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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

México: País de absurdos, vis a vis, un potencial de desarrollo.

Enlace Judío México | Mi experiencia como analista económico sobrepasa cinco décadas y en el ámbito político dos; a través de los años he concluido que con cada renovación de la administración pública en México, la población se crea expectativas de cambio; esto es parte inherente a la naturaleza humana, sobre todo en nuestro país que desde hace más de tres décadas vive en un círculo vicioso de bajo crecimiento económico, amplios niveles de pobreza y de desempleo, regímenes autoritarios y corruptos, instituciones caducas, violación de los derechos humanos, impunidad en la impartición de justicia, procesos democráticos simulados, sindicalismo “charro”, grupos empresariales dominantes sin responsabilidad social, deficiente sistema educativo, infraestructura limitada y de baja calidad y más recientemente, una violencia excesiva derivada del crimen organizado, entre otros problemas estructurales que ya son crónicos.

El expresidente Vicente Fox y el Presidente Enrique Peña Nieto son quizá los que más expectativas favorables crearon al inicio de sus mandatos. Vicente Fox no supo aprovechar la sinergia que se registró en la República por la alternativa en el poder; después de más de 70 años de la prevalescencía de servidores públicos corruptos, ineficientes y autoritarios. Asimismo, la economía de EUA, un factor impulsor de la actividad productiva nacional, estuvo en auge durante el gobierno de Vicente Fox: un “vaquero” ocurrente, mal hablado, inculto, de carácter “atropellado” y frívolo, sin visión de estadista y dominado por su esposa, que tenía ambición de sucederlo en la presidencia.

El avance medio de la economía mexicana en la administración de Fox fue de solo 2.03%; su mala gestión abrió las puertas para que el lunático candidato de la llamada izquierda, Manuel López Obrador, casi ascendiera a la presidencia de la República; la cual le fue arrebatada por un porcentaje mínimo por el panista Felipe Calderón, cuyo trabajo fue muy cuestionado en virtud de que el PIB solo creció 2.04% por año en su administración; su gobierno lo constituyó en base a los amigos y se le fue de las manos la paz social, al desbordarse la violencia de los carteles del crimen organizado; los panistas, el partido de Felipe Calderón, se sirvieron con “la cuchara grande” en el sector público; igualaron o superaron en corrupción a los viejos dinosauros del PRI y usaron todas las artimañas de estos para mantenerse en el poder y ayudar “a los cuates”. Al inicio del mandato de Enrique Peña Nieto (EPN) renació el entusiasmo en México, sobre todo en el sector empresarial. Con el Pacto por México se reactivó la actividad legislativa, lográndose acuerdos en el Congreso para que aprobaran iniciativas de ley a fin de realizar reformas estructurales que habían sido pospuestas desde la época del presidente Ernesto Zedillo; el optimismo que se creó con EPN se extendió más allá de las fronteras de México, el semanario británico The Economist, calificó que era el momento propicio (Mexico´s Moment) para que el país iniciara una etapa de prosperidad.

El primer año de la administración de EPN fue decepcionante, el crecimiento del PIB apenas rebasó el 1.0%, explicado en buena medida por el limitado adelanto de la economía de EUA y el ajuste natural de la actividad productiva interna por la baja cíclica del gasto público que se registra al inicio de cada sexenio. Por lo demás, EPN constituyó un gabinete basado en políticos cuestionados en su moralidad y eficiencia; que han reflejado la imagen del viejo PRI. El plan que EPN prometió en su campaña para combatir a las bandas criminales nunca se delineó.

A dieciocho meses de operación de la administración de EPN existe desilusión, The Economist en un artículo publicado en mayo pasado habla del “atorón” del mañana de México. De un pronóstico de crecimiento original del gobierno de 3.9% en el 2014, ya fue reducido a entre 2.0% y 2.7%. En materia económica se ha vuelto a instrumentar la ortodoxia; la decisión de incrementar impuestos cuando la economía aún “no calentaba” acentuó la desaceleración de la actividad productiva; por el contrario, ante la pérdida de vigor de la economía el sentido común indica bajar los gravámenes y crear estímulos fiscales. El artífice de la mal llamada reforma fiscal, que se “blindó” para que no se modificaran los gravámenes durante este sexenio fue el Secretario de Hacienda, el consentido del Presidente, quien no ha entendido que el mundo ha cambiado y que la dinámica de la globalización requiere de más creatividad y flexibilidad. El Secretario de Hacienda, quien tiene pretensión de sustituir al presidente EPN después de que este último termine su mandato, no solo es criticado por sus malas decisiones en materia de política económica, también por que ha mostrado prepotencia con funcionarios públicos de alto nivel y empresarios, a quienes recibe cuando se le antoja o simplemente no habla con ellos.

