Enlace Judío México – Vamos a celebrar el 70º aniversario de la independencia de Israel. Se pueden reducir los presupuestos excesivos para los fuegos artificiales de lujo, y el dinero ahorrado de la quema en el viento debería dedicarse mejor al estudio de las lecciones del pasado.

MICHAEL LOBOVIKOV

Hablando de la ley polaca, que define cómo nombrar a los campos de exterminio nazis, no debemos olvidar el papel del resto del mundo en el Holocausto. Especialmente el papel de los aliados: Gran Bretaña, EE.UU., la URSS y otros países que sabían sobre el genocidio, pero no movieron un dedo para salvar a los seis millones

Algunos movieron el dedo, pero de una manera algo diferente, como los británicos, que deliberadamente cerraron la entrada a Eretz Israel a los refugiados judíos de Europa, dejándolo abierto a los árabes. Y  sabían exactamente lo que les estaba esperando a los judíos. Todos estos barcos con los judíos, deambulando por el mundo entre los países que no los dejaron entrar (incluido EE. UU.) no es menos un crimen contra la humanidad de lo que fue Babi Yar. La valiente Flota del Mar Negro de la URSS nunca se disculpó por el indefenso “Struma” con 768 refugiados judíos a bordo, hundido por un torpedo soviético.

Jabotinsky una vez dijo que “el mundo está dividido en dos tipos de naciones: los que quieren expulsar a los judíos y los que se niegan a aceptarlos”. Además de recordar a todos los organizadores y participantes del Holocausto, debemos enfrentar nuestro propio problema acerca de esta horrible tragedia nacional del Holocausto. La pregunta es cómo nosotros, nosotros mismos, permitimos que nos lo hicieran. Jabotinsky dijo: “Tenemos que dejar de ver en nuestra judería una carga pesada, y debemos aprender a apreciarla y respetarla”. Lo que significa: entenderla.

El Holocausto se hizo posible no porque los nazis y sus colaboradores (incluidos muchos polacos) simplemente nos estaban matando. Sucedió porque estábamos allí a su total disposición. Ésta es la razón. Nuestra eterna falta de voluntad para ver lo obvio y escuchar lo que se nos dijo alto y claro. No podemos decir “no sabíamos”. Hitler resultó ser un traidor “desleal” sólo para la URSS de Stalin. Sabíamos perfectamente que algo pasaría. Uri Zvi Grinberg publicó, ya en 1922, un poema profético, “En el Reino de la Cruz”, donde predijo las cámaras de gas, el horror del genocidio y la eliminación del pueblo judío.

El propio Jabotinsky pasó los últimos años antes de la guerra tratando de llegar a la mayor cantidad posible de comunidades judías de Polonia e instándolas a escapar.

En 1939, en una manifestación en Varsovia, dejó en claro:

“Lo peor es lo que veo en muchos, muchos judíos de Europa del Este: indiferencia, una especie de fatalismo completo. Las personas se comportan como si ya hubieran sido condenadas a muerte. Tal fatalismo indefenso nunca se vio en la historia…Parece como si pusieras a los hombres en una carreta -unos 12 millones- y los dejas cerca de un acantilado. El carro se dirige hacia la orilla del acantilado y la gente que está dentro, fuma, lee el periódico, reza, y nadie trata de tomar las riendas y mover la carreta. Como si todas las personas que están dentro del vehículo estuvieran bajo anestesia.

Este es mi último intento. Les hago un llamado ¡Despierten! Intenten detener la carreta, traten de saltar, de alguna manera atasquen sus ruedas, no se vayan como una manada al matadero! Cuando el lobo ataca a la segunda o tercera oveja en el rebaño,¡otras intentan escapar! ¡Y aquí, Señor, hay un gran cementerio!”.

Debemos dejar de ignorar las causas internas de la tragedia de los judíos europeos: el rechazo de la fea realidad y los inútiles debates sobre lo poco importante. Esto cuestiona nuestra capacidad para aprender lecciones y estar preparados para el futuro. Especialmente ahora, cuando finalmente tenemos nuestro propio estado, y nuestro destino está de muchas maneras en nuestras manos. Cuando tenemos una responsabilidad colectiva diferente, más grande, frente a los mismos viejos peligros. La historia de éxito del sionismo no es el aumento constante de los precios de las propiedades inmobiliarias de élite en Tel Aviv. Es nuestra capacidad de alcanzar un nuevo nivel de conciencia nacional colectiva, revelar nuestras ocultas capacidades y potenciales, y protegernos de errores fatales, a los que ya no tenemos derecho.

Nuestra mente notable, capaz de abarcar todo el universo -desde la astrofísica de agujeros negros y el cultivo de flores en el desierto- no sirve de nada si no puede reconocer los verdaderos objetivos de las pandillas “Falestinas” y los “pacíficos investigadores” iraníes. Y especialmente el peligro de los infiltrados domésticos, provenientes del New Israel Fund, sus sucursales y clientes.

Vamos a celebrar el 70º aniversario de la independencia. Se pueden reducir los presupuestos excesivos para los fuegos artificiales de lujo, y el dinero ahorrado de la quema en el viento debería dedicarse mejor al estudio de las lecciones del pasado. Y a elaborar los mejores mecanismos de protección nacional contra la propia superficialidad y la ceguera. La carreta de Jabotinsky todavía se está moviendo. Ahora es nuestro turno de sentarnos allí. O no.


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico