TINIMA20130715_0469_5-enlace-judio-mexicoABDULRAHMAN AL-RASHED

 

Las huellas de Irán están por todas partes. Sus actividades se extienden a lo largo de la región, principalmente en torno a Arabia Saudita, en Irak, Yemen, el Golfo, Siria y Líbano, donde está involucrado en la política, los medios de comunicación, petróleo, armamento y religión. ¿Entonces es un enfrentamiento extendido, o son los disturbios de la región, resultantes de la Primavera Árabe y sus colapsos, la única razón para lo que está sucediendo?

La disputa con Irán es antigua. Algo de ella ha sido heredada, y la mayoría es el resultado de una política seguida por el liderazgo de Irán, que no oculta su aspiración a extender y exportar su revolución a la región. A pesar del entusiasmo y propaganda, a Irán le llevó 34 años expandirse. Como tal, sus ganancias han sido humildes dado el largo período.
Riad y Teherán se reunieron anteriormente luego de enfrentar la invasión de Kuwait por parte de Saddam Hussein, y llegaron a un acuerdo de reconciliación bajo el presidente iraní Hashemi Rafsanjani. Terminaron las tensiones, pero la reconciliación no duró más de cinco años, después que los saudíes se dieron cuenta que Irán no había detenido su expansionismo.

Irán está actualmente en un estado ofensivo, del tipo que no hemos visto en la historia moderna. Está combatiendo en forma directa en Siria e Irak, y tiene representantes en Líbano, Gaza, Yemen y otras partes. También tiene una presencia en Sudán, aunque el Presidente Omar Bashir afirma que ha cerrado todas las oficinas iraníes.
Yemen es la última apuesta iraní, pero Teherán es incapaz de tener éxito allí. Sin importar cuanto esfuerzo haga a través de los rebeldes y del depuesto presidente Ali Abdullah Saleh, Yemen sigue estando social y políticamente cercano a Arabia Saudita.

Yemen le costará a Irán más que lo que piensa a medida que pasa el tiempo y cuando empeora la lucha. Las partes extranjeras, tal como los países occidentales, se darán cuenta que el apetito expansionista de Irán no es sólo una amenaza para los países en la región sino que también toma como blanco áreas de estabilidad y apoya a grupos violentos que amenazan el mundo.

Esta ha sido la naturaleza del régimen iraní desde la década de 1980. Imita el viejo modelo soviético apoyando lo que llama “movimientos de liberación en el Tercer Mundo”, en el nombre de dañar a regímenes que no concuerdan con su camino político.

Irán también se enfoca en apoyar a ciertos grupos en la región contra los gobiernos centrales. En Líbano, apoya a Hezbollah y ha debilitado al gobierno central, aunque el último no se opone a Irán en los alrededores de Líbano.

De igual manera, Irán ha apoyado a Hamas contra la Autoridad Palestina, aunque la última nunca estuvo contra Teherán. Irán ha apoyado a los palestinos durante años, aunque el régimen de Saleh entonces tenía buenas relaciones con Teherán.

En Irak, la política y participación de Irán son mucho más claras. Apoya a milicias y partidos más de lo que apoya al gobierno central. Teherán apoya a las llamadas fuerzas de movilización en Irak como una alternativa al ejército nacional, partes del cual no concuerdan con Irán.

En este contexto, y el de una carrera de armas, todas las partes están reevaluando sus capacidades militares y buscando fortalecerlas. Si Irán no termina sus incursiones en el Golfo y más allá, y si continúa rechazando soluciones para luchas importantes tales como la de Siria, entonces las confrontaciones aumentarán y su seriedad empeorará.

Se volverá más difícil controlar las disputas y sus repercusiones. ¿Por qué pedimos a Irán y no a Arabia Saudita que se detenga? Porque Teherán está siempre a la ofensiva mientras que Riad está a la defensiva, precisamente como lo que está ocurriendo en Yemen.

Fuente: Arab News

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México