LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Turquía tiene una posición geográfica estratégica en el mundo al ser un país intercontinental ubicado en Asia y Europa; de su superficie total, 783,560 km2, el 97.0% se localiza en Asia, que comprende en buena parte a Anatolia, separada de la Turquía Europea (3.0% de la superficie del país) por el Bósforo, el Mar de Mármara y los Dardanelos, que en conjunto forman un vínculo entre las aguas del Mar Negro y el Mar Mediterráneo. Turquía ha sido cuna de civilizaciones.

La economía de Turquía registró al inició de los ochentas una serie de reformas orientadas a transformarla de un sistema estatista a uno de mercado que le permitieron un crecimiento dinámico de 4.0% anual en promedio entre 1981 y el 2003. Reformas adicionales propiciaron que el PIB aumentara a una tasa media anual de 7.4% en el periodo 2002 al 2007, la crisis financiera mundial 2008-2009 incidió en que el avance fuera de solo 0.7% en el 2008 y declinara 4.8% en el 2009, recuperándose en el 2010 con un adelanto de 10.0%. En el siguiente lustro el crecimiento se moderó, y en el 2015 repuntó 3.8% en relación al año previo. El PIB de Turquía sumó 661,162 millones de euros el año pasado y su PIB per cápita fue de 8,510 euros, al considerar que su población sumó aproximadamente 78 millones de habitantes.

Por otra parte, en el contexto político de Turquía se ha observado un importante viraje a partir del 2003 cuando Recep Tayyip Erdogan (RTE), líder del partido Justicia y Desarrollo (AKP), ascendió al poder como primer ministro y, después como Presidente, quien ha ido desmantelando gradualmente el carácter laico republicano del país, heredado de Kemal Ataturk, militar, líder nacionalista y estadista, fundador de la República de Turquía y su primer presidente (1923-1938); orientándolo a un proceso de islamización y al ejercicio de un poder dictatorial y represor contra quienes se manifiestan en las calles y en los medios de comunicación.

RTE tuvo una respuesta de rechazo de la población en las elecciones para la Asamblea Nacional en junio del 2015 en las que perdió la mayoría absoluta que tenía desde el 2013. RTE ha pretendido cambiar la Constitución para ampliar sus poderes y convertir al país en una República Presidencialista. No obstante, después de semanas de un entorno de convulsión en Turquía por la violencia desatada por los rebeldes kurdos del Partido de los Trabajadores, de las amenazas de los terroristas del Estado Islámico (EI), del impacto de la guerra civil en Siria y ante el temor de que la economía turca entrara en un proceso recesivo, el partido gubernamental convocó a nuevas elecciones el primero de noviembre pasado ganando muchos votantes con un mensaje de estabilidad que le permitió recuperar la mayoría en la Asamblea.

En el marco de la islamización que ha llevado a cabo RTE ha buscado fortalecer las escuelas islámicas y la construcción de mezquitas; desde su llegada al poder ha construido 17 mil sitios de oración islámica, ha financiado la edificación de 10 mezquitas en el exterior y 10 más se encuentran en fase de planificación. Desde el 2002 se disparó el número de mezquitas construidas hasta más de 82,000, el 10.0% se construyeron en la última década. RTE elevó el presupuesto del rubro de “asuntos religiosos”. Ha crecido el número de clérigos de religión sunní para atender a las nuevas mezquitas. Destaca que ha equiparado los estudios de los centros religiosos a los realizados en escuelas laicas y los puestos de trabajo de la administración pública a los que antes no se permitía acceder a religiosos, ahora están siendo acaparados por estos últimos.

Asimismo, RTE ha restringido la venta de bebidas alcohólicas, (su consumo está prohibido en el Islam) y ha generalizado el uso del velo islámico para funcionarias públicas, que estaba prohibido en la Turquía laica. Por otra parte, ha limitado las manifestaciones públicas de las religiones, abogando hipócritamente por un país laico.

RTE revirtió el enorme poder que tenía el Ejército sobre las instituciones públicas, aprobó una ley que hizo que los altos cargos del Ejército, antes intocables, respondieran a tribunales civiles.

Turquía vive en un entorno de inseguridad en virtud de que por una parte enfrenta a las milicias del partido de los trabajadores del Kurdistán (PKK) que a raíz del inicio de la guerra civil en Siria han incrementado sus demandas de autonomía territorial de Turquía. La población kurda se asienta en el Sureste del país y en su frontera con Siria.

En julio del 2015 se rompió el alto al fuego que había establecido el gobierno turco con el PKK, en vigor desde el 2013, lo que ha provocado enfrentamientos entre los rebeldes kurdos y las fuerzas de seguridad de Turquía con un saldo de cientos de personas muertas. RTE lanzó una feroz ofensiva contra el PKK, sus aliados sirios y a el Estado Islámico; ya que como miembro de la OTAN aliado de EUA se ha sumado a la ofensiva contra los terroristas del EI. Turquía ha centrado sus ataques contra el PKK y ha causado numerosas bajas civiles.

Por su parte, el EI ha multiplicado sus atentados en Turquía, sobresale el del 10 de octubre pasado a una marcha pacifista en Ankara (la capital de Turquía) que causó más de 100 muertos.

Turquía se ha visto afectada seriamente por la permanencia en su territorio de más de 2.7 millones de refugiados sirios del total de casi 5 millones que han huido de la guerra Siria a países limítrofes. En este ámbito, Turquía se comprometió con la Unión Europea (UE) en marzo pasado en un plan migratorio para reducir el número de llegadas de inmigrantes que a través de su territorio que buscan llegar a las islas griegas, y de allí hacia Europa.

La UE expresó que elevaría la ayuda financiera a Turquía de 3,000 millones de euros a 6,000 millones y a levantar a partir de julio la exigencia de visado para los turistas turcos que visiten territorio europeo, además “de reavivar un proceso de adhesión comunitaria largo tiempo enterrado”. Sin embargo, los 3,000 millones extras solo llegarán una vez que se haya desembolsado el primer tramo de 3,000 millones y la aceleración de la liberalización de visados depende del improbable incumplimiento de 72 requisitos de los cuales Turquía satisface apenas 37. Por lo demás, las medidas tomadas entre la UE y Turquía difícilmente pueden frenar de golpe la oleada de refugiados a Grecia por la ruta del Egeo; continua el incesante tránsito de botes de goma cargados hasta el tope de gente que huye de la guerra siria o de la inseguridad en Irak, “al otro lado del Mediterráneo” muchos de los que se embarcan ignoran que la frontera no se ha cerrado y emprenden un viaje – que ahora irremediablemente es de ida y vuelta – engañados por las mafias.

Poner en práctica el pacto para regresar a los migrantes que entran a Grecia sin papeles, exige organización y medios que no existen. La exacerbación del autoritarismo de RTE y su radicalización del islamismo, han mermado la credibilidad de que Turquía podría ser un puente entre Occidente y el Medio Oriente.