5_libro_abierto-300x184

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

La Inquisición, un concepto anticristiano

Enlace Judío México | En la Crónica previa hice algunos comentarios en torno al Holocausto y otros sucesos infaustos contra los judíos y otros pueblos. En la presente incluyo a la Inquisición como otro episodio histórico en la tentativa de desaparecer al pueblo judío. La Inquisición es un término que originalmente hizo referencia a las instituciones dedicadas a la supresión de la herejería, mayoritariamente en el seno de la Iglesia Católica, misma que a mi juicio, representa un importante antecedente del antisemitismo y que durante más de ocho siglos, de manera abierta o encubierta, ha estado alimentando sentimientos antijudíos, incluso colaboró con el régimen nazi para el exterminio de este pueblo.

La Inquisición fue establecida en 1184, en el Sur de Francia, para combatir la herejía de los Cátaros, movimiento que surgió a mediados del siglo XI y que rechazaba los sacramentos del catolicismo: bautismo, confirmación, eucaristía, (acción de gracias) penitencia, extremaunción (cuando un sacerdote unge con los santos oleos a una persona que está por morir), orden y matrimonio, incluso justificaban el suicidio.

La ideología de los Cátaros era dualista, basada en la creencia de que el universo estaba compuesto por dos mundos en conflicto, uno espiritual creado por Dios y otro material forjado por Satanás. Fueron ascetas, vegetarianos, célibes y no reclamaban el diezmo. Los Cátaros consideraban que la Iglesia Católica, con su realidad terrena y sus sacramentos, representaba una herramienta de corrupción. Predicaban contra la Iglesia, e incluso, la atacaban violentamente.

La Inquisición se estableció en el Reino de Aragón en 1249 con la unión de este Reino con el de Castilla. El periodo oficial de vigencia de la Inquisición en España abarcó de 1474 a 1821, caracterizado por la predominancia de la intolerancia y el fanatismo de la Iglesia Católica que persiguió, enjuició, torturó y envió a la hoguera a un número indeterminado de individuos, hombres, mujeres y niños, cristianos, judíos y árabes que declaró como herejes apropiándose de sus bienes.

La Iglesia Católica en la Edad Media elaboró diferentes mitos sobre los judíos para azuzar a las multitudes contra ellos; así, los acusó de causar la peste negra, de envenenar pozos, ríos y lagunas y de que en sus ritos de la Pascua (Pesaj), utilizaban sangre de niños cristianos.

Con el descubrimiento de América, el brazo asesino de la Inquisición alcanzó a los judíos en ese continente, particularmente en la Nueva España; testimonio fehaciente de este hecho, entre otros muchos, es el libro denominado La Familia Carbajal de la autoría de Alfonso Del Toro, publicado en 1944 por la Editorial Patria S.A. México D.F. y que en la introducción del Toro consigna que el libro representa “un estudio histórico sobre los judíos y la Inquisición en la Nueva España en el siglo XVI, basado en documentos en su mayor parte inéditos, que se conservan en el Archivo General de la Nación”. Asimismo, Del Toro señala que la obra fue terminada en 1935, empero, por obstáculos que el autor hubo de enfrentar en su camino se publicó hasta 1944.

La Familia Carbajal fue exterminada después de haber enfrentado persecuciones, torturas y otros actos de crueldad por el Santo Oficio para que sus miembros se declararan culpables de judaizar. Tuve la oportunidad de adquirir este interesante libro entre 1954 y 1955 en la librería Navarro que estaba situada a un costado de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, casi esquina con la calle de Moneda, donde operó por más de cien años la cantina “El desnivel”. A espaldas de la librería se encontraban las vetustas instalaciones de la Prepa 2 donde estudiaba en aquél entonces. Un día entré a la librería buscando ejemplares sobre el tema del socialismo, que eran los principales artículos que allí se vendían; el socialismo estaba de actualidad entre los jóvenes. No recuerdo qué me motivó a comprar el ejemplar de la Familia Carbajal, para mi hoy día representa un valioso tesoro, que tendré que heredar a mis hijos o nietos, aunque he pensado que no necesariamente les va interesar.

Se estima que alrededor de 400,000 judíos fueron expulsados de España al final del siglo XVI y quizá otra cifra similar obligados, bajo amenaza de muerte, a convertirse al catolicismo. Los reyes de España ordenaron la expulsión de los judíos mediante el Edicto de Granada del 31 de marzo de 1492 “con el propósito de impedir que los judíos siguieran influyendo en los nuevos conversos (judíos convertidos obligatoriamente al catolicismo) a que volvieran a las prácticas de su antigua religión.

Los judíos, al igual que los árabes que vivieron en España durante ochos siglos, dejaron un extenso legado cultural y en la idiosincrasia de los habitantes de ese país. Los judíos sefaridim nunca se olvidaron de su querida Sfarad (España); en su exilio la llevaron en su corazón añorando su retorno; igualmente se llevaron el ladino (español antiguo) que fue su lengua materna en el destierro; siempre vivieron soñando con regresar a su terruño. Ese sueño hoy podrá hacerse realidad; el gobierno español aprobó recientemente el otorgamiento de la ciudadanía española a descendientes de judíos expulsados por el Santo Oficio, sin que pierdan su nacionalidad actual; se estima que 3.5 millones de personas en el mundo se encuentran en posición de reclamar este derecho. El gobierno de Portugal también ha anunciado que emitirá un decreto para otorgar la ciudadanía portuguesa a los judíos expulsados de su territorio por la Inquisición. Cabe destacar que un tercio del total de la población actual de España y Portugal, 50 y 11 millones, respectivamente, tienen vinculación genética con los judíos.

En este contexto, cabe mencionar que en los pueblos de mayoría protestante también se llevó a cabo la Inquisición, básicamente aplicada a los católicos, los reformistas radicales y los practicantes de la brujería; obviamente tuvo repercusiones en la vida de las comunidades judías que los habitaban; la Inquisición protestante no creó una institución como el Santo Oficio como lo hizo la Iglesia Católica. El Papa Juan Pablo II, durante las celebraciones del Milenio celebradas por la Iglesia Católica en el 2000, pidió perdón por los pecados cometidos por los católicos en nombre de la fe, a lo largo de la historia, incluyendo los abusos que se llevaron a cabo durante la Inquisición; sin embargo, hoy día en muchas iglesias católicas, incluyendo algunas de México, aún se escuchan las diatribas antisemitas. ¿Cuándo se va a acabar el antisemitismo? Por favor… ya déjenos vivir en paz.