HAIM YALIN

La Franja de Gaza bajo el control de Hamas es una zona devastada con habitantes desesperados. Los actores internacionales que han visitado la zona en los años posteriores a la “Operación Margen Protector”afirman que los residentes locales construyen sus vidas en torno a la disponibilidad de electricidad, que en días buenos está disponible en turnos de 8 horas. Todo lo demás depende de la buena voluntad de su gobierno. Las tasas de desempleo en la Franja están aumentando y la economía depende de la ayuda internacional que es constantemente utilizada para el terrorismo en lugar de restaurar la infraestructura de energía eléctrica, de empleo y de agua.

Otro problema son las restricciones de movimiento: los corredores entre Gaza y Rafah o entre Gaza e Israel a través del cruce fronterizo de Erez se cierran frecuentemente y pocas personas reciben permisos de entrada o salida. Los residentes de Gaza saben que es poco probable que puedan salir y, en el mejor de los casos, salen sólo por períodos cortos para tratamiento médico.

Desde que terminó la Operación Margen Protector en 2014, decenas de miles de millones de dólares han sido destinados a la restauración de las infraestructuras terroristas: operaciones de túneles, contrabando de armas. Nada de eso beneficia a los residentes. En lugar de aprovechar los fondos recaudados en todo el mundo para construir zonas industriales, crear empleos y restaurar la infraestructura, Hamas utiliza la mayor parte de los fondos para preparar su próxima campaña de terrorismo.

Hasta las recientes elecciones, Hamas estaba dividido en tres facciones, bajo un ambiente de tensión política, militar y exterior. La facción militar belicista ganó las elecciones internas y tomó el control de la facción política. Eso hace que el liderazgo de Gaza sea más radical que en el pasado.

Al mismo tiempo, la seguridad se ha deteriorado considerablemente tras los enfrentamientos entre Hamas y elementos salafistas conectados a grupos de apoyo a ISIS, al crimen organizado o a facciones formadas por antiguos miembros de Hamas que afirman que la organización es ahora demasiado liberal.

Hamas está tratando de contrarrestar a estas organizaciones aún más radicales, pero si colapsa, puede surgir una nueva realidad en la que ISIS tome el control e imponga su régimen cruel, similar al de Irak y Siria, que cambiaría la imagen de la Franja.

Los residentes de Gaza están desesperadamente cansados del liderazgo actual de Hamas. Se estima que si Hamas no comienza a mejorar las vidas de los residentes, su próxima campaña se centrará en la represión de un levantamiento de su propio pueblo. Ese conflicto casi seguramente se extenderá a Israel.

Con el fin de evitar el siguiente conflicto y como parte del concepto de seguridad del Estado de Israel, debe promoverse un memorándum de entendimiento con condiciones claras. Israel aceptará la construcción de un puerto, facilitará la transferencia de bienes, ayudará a rehabilitar Gaza y mejorar la vida de sus habitantes. A cambio, debe presionar para una desmilitarización total de la Franja de Gaza. El control de la fuerza militar de Hamas a cambio del desarrollo económico ayudaría a mejorar las vidas de los residentes de Gaza.

Puesto que Israel no negocia con una organización terrorista comprometida a nuestra destrucción, y puesto que Hamas se niega a dialogar con Israel, los países con intereses en esta región tendrán que dirigir el proceso. Egipto, que observa la creciente influencia de Irán en Gaza y entiende que en un futuro cercano buscará expandirse hacia el Sinaí, estará dispuesto a asumir esa responsabilidad, ya que también se beneficiará del proceso.

Si el memorándum de entendimiento falla o no puede ser acordado, Israel continuará usando toda la fuerza necesaria para proteger a nuestros ciudadanos y nuestra soberanía. Tenemos a nuestra disposición un gran poder militar y tecnológico en la lucha contra el terrorismo. Esa fuerza nos permitirá vencer a nuestros enemigos. No dudaremos en usarla, donde y cuando sea necesario, para protegernos y hacer frente a cualquier amenaza. Las organizaciones terroristas que han luchado contra Israel en el pasado comprenden la devastación que un conflicto militar con Israel causará a su infraestructura y sus recursos.

Gaza es una bomba de tiempo. Cada día que no nos ocupemos de ella volverá en forma de una campaña militar más feroz. Una política de múltiples retazos no es la solución; es momentánea y no más que eso.

Seguiremos defendiéndonos cuando sea necesario y nuestros enemigos no deben dudar de nuestra fortaleza o nuestra resolución, pero la única manera de resolver verdaderamente la amenaza en este frente es a través de una visión política. Un memorándum de entendimiento dará lugar a una seguridad a largo plazo para los israelíes, y especialmente para aquellos que viven en los alrededores de la Franja de Gaza.

Algunos seguirán alegando que el silencio a largo plazo sólo puede lograrse mediante el uso de una fuerza abrumadora en la Franja de Gaza. Pero a diferencia de las repetidas campañas militares, no ha habido ningún intento serio de llegar a un acuerdo político pragmático y limitado. Un liderazgo responsable debe establecer un camino claro y trabajar para proporcionar un futuro más seguro para los habitantes del Estado de Israel.

Haim Yalin es diputado de Yesh Atid y ex jefe del Consejo Regional Eshkol, que limita con la Franja de Gaza. Yalin lidera un comité de la Knesset dedicado a promover un memorándum de entendimiento entre Israel y la Franja de Gaza en el marco de una solución a largo plazo.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico