LA GACETA.ES

10 de enero 2013.-El Gobierno de Siria tiene preparadas “docenas de bombas” de más de 200 kilos cada una cargadas en aviones que pueden lanzarlas contra los rebeldes y los civiles en dos horas. Podrían contener gas sarín, agente nervioso que provoca la asfixia. Están esperando en lonjas de almacenamiento y bases militares. Esa certeza, constatada por la Inteligencia de Israel a finales de noviembre y desvelada ayer por The New York Times, justifica el miedo desatado en Occidente hacia finales de año, cuando se transmitía la alerta de un ataque inminente. Era lo que el presidente Bashar el Asad tenía previsto entonces, según las informaciones.

El aviso de Israel, que detectó el movimiento gracias a sus satélites e informó de inmediato a Estados Unidos, activó un “notable espectáculo de cooperación internacional”, como lo define el diario, una red con Rusia, Irak, Turquía y Jordania que acabó por presionar a Damasco y frenar la agresión. Ni EE UU ni sus aliados podían actuar en tan corto plazo. La amenaza, pese a todo, sigue latente, constata la Defensa estadounidense, citada como fuente.

Los planes de contingencia de EE UU siguen muy abiertos respecto a una hipotética intervención por el uso de armas químicas, prometida por el presidente Barack Obama. Se habla de un despliegue mínimo de 75.000 soldados.
Una baraja iraquí

De momento son ya 400 los que ha aportado su Ejército, junto a los de Alemania y Holanda, para reforzar la frontera turca. Ankara llamó a sus socios de la OTAN a protegerle ante la lluvia de proyectiles que cae desde suelo sirio. En dos semanas llegarán 160 vehículos holandeses, que ayudarán al despliegue y control de los Patriots, misiles tierra-aire de largo alcance con los que hacer frente a la “amenaza real” de la munición avanzada de Asad, en palabras del mando holandés de la expedición, que ayer partió rumbo a Turquía.

Para intentar recabar más información sobre los pesos pesados del régimen, EE UU está considerando emitir una nueva baraja, al estilo de la que en 2003 le sirvió en Irak para atrapar a la corte de Sadam Hussein, con los 100 rostros más buscados de Siria, informó el Departamento de Estado al diario londinense Asharq Al Awsat. Forma parte de un plan mayor para llamar a las deserciones, una especie de “vía de recuperación” por la que sólo se juzgará a quien esté involucrado en crímenes. Para los demás, “amnistía y reconciliación”.

Grupos terroristas como Jabhat Al Nusra están encontrando acomodo en el conflicto, según ha constatado la Fundación Quilliam de Londres, especializada en política antiterrorista, y publicó ayer la CNN. Esta facción, declarada por Washington, hace un mes como la rama pura de Al Qaeda en Siria, es ya el “grupo más eficaz” entre las facciones armadas contra el régimen, igualando el nivel más alto de milicianos (unos 5.000) y organización (casas, transporte, voluntarios) de Al Qaeda en 2003 en Irak, cuando EE UU inició la guerra. Han reivindicado más de 600 ataques, 40 de ellos con suicidas, y sus dianas preferidas son funcionarios del Estado.

El Programa Mundial de Alimentos denunció ayer que más de un millón de sirios sufre carencias alimentarias. Sus medios sólo dan para atender a 1,5 millones. Los demás están sin nada. La cifra de refugiados en el exterior crece a un ritmo de 100.000 al mes y ayer, de nuevo, se contabilizaron 101 muertos, la mayoría en las cercanías de Damasco e Idlib.