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Por Fred Maroun

En una entrevista para la radio realizada el 3 de marzo, el anfitrión Yishai Fleisher me preguntó cómo se puede luchar contra la continua y abrumadora corriente de mentiras anti-sionistas. Le respondí que en última instancia la única defensa es la fortaleza de Israel. A continuación proporciono una respuesta más completa.

La necesidad de fortaleza

Alianzas y amistades son importantes, pero no pueden garantizar la supervivencia de una nación judía aislada en Oriente Medio , ampliamente demonizada por gran parte de la comunidad internacional debido al antisemitismo. Sin embargo, aunque los judíos fueron indefensos, el Estado judío está lejos de serlo hoy.

Durante casi 67 años, Los enemigos de Israel han intentado sin éxito, y continúan intentando perforar la fuerza de Israel con el fin de destruirlo. Pese a su relativamente pequeño tamaño, el país ha sobrevivido numerosas guerras y ataques terroristas en su contra gracias a su ingenio, resistencia y fuerza.

Casi 67 años tras su independencia, la amenaza a la supervivencia de Israel sigue siendo muy real, y, posiblemente, más fuerte que nunca. El antisemitismo internacional ha alcanzado un nuevo pico desde la Segunda Guerra Mundial, y las mentiras, la demonización y la violencia contra Israel no parecen disminuir. Israel debe seguir siendo fuerte, y conforme sus enemigos van ganando fuerza, debe ser más fuerte aún. Esta fortaleza debe expresarse en distintas formas:

Un ejercito fuerte

Durante mucho tiempo, Israel se ha basado en la disuasión militar como una forma de mantener a sus enemigos controlados. Luego de tres guerras árabes sin éxito contra Israel, que culminaron en la Guerra de Yom Kipur de 1973, la disuasión ha logrado evitar que los países árabes ataquen a Israel. Sin embargo, esta misma disuasión ha sido ineficaz contra organizaciones terroristas que veneran la muerte como Hamas y Hezbolá, mientras continúan armándose y ganando fuerza pese a algunos reveses. Hoy Israel también enfrenta la grave amenaza nuclear del régimen islámico iraní.

Israel fue visto por sus enemigos como débil en el Líbano y Gaza, porque evitó destruir a Hezbolá y Hamas. La supervivencia misma de estas organizaciones es vista por sus partidarios fanáticos como una victoria, independientemente de los costos humanos y materiales infligidos a ellos mismos y a sus pueblos. Israel también es visto como débil contra Tejerán debido a que muchos años después del inicio del programa nuclear iraní, no ha destruido sus plantas nucleares como lo hizo en Irak y Siria.

La presión de sus aliados para limitar las bajas civiles juegan un papel importante haciendo que Israel parezca débil ante las amenazas actuales. Sus enemigos terroristas actúan sobre esta aparente debilidad asegurando máximas víctimas civiles en cada guerra con el Estado judío. Israel debe buscar el equilibrio entre disuadir a sus enemigos y calmar las preocupaciones de sus aliados, teniendo en cuenta que las amenazas de Irán y sus aliados terroristas continúan creciendo, Israel aún debe esforzarse por encontrar el equilibrio adecuado y adaptar su fuerza militar a las amenazas actuales.

Una economía fuerte

La fortaleza económica de Israel es crucial porque sin ella,el país no puede permitirse el lujo de mantener la fuerza militar necesaria. El movimiento BDS es un aliado obvio de Irán y sus representantes. Su función es debilitar la economía de Israel a fin de que el Estado judío sea un objetivo militar más fácil. El hecho de que hasta ahora la estrategia BDS ha perjudicado a los palestinos en su mayoría carece de importancia para los activistas.

Asimismo, la economía de Israel es importante para mantener sus amistades alrededor del mundo, ya que diversas naciones han utilizado su experiencia en áreas clave como la agricultura y la alta tecnología. Sus esfuerzos por diversificar su grupo de agentes económicos (entre ellos India, China, Japón y México) es un indic de que se toma en serio su fortaleza económica, y debe continuar esta mejoría.

Una fuerte identidad judía

La principal razón de la fuerza de Israel ha sido su estatus como la única nación judía. Como una vez dijo la ex primer ministra israelí Golda Meir, “Nosotros los judíos tenemos un arma secreta en nuestra lucha contra los árabes; no tenemos otro lugar a donde ir.” Si los ciudadanos israelíes dejan de pensar en sí mismos como los defensores cruciales del anhelado Estado judío, perderán esa ventaja, y se convertirán en una nación más del Medio Oriente que puede ser derrotada por la voluntad.

