civil adoptadas por la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Estadounidenses.

“No creo que hayamos hecho suficiente esfuerzo para alentar a los de la izquierda y los de la derecha a unirse en torno a nuestra comunidad. Es demasiado fácil para ellos concentrarse en nuestras diferencias en lugar de nuestras similitudes que surgen de nuestra fe, nuestros principios, nuestras enseñanzas y nuestra obligación de ser dignos y respetuosos unos con otros”.

El tercer enfoque de Heideman está orientado hacia el impacto. Él considera que el movimiento sionista debe defender las cuestiones clave diseñadas para avanzar en las dos primeras metas, con el objetivo final de recordar al mundo la contribución del pueblo judío, Israel y el sionismo a la sociedad civilizada.

Aunque no faltan organizaciones pro-Israel que promuevan la democracia y la igualdad de Israel para las mujeres, las minorías y la comunidad LGBTQ, Heideman ve la necesidad de adoptar y ampliar el enfoque implementado por Hadassah – la Organización Sionista Femenina de América.

“Tengo tres nietos nacidos en hospitales de Hadassah. Las compañeras de habitación de mis hijas siempre han sido de varias religiones y costumbres – sus familias son de varias razas, religiones y orígenes. Cuando caminas por los pasillos de los hospitales de Hadassah, encuentras tantos árabes, musulmanes y cristianos, como se ven a través de las divisiones culturales dentro del judaísmo. Esa demostración de respeto por la humanidad es el mensaje con el que los jóvenes se identificarán”.

Heideman observa la importante función de los sionistas cristianos, especialmente cuando se trata de impactar y cambiar la imagen de los judíos, Israel y el sionismo a nivel mundial.

“Recibo su apoyo, lo aprecio y los veo como nuestros socios en el proceso de cambiar el diálogo, mejorar la situación y disuadir los ataques continuos de los que hemos sufrido,” dijo.

Fuente: The Algemeiner / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico