LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

La Organización Mundial del Comercio (OMC) en su Informe Anual 2012 manifiesta preocupación por el creciente uso de los países de normas de reglamentación aplicables a las manufacturas y a los productos agropecuarios, prácticas que se observan con frecuencia desde mediados de los noventa, y que son factores negativos en el desempeño del comercio mundial, incluso se considera que su impacto puede ser más severo que el de los aranceles.

La OMC consigna que el uso de medidas no arancelarias en el comercio global de bienes y servicios puede responder a objetivos legítimos de políticas públicas, como la de protección de la salud de los consumidores, empero, también se pueden emplear con fines proteccionistas.

En el informe también se indica que la expansión de las cadenas de producción mundial y la participación cada vez más amplia de los consumidores en el mercado de las naciones más ricas, influyen en la instrumentación de medidas no arancelarias por parte de los gobiernos, las cuales son las que crean la mayor inquietud entre los exportadores. Sin embargo, de acuerdo a la información derivada de las encuestas empresariales realizadas por el Centro de Comercio Internacional, los países en desarrollo son los que más recienten los obstáculos no arancelarios; en el 2010 estas medidas representaron casi la mitad de las normas percibidas como gravosas por las empresas; cabe destacar que los mayores efectos negativos de las normas no arancelarias se centraron en el sector agropecuario.

El informe de la OMC resalta los obstáculos técnicos al comercio (OTC) relacionados con las normas aplicables a las manufacturas, con las medidas sanitarias y fitosanitarias (MSF) que se vinculan a la inocuidad de los alimentos y la sanidad animal y vegetal, y con la reglamentación nacional en la esfera de los servicios. No obstante, las OTC/MSF pueden ser útiles para las naciones para corregir fallas del mercado derivadas de las asimetrías de información o de una competencia imperfecta y para perseguir objetivos económicos, como la protección de la salud pública; de aquí que el reto de su aplicación es no permitir que se conviertan en problemas de competitividad que entorpezcan innecesariamente el comercio.

En este contexto, la OMC menciona que es preciso aumentar la transparencia de las medidas no arancelarias; de manera que su nueva base de datos 1-TIP (Portal Integrado de Información Comercial) contribuirá a este propósito; igualmente, se requieren criterios más eficaces para determinar la razón por la que se utiliza una medida, además de que el incremento de las cadenas de producción mundiales requiere una integración más profunda y una convergencia normativa. También es probable que la Armonización de Normas y su reconocimiento equivalente y el compromiso de respetarlas conlleve a ensanchar el comercio.

La OMC apunta que la escases relativa de información sobre las medidas no arancelarias se debe en parte a la naturaleza de las mismas, ya que son intrínsecamente más difíciles de medir que los aranceles. La OMC y otras organizaciones internacionales han realizado esfuerzos importantes en la clasificación y recopilación de datos sobre las MNA, logrando progresos considerables que empiezan a hacerse extensivos a las medidas relativas a los servicios. No obstante, la OMC piensa que es necesario hacer más para obtener un panorama más claro y más completo de la situación de las políticas comerciales.

En ese marco, debe tenerse presente que los acuerdos comerciales contienen disposiciones que resaltan el problema de la substitución de aranceles por medidas no arancelarias. La naturaleza cambiante del comercio internacional y el uso de las normas privadas pueden dar lugar a la necesidad de formas más profundas de integración institucional. Adicionalmente, al aumentar el número de razones enumeradas por las que los gobiernos recurren a MNA, surge la necesidad de nuevas normas que faciliten la cooperación para identificar usos eficientes y legítimos de la MNA.

Han transcurrido más de tres años desde la crisis económica global, no obstante, la actividad productiva y el comercio mundial siguen caracterizándose por su fragilidad, el riesgo de que se agrave la situación sigue elevado, sobre todo si se incrementa el proteccionismo y por qué los acuerdos entre las diferentes autoridades de la Unión Europea para superar el problema de la deuda soberana de varias naciones han sido incompletos y por qué existen dificultades de índole política para instrumentarlos por que los gobiernos se niegan a perder en el manejo de sus economías; la recesión económica que se perfila para la Unión Europea podría acentuarse y prolongarse en el tiempo; el entorno se vislumbra más difícil con el alza extraordinaria de cotizaciones que registran los alimentos. Así, la previsión de la OMC del adelanto mundial para el volumen del comercio internacional, de 3.7% este año (5.0% en el 2011 y 13.8% en el 2010) podría ser inferior.