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Enlace Judío México | Ellas lloraron, rieron, perdonaron. Mujeres israelíes y palestinas crearon un libro de cocina único.

¨Ella es Subriya,¨ dice Robi Damelin, refiriéndose a una de las mujeres alrededor de la mesa. ¨Subriya vive en Nablus y es una de las mejores cocineras del grupo. Las confituras de calabaza y ciruela, dos de las mejores recetas en el libro, son suyas. Ella es Tamara Rabinovich de Yafo, quien aportó una increíble receta de pepinos en vinagre, y ella es Umm Ahmed, también hace todo tipo de verduras en vinagre, algunas de ellas están tan condimentadas que te hacen llorar.

Di la verdad, Umm Ahmed – ¿es verdad que intentabas matar a las mujeres judías con tus pepinos?¨ Alguien traduce esto en árabe, y Umm Ahmed se ríe. ¨No a todas las mujeres judías Robi, sólo a ti.¨

El humor negro forma parte integral de la dinámica del grupo. El común denominador de estas mujeres es pérdida, duelo. Todas ellas han perdido a un ser querido en el conflicto israelí-palestino, todas son miembros del Foro Familiar – Círculo de Padres, una organización que tiene por objeto fortalecer el diálogo entre partes opuestas en base al dolor común. ¨Se empieza por entender que el dolor por la pérdida es el mismo en ambas partes, ¨ dice Damelin, activa en el foro desde que su hijo David murió en 2002.

Umm Ahmed se unió al foro hace siete años luego de haber perdido a dos hermanos, Ali y Mohamed. ¨Conocí a Robi cuando fui a ver pésame en la casa de un vecino cuyo hijo había muerto,¨ expresó la mujer carismática del campo de refugiados Deheishe. Um Ahmed estuvo presa en la cárcel israelí por su actividad política y ahora dirige a un grupo de mujeres que hacen bordados tradicionales palestinos. ¨Me sorprendió ver a una mujer israelí en esa casa. El primer encuentro fue difícil y tenso. Robi me dijo que había perdido a su hijo y yo le grité que había perdido a dos hermanos y que los israelíes quieren matarnos a todos y tomar nuestra tierra. El segundo encuentro fue en el foro: Me motivaron a que vaya y cuente mi historia y desde entonces hemos sido mejores amigas.¨

En un principio, mi familia y otras personas estaban muy enojadas. Mis nietas adolescentes eran las principales que se oponían diciendo que ¨los judíos siempre habían abusado de mí y de mi familia entonces, ¿cómo puedo sentarme con ellos en la misma mesa?¨ Luego de haber sufrido toda mi vida decidí afiliarme al foro porque tengo 33 nietos que no quiero que sufran como yo lo hice. No quiero que tengan que ver las cosas que yo he visto.¨

¨Sesión de confitura,¨ un libro de cocina encantador con recetas de conservas de fruta y verdura es el producto de la actividad del foro. ¨Todo empezó en un seminario de fin de semana hace un año y medio, con sólo dos mujeres,¨ comenta Damelin, quien tiene un verdadero amor y admiración por los placeres culinarios. El foro se compone de 600 familias, incluyendo hombres y mujeres. Estas últimas expresaron el deseo de conocerse mejor y así se formó un grupo de 50 mujeres, 25 de cada lado que comparten por medio de la gastronomía.

Las mujeres se reúnen para preparar confituras y conservas, enseñando una a la otra los secretos de familia.

¨La intención es hacer algo que se pueda conservar para venderlo y así financiar la actividad del grupo,¨ explica Damelin.

¨El sólo encuentro une a la gente,¨ dice Bushra Awad. ¨La cocina no es indispensable, pero parece que hay algo de cierto en el viejo refrán árabe diciendo que el pan y la sal son una forma de conectarse.¨

Por su parte, las mujeres israelíes aportaron recetas que aprendieron de sus madres. Dichos encuentros y el trabajo en conjunto proyectan optimismo y anhelo por la vida. Las fotografías de las participantes y sus historias son poco comunes en esta era de retórica incendiaria y ausencia de diálogo.

Fuente: Ronit Vered, Haaretz.