EDUARDO HADJES NAVARRO

El Medio Oriente está en plena primavera. La naturaleza brota rejuvenecida y pletórica de esa fuerza natural que, año a año, va indicando que la vida continúa su curso, pese a los avatares del crudo invierno recién pasado.

Lamentablemente, en las vecindades de Israel, el panorama no llama ni a la vida ni a la esperanza, en medio de su tan desprestigiada “Primavera Árabe”, iniciada hace aproximadamente 15 meses atrás.

Siria y Egipto, despiertan nuestros temores y la primera, el estupor del mundo civilizado, el cual, no logra salir de su letargo, limitándose hasta la semana recién pasada, a observar como Bashar al Assad, se deleitaba masacrando a su pueblo, con tal crueldad, que no se encuentra un calificativo que logre describirlo en toda su magnitud.

Creo que resulta vano describir las matanzas de civiles que está llevando a cabo, este pérfido caudillo, ya que su relato lo encontramos a diario en la prensa, la cual, asombrosamente, le está dando una adecuada cobertura, especialmente después de la inimaginable matanza ocurrida el viernes pasado en Al Haula, por lo que trataremos de analizar sus implicancias, aun cuando tengo claro que no podremos sacar conclusiones.

Los gobiernos de Occidente recién están reaccionando y las propias víctimas sirias, se debaten en una disputa interna tan fuera de lugar y oportunidad, que asombra. Cuando se dio una situación similar en Libia, la UE determinó efectuar operaciones de apoyo, las cuales, sin una intervención directa en cuanto a envío de tropas, logró su objetivo, al debilitar definitivamente a Gadafi y su máquina de muerte.

En Siria, debido principalmente al respaldo que Rusia y China le otorgan a Assad, no se ha podido lograr nada más efectivo, que el “Plan de Paz” dirigido por Kofi Annan y sus 300 observadores desarmados, los cuales ya han demostrado su ineficacia y fracaso absoluto.

La última masacre, ocurrida el viernes recién pasado, al morir 116 personas, incluidos 34 niños, en Al Haula, parece haber sensibilizado a Rusia, el cual ha llamado a Al Assad a detener la matanza indiscriminada de civiles, lo que no creo sea significativo en resultados prácticos, especialmente, al ver el cinismo de Al Assad, aduciendo inocencia ya que serían los terroristas opuestos a su gobierno, los que estarían asesinando a tal cantidad de civiles, lo que ya fue desmentido categóricamente por Annan.

El martes 29 de Mayo, leímos en El Mercurio, que los muertos llegarían a 15.344, dando un detalle por ciudades. Por desgracia para la población siria, el número real de asesinados por su propio gobierno, ya carece de importancia. Ha sido tan inexplicable la falta de interés de los organismos internacionales por detener esta masacre, que da la impresión que los fallecidos no pasan de ser una mera cifra estadística. Ya hemos analizado en comentarios anteriores, como 11.112 + 70+43+x totaliza 6.897. Un milagro de las nuevas matemáticas reinventadas por los gobiernos árabes y aceptadas por Occidente.

Debemos insistir que, aparentemente, la matanza del viernes pasado, logró remover la conciencia de los gobiernos europeos y musulmanes. Es así como hoy , podemos leer que son varios los países europeos los que han expulsado de sus países, a Embajadores y diplomáticos sirios, justamente por la crueldad de esta última masacre. Qué lástima para los 15.344 ya fallecidos, que sus muertes, no lograron tal efecto. Ha sido el impacto de esta despiadada acción de las huestes adictas a Al Assad lo que provocó, que Nabil al Arabi, Secretario de la Liga Árabe, exija a la ONU a tomar urgentes medidas, para detener tan espantoso baño de sangre. ¿Por qué no se involucran ellos directamente?

El grave problema que veo, es que si los países de la Liga Árabe o de Europa, en definitiva, arman a las tropas insurgentes ¿A quién le van a entregar los suministros necesarios para una real contraofensiva?

Tenemos al “Ejército libre de Siria” (ELS) conformado principalmente por desertores del propio ejército Sirio. (El lunes asesinaron a 6 desertores que fueron sorprendidos en el momento de huir) Por otra parte, nos encontramos con el Consejo Nacional Sirio (CNS), que está haciendo esfuerzos desesperados por unificar a la multiplicidad de grupos y pandillas que tratan, cada uno por su cuenta, de dirigir la oposición a la tiranía imperante.

En realidad, aglutinar a todos estos grupos, resulta una tarea titánica. Tenemos las rivalidades irreconciliables entre los sunitas y los salafistas. A esto, les agregamos los grupos chechenios y de Al Qaeda, extranjeros que se han introducido en Siria, así como en su oportunidad, han actuado en Afganistán y otros lugares donde han sido requeridos. Los Hermanos Musulmanes, (Mayoritariamente venidos de Egipto) los muyahidines afganos, las Brigadas Verdes, las huestes de Fatah al Islam (grupo extremista de suní libaneses). Las Brigadas Farouk (actúan preferentemente en Homs y lo conforman salafistas), les agregamos una numerosa lista de Sheikhs liderando grupos extremistas muyahidines.

