LA MEIDELE
Todos los paisanos conocemos la situación… nos vamos de vacaciones a algún lado y de repente nos topamos con algún judío de otro lado del mundo. ¿Qué sucede? Obviamente nos volvemos cuates. Existen dos razones por las que pasan estas situaciones: La primera es por la hermandad y sentimiento de comunidad que tenemos los judíos en todo el mundo y la segunda (mucho menos cursi y más simpática) es que tenemos un “paisanómetro”. O sea, nos reconocemos unos a otros casi casi automáticamente.
Mentirían si dicen que nunca se han encontrado en las vacaciones en una situación en la que les pregunten en un restaurante, una alberca o una tienda “¿Are you jewish?”. Y automáticamente sonreímos y les contestamos ¡Sí! ¿Tú también?, ¿De dónde eres?… yo conozco gente paisana que vive allá ¿Los conoces? (la respuesta, el 99% de las veces es que sí.) Y ahí comienza el bonding y la conversación que siempre acaba en lo mismo, un intercambio de mails o Facebooks y una promesa de que la próxima vez que alguna vaya a la cuidad del otro se van a ver.
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Será que tengo una cara de paisana que no puedo con ella… pero hace unas semanas, en el elevador de una tienda, una señora paisana sesentona se puso a platicarme de la nada sobre sus compras para los regalos de Janucá de sus hijos y nueras, y a pedirme consejos sobre qué debería de hacer. No es broma, me sentí salida de un capítulo de Seinfield o algo por el estilo.
En otra ocasión nos vio un paisano israelí (zeide) a mi hermana y a mí en el bar de un hotel y automáticamente se volvió nuestro mejor amigo/consejero. El cuate nos empieza a hablar en hebreo de la nada (como si tuviéramos una estampa en la frente que diga “Hello I´m Jewish). Su “paisanómetro” estaba funcionando al 100%. Hasta acabamos prendiendo juntos las velas de Janucá ese año y nos invitó a quedarnos en su casa en Neve Tzedek cuando vayamos a la aretz.
Otro día, en la alberca de algún lado, mis papás conocieron a unos judíos de Canadá de los que se hicieron íntimos en menos de 2 minutos. ¿Cómo es que eligieron platicar con esa pareja en lugar de otra? La respuesta es fácil: Gracias al sexto sentido de los judíos o “paisanómetro”. Y aunque usted no lo pueda creer, llevan yendo a las 3 bar mitzvot de sus hijos a Toronto.
Nada como el lazo tan fuerte que existe entre los paisanos de todo el mundo, no sólo nos sabemos reconocer, nos sabemos apoyar, entender y querer. Platíquenme ¿a qué paisanos conocieron en estas vacaciones?