Aunque Israel ofrece a sus ciudadanos árabes más libertades y oportunidades que cualquier otro país de Oriente Medio, y aunque muchos de los árabes israelíes son ciudadanos leales, la mayoría de ellos todavía ven a Israel como el enemigo, y siguen eligiendo representantes que promueven versiones erróneas de la historia con el fin de promover el odio contra los judíos. Por esta razón, a fin de mantener la seguridad de Israel, los representantes árabes no pueden ser incluidos en ninguna coalición de gobierno.

Para preservar una fuerte identidad judía, Israel requiere retener una gran mayoría de votantes judíos. Cualquier desarrollo que debilite la mayoría judía de Israel, como la anexión de Judea y Samaria debilitará a Israel, incluso fatalmente. Cualquier decisión sobre las fronteras de Israel debe tomar en cuenta esto.

Un fuerte proceso político

Desde los días en que el Mapai / Laborismo eran un bloque de poder, Israel ha tenido gobiernos débiles en su mayoría, incapaces de dirigir al país por un sendero claro para el futuro. El sistema político de Israel permite la existencia de partidos pequeños, e inhibe la formación de gobiernos fuertes que pueden hacer planes a largo plazo sin temor a romper una coalición frágil.

El sistema político de Israel es comparable al de Italia, un país donde el sistema político es en gran medida disfuncional. La única certeza en cualquier elección israelí es que el gobierno resultante estará formado por una coalición frágil y artificial que continuamente tendrá que equilibrar agendas conflictivas con el fin de sobrevivir. Tales gobiernos se concentran por necesidad para llevar a cabo objetivos a corto plazo.

Cada país tiene soluciones políticas específicas, y un modelo como el de Canadá, que por lo general se basa en mandatos fuertes de cuatro años de gobiernos mayoritarios, puede no ser apropiado para Israel, pero los israelíes deben de encontrar su propia solución, cualquiera que esta sea.

Valores morales sólidos

La fuerte identidad judía de Israel también depende de su continua fuerza moral. Como mencioné anteriormente, el éxito de Israel radica en los valores morales y propósito histórico del país. Si Israel fuera a perder esa fuerza moral, no habrá poder militar que pueda impedir la desintegración de su sociedad.

Para mantener valores morales fuertes, Israel también necesita continuar con sus esfuerzos para una mejor integración de los ciudadanos no judíos. Ellos deben lograr una mejor paridad con la población judía en términos de empleo y educación.

Uno puede fácilmente argumentar que Israel no es un ocupante en Judea y Samaria (Cisjordania), y que simplemente reclama la tierra judía. En términos prácticos, sin embargo, Israel es un ocupante, ya que no puede expulsar a residentes no judíos (debido a su propia ética) ni ofrecerles ciudadanía (porque esto destruiría al Estado judío).

El ser un ocupante tiene un peso moral que recae sobre muchos israelíes. Yo no creo que Israel haya perdido su fuerza moral, pero considero que esta fuerza erosionará lentamente si sigue como ocupante. Los israelíes deben encontrar la manera de poner fin a la ocupación pese a que el liderazgo palestino hace todo lo posible para asegurarse de que continúe. Volviendo al punto anterior, poner fin a la ocupación requiere un liderazgo político fuerte, que es prácticamente imposible bajo el sistema político actual de Israel.

No hay respuestas fáciles

Evidentemente, no es sencillo mantener la fuerza de Israel, en vista de las continuas amenazas de violencia y ante una comunidad internacional hipócrita, pero Israel todavía debe encontrar la manera. En los primeros días de la independencia, sus líderes políticos estaban de espaldas a la pared, y tomaron decisiones astutas y a veces polémicas que sustentaron la resistencia militar, unidad social, y fortaleza moral del país.

Hoy en día, los gobiernos de Israel son débiles, y el ejercito suele estar limitado. Los líderes de Israel se comportan como si la existencia de Israel no estuviese en tanto peligro como lo estaba en sus primeras décadas, pero están equivocados. De hecho, en algunos aspectos, el peligro es mayor hoy porque Israel ya no sólo se enfrenta al mundo árabe (que era extenso pero dividido y desorganizado); Israel se enfrenta a un conjunto más sofisticado, heterogéneo y determinado de enemigos.

Al final, no importa qué tan válido sea el proyecto sionista, ni cuán inmorales y vergonzosos sean sus enemigos, sólo Israel se salvará a sí mismo. El ser fuerte siempre ha sido y sigue siendo una necesidad absoluta, ahora más que nunca.

Fred Maroun es canadiense de origen árabe que vivió en el Líbano hasta 1984, incluso durante los 10 años de guerra civil. Fred apoya el derecho de Israel a existir como Estado judío, y es compatible con un Oriente Medio liberal y democrático, donde todas las religiones y nacionalidades, incluyendo palestinos, pueden coexistir en paz con los demás y con Israel, y donde se respetan los derechos humanos. Fred es ateo, liberal socialista y defensor de la igualdad de derechos para personas LGBT en todo el mundo.

Fuente: Times of Israel