El Presidente de Francia anuncia que está dispuesto a ver la posibilidad de involucrarse directamente, lo que es rechazado por Estados Unidos, que opta por la diplomacia.

Soldados sirios, disparan contra libaneses, ya sea desde la frontera o ingresando directamente a éste país. Hoy, podemos leer en El Mercurio de la muerte de una madre y su hija, a manos de soldados sirios, ocurrido en territorio libanés.

¿Qué pasaría si Al Assad, en su desesperación por aferrarse al poder, ordenara atacar en la frontera israelí, en un último intento por unir a los sirios, en torno al enemigo común?

Dejemos hasta aquí Siria, para ver brevemente, a nuestro vecino del Sur, con el cual, aun tenemos un tratado de paz y un reconocimiento mutuo.

Egipto, efectuará su segunda vuelta en las elecciones presidenciales, el 16 y 17 de Junio. Se enfrentan Ahmed Shafiq, que formó parte del último ministerio del derrocado Mubarak, con Mohamed Mursi, miembro de los Hermanos Musulmanes.
¿Más de lo mismo o el ingreso al gobierno egipcio de lo más extremo dentro de las corrientes extremistas musulmanas?

Se teme, con justa razón, que los días por venir, hasta las elecciones, no se vean muy pacíficas para Egipto. El día mismo en que se confirmó oficialmente que eran estos dos los candidatos con las primeras mayorías, la sede de Shafiq fue saqueada y desmantelada, con intento de incendio, por los partidarios de Mursi.

Esto no debe sorprendernos si detrás de este ataque, se encuentra presente la Hermandad Musulmana, grupo extremista religioso, prohibido durante el régimen de Mubarak y que ha demostrado, donde quiera que ha actuado, que su principal enemigo es cualquier vestigio de democracia, igualdad o respeto a las ideas discrepantes.

Recordemos que cuando recién se inició la “Primavera Árabe” en Egipto, los actores fueron estudiantes y la clase media, los cuales, descartaron la participación de tendencias políticas o religiosas en su movimiento.

Inteligentemente, los Hermanos Musulmanes, se mantuvieron totalmente alejados de este levantamiento. Lógico, no sabían el resultado que ello tendría, por lo que se mantuvieron como meros espectadores.

Tan pronto se vio el triunfo de la revuelta, con la renuncia de Mubarak, asomaron la cabeza, dando su respaldo al movimiento libertario, anunciando que en la actualidad, estaban absolutamente renovados, asumiendo una actitud aparentemente moderada en cuanto al plano religioso. Además, se comprometían a respaldar a los vencedores, siempre desde un segundo plano y que por ningún motivo, aspirarían a un protagonismo directivo y, categóricamente, bajo ninguna circunstancia, pretenderían llegar a la presidencia de Egipto.

El cumplimiento a su promesa, está a la vista. Dominan el Congreso, con poco más del 47% de los parlamentarios y ahora, están iniciando una campaña para lograr la presidencia, demostrando que para ellos, ningún método que los favorezca, les estará vedado.

La experiencia de los Hermanos Musulmanes en el mundo árabe, nos demuestra que, para ellos, no es obligación cumplir ninguna promesa y tanto el asesinato como el terror, le son prácticas totalmente usuales y legítimas. La lógica nos indicaría que si gana Mursi, muy pronto tendríamos en Egipto, un nuevo Irán.

Por su parte ¿Qué se puede esperar de Shafiq, con sus antecedentes? Queda claro que sus promesas, son otra cosa, pero, con su historial mientras participó como estrecho colaborador de Mubarak, no vaticina nada bueno para la democracia, que fue el objetivo primario de la Primavera Árabe en Egipto.

Se comprende que todo esto, se podría dar, si los militares cumplen su compromiso de respetar los resultados de las urnas. ¿Hasta donde son confiables? Recordemos que ellos están dotados del mayor poder económico, político y, lógicamente, militar en la nación.

¿Estarán dispuestos a renunciar a todas sus prebendas?

Negro se ve el panorama para Israel, tanto en la frontera Norte como al Sur. Si a esto, agregamos la agresiva política iraní, que no se ha logrado moderar, sólo nos queda respirar aliviados que, nuestro gran aliado Estados Unidos, está estudiando otorgar a Israel, la mayor ayuda jamás entregada, a objeto de fortalecer sus defensas militares, con lo más sofisticado de la tecnología militar americana. Es de esperar que ésta llegue pronto y que Israel no necesite recurrir a ella.

Igualmente, Dios ilumine a los estadistas de la UE y los haga comprender que el Estado de Israel es el único freno que existe en la actualidad, para neutralizar la conquista de Europa a manos del Islam, que ya está siendo invadida lenta y disimuladamente, con más de cincuenta millones de musulmanes, apoderándose lentamente de sus ciudades, donde forman guetos impenetrables, incluso para sus respectivas policías.