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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Junta de APEIM     

El fin de semana pasado se llevó a cabo la reunión mensual de la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México (APEIM) cuyo tema central fue el Holocausto, en virtud de que en los próximos días se realizará el Día Internacional de Conmemoración de las víctimas del Holocausto. La junta, a la vez  que conmovedora, fue triste; Manuel Taifeld, miembro de la Asociación, considerado como el Cronista Gráfico de la Comunidad Judía de México, presentó un valioso video que elaboró sobre el Holocausto, en que destaca el relato de Samuel Sirkin, quien fue mi compañero en la primaria en la Escuela Yavne en los años cuarentas del siglo pasado, que tuvo como trasfondo escenas del Shtetel (pequeño pueblo judío en Europa previo al Holocausto) con una modulación extraordinariamente emotiva, describió cómo las hordas nazis irrumpieron en los pueblos judíos europeos rompiendo con la armonía que allí reinaba y còmo impusieron el terror y asesinaron a sus pacíficos habitantes; su narración fue dramatizada con descripciones en un perfecto idish (idioma que desarrollaron los judíos de diferentes países de Europa para comunicarse entre sí en un lenguaje común) que erizó mi piel. Asimismo, el video de Manuel contenía una vibrante visión religiosa del rabino Abraham Barfeld sobre el significado del Holocausto.

El desayuno de APEIM llegó a su cenit emotivo con un video que Saul Kawa presentó sobre una entrevista que le hicieron a su madre, sobreviviente del Holocausto, ya fallecida. Saúl era sobrino de Moisés Kawa quien fuera amigo de mi padre, ambos formaban parte del clan de Shnaiders (sastres) judíos en México en los años cuarentas y cincuentas. Yo no conocía a Saúl, empero, lo identifiqué inmediatamente por la gran similitud de sus rasgos con su tío, los genes son innegables. El rostro de la madre y el tono de sus palabras en la entrevista que le hicieron expresaban el dolor de quien vivió en carne propia una de las mayores tragedias de la Humanidad. Contó cómo ella y su hermana junto con otra docena de adolescentes fueron “arrancadas” de sus hogares y llevadas a un campo de concentración donde recibieron tratos inhumanos indescriptibles. Pasó hambre, humillación y un gran dolor; menciona que las hacían trabajar en cosas absurdas, sin valor; como transportar pesadas piedras de un sitio a otro para desgastarlas y para que murieran. Su hermana no sobrevivió, fue enviada a la cámara de gas. Su hermanito, como ella lo llamó en varias ocasiones, murió baleado a la entrada de su casa cuando estaba sentado en un escalón y pasó un vehículo con soldados alemanes y le dispararon solo por ser judío. Durante la entrevista contó hechos inenarrables; los asistentes a la junta de APEIM nos sumimos en un silencio solidario y contuvimos las lágrimas, más no el dolor que oprimió el corazón.

Al final de la reunión, dos de los asistentes a la misma, miembros de APEIM y sobrevivientes del Holocausto, hicieron unos comentarios escuetos de su experiencia en la Segunda Guerra Mundial. Max Bery, judío de origen francés de la Zona de Alsacia en la frontera con Alemania y Suiza, de 87 años, empero, que representa 70 o 75 años, comentó que cuando estalló la guerra él tenía 15 años se refugió en una escuela con otros dos niños judíos, allí llegaron los nazis y él pudo huir a los bosques donde sirvió de enlace entre grupos de la Resistencia. Llegó a México como ingeniero mecánico y se quedó a vivir aquí.

También habló Willy De Winter, de origen Holandés, siempre elocuente y alegre en las reuniones, de 81 años; que solo expresó pocas palabras sobre su vida cuando los alemanes atacaron la población donde él vivía cuando era un niño. Quizá los videos que vio en la Junta lo agobiaron y no tuvo mucho ánimo para platicarnos sobre su historia. En fin, la reunión de APEIM remarcó lo que la mayoría de los judíos expresamos sobre el Holocausto: ¡Nunca Jamás!

 

Fraudes en el sistema bancario del mundo.

