LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Sobre el cielo y la tierra

Rocío una buena amiga de mi esposa, devota de la religión católica, me regaló un libro denominado “Sobre el Cielo y la Tierra” que es el resultado de una serie de profundas reflexiones del cardenal Jorge Mario Bergoglio, desde el 13 de marzo del 2013, el Papa Francisco, (PF) y el rabino Abraham Skorka (AS) rector del Seminario Rabínico Latinoamericano. Los diálogos entre el PF y el rabino AS se mantuvieron de manera alternada en la sede del Episcopado y en la comunidad judía Benei Tikva en Buenos Aires, Argentina. En el 2010 publicaron el Libro.

Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936; en 1969 recibió la ordenación sacerdotal y en 1992 la ordenación episcopal. Fue nombrado Arzobispo de Buenos Aires en 1998 y Cardenal del título de San Roberto Bellarmino en el 2011, y el 13 de marzo del 2013 se convirtió en el primer Papa Latinoamericano.

AS nació en Buenos Aires, Argentina, el 5 de julio de 1950. Doctor en Ciencias Químicas en la Universidad de Buenos Aires en 1979, rabino, en el Seminario Rabínico Latinoamericano, 1973; profesor de Biblia y Literatura Rabínica en el Seminario Rabínico Local y en el Jewish Theological Seminary of America; autor de numerosas publicaciones y varios libros. En el 2012 la Pontificia Universidad Católica Argentina le otorgó el Doctorado Honoris Causa, convirtiéndose en el primer rabino en recibir tal condecoración. En julio de este año, AS fue declarado personalidad ilustre de la ciudad de Buenos Aires, en función de su impulso para el diálogo religioso en el mundo. El diputado argentino, Daniel Lipovetzky, autor de la distinción, expresó que el diálogo interreligioso es muy importante en la lucha parar la no discriminación y AS es el referente.

En los diálogos que tuvieron PF y AS abordaron las más variadas cuestiones teológicas y terrenales: Dios, el fundamentalismo, los ateos, la muerte, el Holocausto, la homosexualidad y el capitalismo, entre otras muchas. Los planteamientos que se hacen no son fácilmente entendibles, al final de cuentas son teólogos que utilizan un lenguaje, a mi manera de ver, complejo. En este ámbito, a medio camino de la lectura del libro, comento aspectos sobresalientes de sus diálogos.

1. Significado del diálogo

El individuo se caracteriza por su especial capacidad para relacionarse con la naturaleza; con el prójimo, consigo mismo y con Dios. La relación con la naturaleza nace a partir de su observación y la íntima elaboración de lo observado; con el prójimo, a partir de las pasiones y las experiencias vividas, y con Dios, a partir de lo más profundo del ser, nutrido por todas las anteriores y como consecuencia del diálogo consigo mismo.

El diálogo con el prójimo demanda para sus actores descubrirse mutuamente; dialogar, en su sentido mas profundo, significa acercar el alma de uno a la del otro, a fin de revelar e iluminar su interior; en el momento que se alcanza tal dimensión, uno se da cuenta de las similitudes que comparte con el otro. Las mismas problemáticas existenciales, con sus demandas y sus múltiples resoluciones.

Las dimensiones espirituales alcanzadas individualmente solo adquieren sentido cuando sirven para compartirlas con muchos. Si bien las palabras pueden desdibujarse o tergiversarse con el tiempo, los conceptos pueden ser escritos y permanecen, documentan y permiten que muchos tengan acceso a ellos. La falta de diálogo, conlleva a la agresión, la desinformación, la crispación. Cuando uno lee a Maimónides y a Santo Tomas de Aquino, dos filósofos casi contemporáneos, siempre empiezan poniéndose de acuerdo en el lugar del adversario para entenderlo, dialogan con las posturas del otro.

2. Sobre Dios

El hombre tiene que ser coherente con el mensaje que recibe de la Biblia: todo hombre es imagen de Dios, sea creyente o no. Siguiendo la línea de Maimónides, se puede decir lo que Dios no es, empero, no se puede asegurar lo que Dios es. Se pueden mencionar sus cualidades, sus atributos, sin embargo, de ninguna manera darle forma.

La experiencia espiritual del encuentro con Dios no es controlable; se siente que Él está, existe la certeza, pero no se puede controlarlo. El hombre está hecho para dominar la naturaleza, ese es su mandato divino. No obstante, con su Creador no puede hacerlo. Sigmund Freud, decía que necesitamos la idea de Dios por nuestra angustia existencial; Dios está más allá de toda lógica, el hombre solo tiene un conocimiento limitado de las cosas, Dios las conoce en su forma completa. Si tuviéramos el mismo conocimiento que Dios, seríamos dioses.

