Cada vez aparecen más indicios de que el EI en el territorio sede de su presunto califato va perdiendo terreno.

ESTHER SHABOT PARA LA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La fuerza aérea de Estados Unidos acaba de bombardear en Sabratha, territorio libio cercano a Túnez, una base operativa del Estado Islámico (EI). Los primeros reportes hablan de 41 muertos, entre ellos uno de los líderes importantes del grupo terrorista, Nouredinne Chouchane, de origen tunecino. Esta noticia es reveladora de que el EI ha estado extendiendo sus tentáculos más allá del escenario sirio-iraquí, y de que su presencia en el norte de África es una realidad. Sin embargo, es posible que no todo sean malas noticias al respecto. Cada vez aparecen más indicios de que el EI en el territorio sede de su presunto califato va perdiendo terreno debido a los ataques conjuntos de todas las fuerzas que lo combaten, al tiempo que crecen sus apremios económicos en razón del derrumbe de los precios del petróleo, una de sus principales fuentes de ingreso. De igual forma, un informe elaborado por el Programa sobre Extremismo de la Universidad George Washington reveló hace un par de días que el alcance del EI en las redes sociales en lengua inglesa se ha estancado gracias a la detección oportuna de sus intentos proselitistas. Twitter anunció que desde mediados de 2015 ha cerrado más de 125 mil cuentas relacionadas con actividad terrorista, la mayor parte de ellas conectadas con el EI.

Tal parece que en este contexto de decadencia, el EI se ha visto obligado a buscar otra alternativa para desde ahí reorganizar su proyecto del califato. Y es justamente Libia, en su calidad de Estado fallido, el lugar que ofrece las mejores condiciones para ello. Desde el derrocamiento del régimen del general Ghadafi hace cinco años, el país ha estado sumido en un caos total dentro del cual la guerra entre tribus no ha permitido estabilización alguna. De hecho, dos distintos gobiernos, uno con sede en Trípoli y otro más al occidente se disputan la legitimidad de la conducción política. Los esfuerzos de la comunidad internacional por encauzar la formación de un gobierno de unidad han fracasado hasta ahora por lo que la confusión y los vacíos de poder han aparecido como gran oportunidad para que el EI, duramente golpeado en Siria e Irak, esté intentando reubicarse ahora en Libia a fin de convertir este lugar en una nueva base territorial desde donde reemprenda su campaña de terror para crear su califato.

A diferencia del Al-Qaeda que no actúa desde una base territorial amplia y bajo su total control, el EI desde su aparición, tomó posesión de una amplia zona que abarca territorio iraquí y sirio donde desplegó sus fuerzas militares, confiscó propiedades y pozos petroleros, tomó botín de guerra, impuso su cruel legislación, cobró impuestos y mató “infieles” en masa por medios especialmente crueles. Su aspiración de reconstruir el califato requiere del elemento territorio por lo que Libia parece ser la alternativa por la que el EI ha optado una vez que su control de la zona sirio-iraquí se está encogiendo. El teatro de operaciones contra el EI se desplaza así y este último bombardeo de las fuerzas de Washington contra las bases del EI en Sabratha lo confirma sin duda. Todo indica que la lucha no será fácil puesto que el caos libio se presta a alianzas cruzadas y a altos niveles de confusión que inyectan una gran dosis de incertidumbre a lo que puede esperarse en este frente de guerra.

Fuente: Excelsior