Enlace Judío México – El Coronel A, comandante adjunto del escuadrón Raam (Trueno) de la Fuerza Aérea Israelí durante el bombardeo del reactor nuclear de Siria en 2007, habla de la operación y de la dificultad de mantener el secreto. “Hasta el día de hoy, mi esposa no sabe”.

YOAV ZITUN

El piloto menciona los complejos preparativos y comparte sus sentimientos antes, durante y después de la operación.

“Los pilotos de la Fuerza Aérea están entrenados para cosas que deben mantenerse en secreto y no siempre es posible revelar todo”, dice. “No conocen el blanco ni el área. Se les dice que se planea una operción, y saben que no deben hacer preguntas innecesarias”.

¿Cuándo se eligieron los pilotos para participar en la operación?

“En un principio había varias opciones para la operación y por lo tanto no sabíamos exactamente cuál sería la disposición de las fuerzas, quién volaría y cuántos aviones participarían. En el momento en que las cosas empezaron a tomar forma, colocamos a las personas a las que entrenamos y la noche anterior realizamos un simulacro masivo idéntico a la operación”.

¿Fuiste detectado por el sistema antiaéreo sirio?

“Según los sistemas de alerta que tenemos en nuestros aviones, las defensas aéreas sirias no nos reconocieron”.

¿Estabas preocupado?

“Cuando vuelas en territorio sirio por la noche, el área más densamente protegida con defensas antiaéreas, supones que serás descubierto en algún momento. Pero nuestras habilidades son igual de buenas. Sabemos cómo evadir estos sistemas y cómo manipularlos”.

Hablamos un poco del ataque, del momento en que sueltas las bombas, antes de que alcancen sus blancos. ¿Qué pasa por tu cabeza en ese momento?

“El momento en que se disparan las bombas es el que esperamos. Por lo general, todo va bien. Nuestros aviones son buenos, nuestros sistemas de mantenimiento aseguran que no haya fallas técnicas. Volamos sobre el blanco, presionamos el botón rojo de disparo, sentimos el golpe al ala y sabemos que la bomba está en camino. Esperamos unos segundos hasta que los explosivos hacen impacto y vemos el gran logro”.

Escuadrón 253 antes del ataque (Foto: Unidad del Portavoz de las FDI)

¿Lo ves en los sistemas del avión o con tus propios ojos?

“Lo veo en los sistemas de observación y también puedo verlo con mis propios ojos. Al final, ocurre una gran explosión. En la oscuridad nocturna, la ves perfectamente con tus propios ojos”.

¿Qué sientes cuando cruzas la frontera del espacio aéreo sirio hacia Israel?

“Hay una sensación de gran satisfacción. Comprendemos que participamos en un logro histórico. Entendemos que fuimos parte de la operación en la que Israel borró una amenaza existencial. Hacia el aterrizaje, ya hay un cierto tipo de alivio, bromeas un poco en la cabina, hablas un poco sobre las preocupaciones que tenías antes, sobre lo que sucedió y las respuestas que practicamos”.

Después de atacar y destruir el reactor nuclear del enemigo, ¿cómo logras mantener todo en secreto?

“Es difícil guardar el secreto en tu propio hogar. Vives en el vecindario, escuchas que hubo una operación y todo tipo de cosas, pero también estamos entrenados para esto. Creo que hasta que mi esposa me reconozca en esta entrevista, no sabrá nada de lo sucedido”.

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