En el capítulo 25 del libro de Éxodo, Dios ordena la construcción del Mishkan, el Tabernáculo. Y en los versículos 31 al 40 del mismo capítulo, ordena la elaboración de un candelabro para el Mishkan, el cual debería estar labrado con martillo en oro puro, con siete brazos, uno al centro y tres a cada lado, decorados con copas en forma de flor de almendro, manzanas y flores.

MARCOS GOJMAN

La menorá, el candelabro de siete brazos es, sin duda, el símbolo judío más antiguo, inclusive más que el escudo de David, que es más reciente. No sólo es más antiguo, sino que también su diseño está especificado en la Torá, a diferencia del escudo de David que no se menciona en la Biblia.
En el capítulo 25 del libro de Éxodo, Dios ordena la construcción del Mishkan, el Tabernáculo. Y en los versículos 31 al 40 del mismo capítulo, ordena la elaboración de un candelabro para el Mishkan, el cual debería estar labrado con martillo en oro puro, con siete brazos, uno al centro y tres a cada lado, decorados con copas en forma de flor de almendro, manzanas y flores. El versículo 40 dice: “Mira que lo hagas según el diseño que te ha sido mostrado en el monte”. El capítulo 31 nos cuenta que Dios escogió a Bezalel, el hijo de Uri, de la tribu de Judah, para construir el Tabernáculo, incluida la menorá de siete brazos.

En el año 1000 AEC, el rey Salomón construyó el primer Templo en Jerusalem. Está escrito en el capítulo 7, 48:49 del libro de Reyes: “Salomón hizo todos los muebles que estaban en la casa del Señor,… y los candelabros, cinco del lado derecho y cinco del lado izquierdo, al frente del santuario, de oro.” Los candelabros permanecieron en el Templo hasta el año 586 AEC, cuando Nabucodonosor lo destruyó. Al reconstruirse el Templo 70 años después, una nueva menorá fue elaborada con el mismo diseño. En el año 70 EC, después de destruir el Segundo Templo, los soldados romanos se llevaron la menorá a Roma, tal como está plasmado en el arco de Tito.

La primera representación conocida de la menorá, es la que aparece en las monedas de Antígono Matatías II (40-37 AEC), el último de los Hasmoneos. Ida Huberman nos dice: Después de la destrucción del Templo, la menorá se convirtió en una figura central en el arte judío. El profesor Erwin Goodenough enumera al menos 182 ejemplos de candelabros de siete brazos entre sus hallazgos. La forma de la menorá fue representada en sinagogas en las puertas y portales, y fue incorporada en diseños en pisos de mosaico, lámparas de arcilla, copas de cristal y pulseras. La forma de la menorá también ha sido descubierta tallada en piedra. Su uso, como motivo decorativo, era igualmente prevalente tanto en Israel como en la Diáspora.

La menorá pronto se convirtió en una figura simple, a menudo esquemática, pero rica en significado, un símbolo que mantuvo su posición central en la tradición judía durante siglos, incluso hasta los tiempos modernos. Los judíos alemanes colocaban menorot en sus hogares, de la misma manera que los cristianos ponían cruces en los suyos. En el siglo XIX, con el despertar del nacionalismo judío, la menorá de siete brazos resurgió como símbolo sionista, y desde 1948 ha servido como emblema del Estado de Israel.

Un antiguo midrash afirma que: “tres cosas le presentaron dificultades a Moisés, hasta que el Santo Bendito mostró a Moisés con Su dedo: … la menorá”. Según otra tradición antigua, no Dios, sino el ángel Gabriel dibujó un cuadro para que Moisés pudiera ver en imagen lo que Dios estaba representando con palabras. Sin duda, la menorá fue diseñada por el Gran Arquitecto.

 

Bibliografía: Artículo de Ida Huberman, Encyclopaedia Judaica y otras fuentes.


Fuente: alreguelajat.com