3. Sobre las religiones

La relación que cada hombre tiene con Dios es muy especial; la relación y el diálogo con Dios son peculiares, las experiencias individuales son diferentes, por eso son distintas las religiones. Cuando esas experiencias individuales se reúnen en torno de un denominador común, se forma una religión. En el caso del judaísmo, por ser una religión milenaria, se le debe interpretar en términos antiguos. En Roma se diferenciaba entre religión, nación y pueblo, en el judaísmo, los tres conceptos son indisolubles. Ser parte del pueblo judío significa aceptar su religión; por otra parte existe en el judaísmo el concepto elegido, que lleva a muchos a confusión. Hubo un encuentro entre Abraham y Dios, como resultado de éste ambos pactan y Abraham compromete a su futura cimiente con su cumplimiento. La esencia del pacto es que el pueblo mantenga una ética basada en los preceptos que Dios le iba a revelar, a fin de dar testimonio de su presencia en la realidad humana. Los judíos son el pueblo elegido por Dios para algo específico, en una elección que cada generación debe repactar con Él. Lamentablemente, los que odian a los judíos les endilgan que se consideran “una raza superior”. ¿Cómo puede ser que haya gente que habla mal de otra gente que practica otra religiosidad cuando ella es sincera o trata de acercar a los hombres de Dios? Los que se erigen en conocedores de la verdad absoluta, juzgando con displicencia las acciones de los demás, suelen practicar, con frecuencia, un credo ignominiosamente pagano.

Matar en nombre de Dios es ideologizar la experiencia religiosa. Cuando sucede esto, aparece la politiquería, y surge el endiosamiento del poder en nombre de Dios. Quienes lo hacen son personas que se autoerigen en Dios. En pleno siglo XX arrasaron con pueblos enteros porque se consideraban Dios. Los turcos lo hicieron con los armenios, el comunismo estalinista con los ucranianos, el nazismo con los judíos. Utilizaban un discurso de atributos divinos para matar hombres. En verdad es una manera sofisticada de matar por la autoestima exagerada.

Las religiones son dinámicas y para no anquilosarse deben estar permanente en contacto con el afuera. Lo que nunca cambia en una religión son los valores. Toda cultura en última instancia, nace sobre la base de la respuesta a tres preguntas:
Cómo concibe esa cultura a Dios, al hombre y a la naturaleza. El judaísmo dice que Dios es un ser eterno, que la máxima criatura creada por Dios es el hombre y que la naturaleza es la que creó a partir de la nada. Esto es lo peculiar del pensamiento judaico a diferencia del grecoromano, en el que había siempre una teogonía, una mitología religiosa, donde los dioses se peleaban y luego se introducen un poco en lo que pasa con los hombres. La novedad que trae el judaísmo es la creencia en un solo Dios, absolutamente espiritual. Después viene la revelación –como Dios se muestra al hombre y al pueblo de Israel, en particular- y mas tarde viene la Torá, un conjunto de principios del derecho que ya está escrito en forma muy genérica. No es un texto taxativo. Cuando alguien estudia el Talmud, lo que interpreta tal o cual rabino de los diferentes preceptos de la Torá. Por eso, en el judaísmo constantemente tiene que haber evolución y replanteos.

El contenido de una fe religiosa es susceptible de ser profundizado por el pensamiento humano, empero, cuando entra en coalición con la herencia es herejería; la herencia no se negocia. Dar respuestas con la herencia recibida a las nuevas cuestiones de hoy lleva tiempo y más cuando se tocan temas de conciencia; aquellos que buscan la voz de Dios, tienen que tomarse el tiempo necesario para ir encontrando las respuestas. También se corre el riesgo de que se mezclen otros intereses económicos, culturales, geopolíticos. Hay que saber distinguir.

El espacio para Crónicas Intrascendentes en el sitio de Enlace Judío es limitado; sin embargo, el diálogo entre el PF y AS no se ha agotado; espero tener la oportunidad de seguirlo en otra Crónica en el futuro próximo.

En este contexto, quiero mencionar que en la reseña que hice de los diálogos entrelacé sus puntos de vista sin especificar si el origen era del PF o de AS, aún que hasta cierto punto son claramente identificables; la idea fue recopilar pensamientos universales. Por otra parte, quizá el esfuerzo de síntesis de los diálogos no siempre se logró, lo atribuyo a que el espacio físico en Enlace tendría que ser muchísimo más amplio. Asimismo, recalco que los pensamientos del PF y de AS provienen de personas de fe, de aquí que algunos o muchos lectores no estén de acuerdo con ellos; la fe es un dogma que no necesariamente tiene una explicación racional.