NELLY HUSNY SMEKE

Los incendios provocados en el Estado de Israel son una muestra más del odio, el terrorismo y la maldad de aquellos que solo buscan la guerra y la muerte.

Ningún pueblo o nación podrá tener éxito y desarrollo si todo su esfuerzo y poderío económico, social, intelectual, tecnológico, religioso y demás se utiliza para destruir al “enemigo” en lugar de ser usado para forjar su propio desarrollo y futuro.

El odio palestino es causado entre otras cosas por la envidia, porque Israel construye exitosamente con amor, con entrega y dedicación, prospera y crece. Palestina se hunde cada vez más en su propio caos debido al odio inculcado generación tras generación, viviendo en un abismo y un círculo de terror del cual es difícil salir.

Culpando a Israel de lo que pasa o no pasa, de las carencias y demás, en lugar de analizar y aceptar culpas, eximiéndose de responsabilidades y encontrando chivos expiatorios para reclutar terroristas y ganarse la aprobación popular.

El pueblo de Israel se caracteriza por su unión, su hermandad y su amor. Su devoción y su entrega hacia el prójimo, hacia la vida misma, hacia Dios, respetando a toda su creación, a toda la tierra y sus habitantes.

Son características que, desgraciadamente, los palestinos carecen de ellas.

Como bien lo menciona Wafa Sultan en su libro “A God who hates”. El Islam es la fuente de todos los males del mundo musulmán.

Una sociedad que odia a sus mujeres, esos seres que precisamente tienen por naturaleza el privilegio de crear y traer vida al mundo, es una sociedad enferma, cruel y despiadada, Incapaz de crear amor y armonía en ningún ámbito.

Los musulmanes cuentan con el derecho, según el Corán, para maltratar a sus mujeres, hay daños y maltratos contra ellas en todo lugar y momento. Partiendo de esta idea, se pueden sacar muchas conclusiones que hoy en día explican el por qué de ciertos actos atroces.

Como bien lo cita la autora: “Los crímenes contra la humanidad en el mundo musulmán, comienzan desde la intimidad, dentro de las casas, donde se les permite maltratar a niños y mujeres porque la religión lo aprueba. Las enseñanzas del Corán han destruido tanto a hombres y mujeres, los han hecho incapaces de tener comportamientos humanos”…

…”Viven en un continuo lavado de cerebro, dentro de una comunidad enfermiza que enseña a odiar.

La glorificación de un dios asesino, un dios terrorista, un dios que no tiene respeto por la vida humana. “Allá Akbar”, no tiene misericordia ni valora a los seres humanos. “El islam construye o interpreta a un dios de acuerdo con su necesidades e intereses. Si este es un interés cruel, no importa, igual es un dios inhumano”…

Crean un dios y después permiten que este dios los moldee a ellos, los cree a ellos, lo moldean para que cubra y quepa en sus necesidades y expectativas, y después permiten que él los moldee para entrar en sus necesidades.

… “El dios del islam se creó en un mundo de árabes, lleno de miedo. Se crea en el desierto por una necesidad psicológica, crean un ogro inspirado en sus miedos para tener fuerza de superarlos y hacerle frente a todo”…

El dios del Islam tiene atributos negativos que le han otorgado sus creyentes para distinguirlo de los otros dioses. Ser vengativo, asesino y dañino. Por lo tanto, la autora asegura que este dios creo a su vez seres malos, vengativos y con intenciones de dañar en aras de su dios. Justifican su venganza a través de su dios vengativo.

A partir de estos conceptos ampliamente estudiados en dicho libro, se puede entender por qué los terroristas no tuvieron piedad alguna, no la han tenido, y pudieron incendiar con la intención de matar, de destruir y causar un daño permanente y perpetuo.

Miles de personas se han visto afectadas, evacuadas, se ha perdido mucho, sin embargo el pueblo de Israel no se deja vencer y destruir, el pueblo de Israel de las cenizas construye, de la pérdida y de la debilidad adquiere su fuerza. Miles de muestras de unión, hermandad y solidaridad se vieron ya, no sólo en Israel, sino en toda la diáspora, porque eso es la recompensa, eso es lo que Israel ha sembrado, por eso siempre Israel prosperará.

Am Israel Jay