Las actitudes del Secretario no honran a sus padres, a quienes conocí. Su padre fue funcionario medio en el Banco donde trabajé por largo tiempo, era una persona afable, murió de cáncer; me imagino que su hijo, el hoy Secretario de Hacienda, era un niño en aquél entonces. Su madre también trabajó en el Banco; en el área Fiduciaria o Jurídica; es una bella mujer con personalidad. Después de la muerte de su marido volvió a contraer nupcias con un empresario importante del que posteriormente se divorció. Laboró en otro Banco de México, hasta hace pocos año, como Directora General del área Fiduciaria del mismo. Hace unos cuatro años me la encontré en un evento de la Universidad Anáhuac en relación al tema de la Responsabilidad Social de la empresa; platiqué con ella, sigue siendo una persona sencilla y alegre. Así que, en el caso de nuestro flamante Secretario de Hacienda, no funciona el dicho “de tal palo tal astilla”.

Retomando el relato de los hechos que muestran el creciente deterioro económico, social y político que registra el país; causa desasosiego el desaseo que impera en los funcionarios públicos y legisladores que muestran incompetencia, inmadurez y un afán de arrasar con los recursos públicos para su beneficio, aquí algunos ejemplos de sus inapropiadas e inmorales conductas.

-A invitación de la Casa de las Américas de Madrid para la celebración del Centenario del Natalicio del poeta mexicano Octavio Paz en la capital de España en mayo pasado, no solo viajaron a ese país tres integrantes de la Comisión de Cultura del Senado, sino una docena, entre ellos, tres de los principales negociadores de las leyes secundarias en materia energética y de telecomunicaciones, poniendo en riesgo el plazo establecido para ese propósito. Uno de los senadores no tuvo empacho en confirmar que aprovecharía el viaje “para tomar unos días de vacaciones en Europa”… que cinismo. Obviamente los viáticos corren a cuenta de los causantes.

-En la recién aprobada Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación se otorgó una “pensión vitalicia” a los magistrados electorales en retiro, no jubilación; lo que significa alrededor de seis millones de pesos anuales, incluyendo prestaciones, por persona. Entre los siete magistrados se encuentra una persona de aproximadamente 40 años que de coordinador de la Carrera de Derecho en la Universidad Anáhuac del Sur pasó directamente a ser magistrado electoral; ante el estupor que causó en la opinión pública el asunto de la pensión vitalicia un verdadero “robo en despoblado”, los magistrados rechazaron anticipadamente esa compensación; y finalmente los legisladores federales de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados derogaron la reforma a la ley que otorgaba las absurdas pensiones vitalicias. Si se hubiera mantenido la Reforma; seguramente en breve los legisladores hubieran presentado una iniciativa al Congreso para que ellos fueran beneficiados con una pensión vitalicia, como si no fuera suficiente los ingresos y prestaciones que reciben por su improductiva labor que realizan y por las prebendas de que gozan en el ejercicio de sus funciones.

-Dirigentes del PRD realizaron del 26 al 29 de mayo pasados una visita a Washington para reunirse con funcionarios del gobierno de Obama, Congresistas y empresarios de EUA, a fin de advertirles sobre los riesgos que corren si invierten en el sector petrolero y en la industria eléctrica de México; en las próximas semanas también viajan a Noruega, Inglaterra y España. Mi opinión respecto a esta gira es que no solo debió de prohibirse, sino castigarse por traición a la patria.

Los desaciertos, conductas irresponsables y actos de abuso, entre otras acciones y actitudes absurdas y dolosas de funcionarios públicos, legisladores, políticos y otros grupos de la sociedad mexicana, son numerosos y darían lugar a la elaboración de más de cien Crónicas Intrascendentes. El país no puede funcionar con base a absurdos, sin un claro liderazgo y una visión del modelo de largo plazo a instrumentar en México; por lo pronto, resulta evidente que las reformas estructurales que se han aprobado en el Congreso, particularmente la energética y la de telecomunicaciones, y que aún falta por aprobar las leyes secundarias de las mismas eran ineludibles. Las repercusiones de los cambios se sentirían cabalmente en una década; al mismo tiempo hay que estar conscientes que si bien “las reformas son necesarias, no son suficientes”; se requiere de una cultura que refleje valores humanos y un espíritu de justicia social para generar un beneficio colectivo que no contradice al deseo individual de la gente de crearse un patrimonio familiar.