El reciente fraude que cometieron los socios mayoritarios y directivos de Ficrea, una sociedad financiera popular, con sede en la Ciudad de México, a casi 6,000 personas que depositaron recursos en la misma. Para un gran número de personas que invirtieron en esta sociedad significó la pérdida de los ahorros de toda su vida. El fraude ha creado incertidumbre y desconfianza entre los ahorradores del resto de este tipo de sociedades. El monto del ilícito se calcula en alrededor de 6,000 millones de pesos que literalmente “se robaron” los principales directivos y accionistas de Ficrea y que lo utilizaron para comprar yates, automóviles, realizar paseos, entre otros conceptos. Ficrea atrajo los depósitos de individuos e instituciones públicas y organismos descentralizados pagando inicialmente tasas de interés elevadas. Llama la atención la participación de estos últimos con aportaciones millonarias y de personas físicas o morales con depósitos individuales que fluctúan entre 10 y 100 millones de pesos, muchos de ellos sin haber sido identificados plenamente porque lo hicieron vía fideicomisos de administración, “figura que impide conocer de forma rápida quiénes son los dueños del dinero”, Sin conocimiento de las autoridades financieras, es posible que Ficrea haya sido creada para operaciones de lavado de dinero, con la buena fe de gente honesta que depósitò sus recursos en esa financiera.

El lavado de dinero es una actividad extendida en el mundo que en el presente se estima asciende a entre 800,000 y dos billones de dólares anuales. El lavado de dinero a escala se remonta a los años veintes del siglo pasado con la prohibición de la venta de alcohol en EUA. Posteriormente, al inicio de los ochentas, las ganancias del lavado de dinero de actos ilícitos vinculados con el tráfico de drogas, de personas, de armas, de órganos humanos, de la prostitución, de la evasión fiscal, de secuestros, extorsiones, del terrorismo, de la corrupción, entre otros, que han sido invertidos ya “limpiando la economía, a través de los sistemas financieros o por medio de otros mecanismos “legales” como las remesas de braceros. Los paraísos fiscales, una prolongación de los sistemas financieros y el desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) han facilitado la transferencia de fondos entre países.

En 1988 en la Convención de las Naciones Unidas “contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas” se tipificó el lavado de dinero y se decidió elaborar legislaciones en las naciones para prevenir y combatirlo. No obstante, el lavado de dinero y los fraudes en el sistema financiero impulsados por directivos del mismo han crecido exponencialmente. En este sentido, cabe recordar la estafa por 50,000 millones de dólares, que realizó el financiero Madoff, la mayor en la historia realizada por una sola persona, quien logró engañar a grandes inversionistas, bancos, fundaciones y organizaciones caritativas, principalmente de las comunidades judías de diferentes países. Madoff fue detenido en el 2008 y sentenciado en el 2009 a 150 años de cárcel. También el banquero texano, Allen Standford defraudó a un gran número de inversionistas, entre ellos a un grupo importante de la comunidad judía de México, Standford fue condenado a 110 años de cárcel en el 2009.

En este contexto, en EUA, Suiza y el Reino Unido multaron con 3,300 millones de dólares a cinco bancos el año pasado por manipular divisas en el mercado internacional. Asimismo, varios de los más importantes bancos de EUA, fueron sujetos de multas millonarias por prácticas inadecuadas en el 2014. Aparentemente a estas instituciones no les ha importado pagar las multas en virtud de las pingües ganancias que han logrado tener a través de “operaciones irregulares”.

Diferentes analistas consideran que si los países y territorios cumplen con los convenios que han firmado sobre intercambio de información financiera y tributaria, implicará el final del secreto bancario, y dejarán de ser catalogados como paraísos; el monto estimado de recursos ocultos y libres de impuestos en los diferentes paraísos fiscales del mundo asciende a 32 billones de dólares.

En este ámbito al final del 2014 México y otras 50 jurisdicciones de países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y del Grupo. 20 firmaron un acuerdo para el intercambio inmediato de información financiera, hay que esperar a que cumplan con este propósito.