Kashe

 

THELMA KIRSCH PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Hace más de 25 años tuve la suerte de convivir con mi Bobe Leike mientras me enseñaba  a cocinar los platillos que cada Shabat servía a la familia.

Nos sentábamos por la tarde en la mesa de su cocina con un plato de galletas mientras que ella, con su delantal, empezaba a contarnos cómo iba preparando los alimentos.

No sé a ciencia cierta si todos los nietos, bisnietos y tataranietos, que no alcanzaron a reunirse en su casa, entienden el significado que esos sabores dejaron grabados en nuestros recuerdos, en sus hijos, nietos y bisnietos que tuvimos la suerte de estar con ella en los Jaguim y puntualmente en su casa cada sábado.

Edité este libro ayudándome con las recetas que ella guardaba en una cajita de metal y que resultó ser un cofre de tesoros inimaginables, pues contenía toda una historia, la historia de una vida de amistades con las que intercambió recetas y palabras de amistad. Las recetas, algunas escritas en hojitas de algún calendario que casi se desbarataban al tocarlas y otras (muchas) en Yiddish, escritas sobre las calificaciones de mi papá, sobre cuentos sacados de no se donde… cartas de amigos que alcancé a conocer y muchas otros que nunca supe quienes fueron.

Hace más de 20 años pasé en limpio todo el material y edité un libro. Se vendió aquí en Monterrey y el dinero recabado por su venta se fue directamente al colegio. (Creo que eso es lo que ella hubiese deseado). El libro se agotó. … aún hay bisnietas que me lo piden. El proyecto de reeditarlo vendrá mas tarde.

En esta ocasión quiero compartir con los lectores de Enlace Judío algunas de las recetas que ella preparaba. Es la comida que se cocinaba en su Shteitl allá en Lituania. Me pregunto… ¿Es a través de estos platos su manera de acercarnos a su pueblo, a sus recuerdos o a la cocina de su madre?

¡Mis respetos y admiración por su fortaleza! ¡Por haber salido adelante sabiendo que su familia en Europa desaparecía! (solo D’s sabe dónde),  y formar un núcleo alrededor de su casa que siempre estuvo abierta para todos, además ser la primera en ayudar en todas las instituciones de las comunidades judías, no solo en Monterrey sino sobre todo en Israel donde tuvo excelentes amigos y gente que la respetaba, además de trabajar hombro con hombro al lado de mi abuelo.  Fue presidenta vitalicia de la WIZO, fundó un maternal. Una de las alas de la biblioteca de la Universidad de Tel Aviv lleva su nombre y donó becas para estudiantes que hoy se destacan en Israel, además de haber sido Azkanit toda su vida en Keren Hayesod y Keren Kayemet.

Sé que en su cocina se quedaron miles de secretos que jamás conoceré, pero espero que mis nietos sepan que tuvieron una tatarabuela que ya pensaba en ellos y nos educaba para transmitirles los valores familiares.

Intentaré dejar un recuerdo en cada receta, una vivencia, un porqué o un trozo de mi niñez y así revivir los momentos familiares y cercanos recordando a esta mujer que ¡trabajaba sin parar desde muy tempranas horas de la mañana para tener todo listo y a la perfección!

¡Desde Monterrey ciudad de las montañas!

Preparación de la Kashe

Ingredientes:

1 caja de Kashe

3 huevos

3 cebollitas picadas

aceite

sal

pimienta

1 cucharada de azúcar

Instrucciones:

Batir los huevos y revolverlos con la Kashe a que se cubran todos los granos muy bien. Esparcir la Kashe en una charola y meterla al horno hasta que se seque un poco y se deshagan los grumos.

Aparte freír las cebollas en el aceite. Agregar allí la Kashe y cubrirla con agua hirviendo hasta que se cubra la pasta (cuidar de no poner agua de más). Sazonarla con la sal, pimienta y azúcar. Una vez que hirvió, meterla al horno y dejar que se acabe de cocer.

La kashe se puede revolver una vez lista con pasta cocida al dente o usarla como relleno de un kigl.

Kigl de Kashe

Ingredientes para la masa:

3 tazas de harina (si se requiere se puede usar un poco más)

2 huevos

2 cucharitas de sal

½ taza de aceite

2 cucharaditas de Royal

1 taza de agua tibia

¼ taza de azúcar

Instrucciones

Revolver los ingredientes secos. Agregar los huevos e ir amasando, luego el aceite y por último el agua hasta tener una masa manejable. Dejar la masa reposar por media hora. Extender la masa sobre un secados formando un óvalo. Encima de la masa poner la kashe ya cocinada. Enrollarla ayudándose con el secador o el paño de cocina y ponerlo en un pyrex bien engrasado. Barnizar con huevo. Hornearlo hasta que esté dorada la masa. Estará listo cuando al pegarle suavemente con el dedo se escuche un sonido hueco.

¡Buen provecho!