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Baruj Hashem y las Berajot

Baruj Hashem significa “Bendito Sea Su Nombre”; “gracias a Dios”.  Esto es lo que dicen muchos judíos al contestar a la pregunta “¿Cómo está usted?” y también cuando anuncian alguna buena noticia.

Las Berajot son las bendiciones. La Torá recomienda a los hijos de Israel bendecir a Dios y agradecerle todos los placeres que la vida nos ofrece. La conclusión  que se deriva de este mandamiento es que toda la existencia, lo bueno y lo malo del universo, es creación de Dios y a Él pertenece. Por consiguiente debemos expresar nuestra gratitud. La Mishná dice: “Al hombre está prohibido disfrutar de este mundo sin bendecir y agradecer al Creador”.

Los sabios que elaboraron la liturgia establecieron bendiciones apropiadas para cada ocasión, tanto alegre como triste. Las bendiciones que se pronuncian antes de disfrutar los alimentos como pan, agua, frutas y todos los demás, se llaman Birkát Haneenin (bendición de placer). Todas ellas comienzan: “Bendito eres Tú Adonay, nuestro Dios, rey del mundo”, y terminan mencionando el alimento que se va a comer. También cuando uno se prepara a disfrutar del aroma de una flor o especie, tiene que bendecir.

Las bendiciones de la mañana se llaman Birjót hashájar. Preceden a las oraciones matutinas. Prácticamente se inician inmediatamente después de despertar en la mañana. En esa serie de bendiciones, el judío expresa al Creador su agradecimiento por haber reanimado su alma después de la interrupción nocturna, porque todavía da al gallo entendimiento para discernir entre el día y la noche; por vestir a los desnudos; por enderezar la talla de los doblegados; por infundir fuerza a los cansados; por conceder vigor, gloria y valor al pueblo de Israel, etc.

Hay una clase especial de bendiciones llamadas Birjót Mitzvá, es decir bendiciones por mandamiento. Se recitan antes de cumplir un mandamiento religioso, como antes de vestir el talitm, los tefilin, después de lavarse las manos, al fijar una mezuzá en las puertas de la casa, al prender las velas de sábado o en la Janukía, etc. Tales bendiciones comienzan así: “Bendito eres Tú, Adonay, nuestro Dios, rey del mundo, que nos santificaste con tus mandamientos y nos recomendaste… Y terminan detallando la clase de mandamiento que uno se dispone a cumplir.

Las bendiciones relacionadas con la vista y el oído, se recitan después de haber presenciado fenómenos de la naturaleza, como truenos fuertes, relámpagos, arco irirs, estrellas volantes, tempestades; o al estrenarse de una triste o alegre noticia, etc. A este género de bendiciones pertenece la Berajá adicional, que se agrega a casi todas las demás cuando se experimenta algo por primera vez , o se renueva temporalmente. Esta bendición reza así: “Bendito eres Tú, Adonay, Dios nuestro, rey del Universo que nos preservaste la vida, nos sostuviste y nos permitiste llegar a este día”.

Si bien las bendiciones anteriores que se recitan antes de disfrutar cualquier cosa, están ordenadas por los sabios, el Birkát hamazón (Bendición de la mesa), es mandamiento directo de la Torá y dice: “Comerás, te hartarás y a Adonay tu Dios bendecirás”. Esta bendición se recita después del almuerzo o la cena. Por medio de esta bendición se expresa gratitud al Todopoderoso por habernos alimentado a nosotros y a todo el mundo con Tu bondad, gracia, abundancia y misericordia…. No nos falte nunca el alimento que necesitamos, pues Tu mesa siempre está puesta para todos”.