Enlace Judío México.- Israel estuvo detrás de la destrucción en 2007 de un reactor nuclear que se estaba construyendo en el noreste de Siria, el Censor Militar de las FDI ha autorizado su publicación.

ANNA AHRONHEIM

“Era una amenaza con la que no podíamos vivir”.

Hasta ahora, los medios israelíes se han visto impedidos de publicar detalles del descubrimiento del reactor y el proceso de la toma de decisiones que llevó a su destrucción, incluso cuando muchos de esos detalles fueron publicados en la prensa extranjera y en las memorias del ex presidente George W. Bush y el vicepresidente Dick Cheney.

El Mossad confirmó la existencia del reactor sirio en marzo de 2007, cuando la agencia obtuvo fotografías del reactor que se estaba construyendo en la provincia nororiental de Deir al-Zor, cerca del río Eufrates.

Las imágenes habían sido solicitadas por la Dirección de Inteligencia Militar de las Fuerzas de Defensa de Israel, que tenía sospechas de que Damasco estaba involucrado en una actividad nuclear perversa.

La inteligencia militar había visto cómo se construía la estructura durante las exploraciones rutinarias satelitales del país. Dado que era construido como un edificio normal, no quedaba inmediatamente claro cuál era la estructura. El entonces jefe de la inteligencia militar Brigadier General Amos Yadlin convenció al jefe del Mossad, Meir Dagan, que enviara agentes a fin de obtener información adicional y concluyente.

Según Amir Peretz, ministro de Defensa en ese momento, “Teníamos la inteligencia pero luego vinieron los dilemas“, tanto militares como diplomáticos.

En una entrevista con The Jerusalem Post, Peretz explicó que en abril de 2007, convocó su primera reunión sobre la instalación con altos funcionarios israelíes, durante la cual tomó la decisión de preparar todas las opciones para destruir la instalación.

En los meses que siguieron, el primer ministro Ehud Olmert se embarcó en una ofensiva diplomática para lograr que Bush atacara el reactor. En julio de 2007, después que Bush decidiera no atacar, Olmert convocó a su gabinete de seguridad, que finalmente concluyó que el reactor debía ser destruido.

Antes (izq.) y después (der.) reactor nuclear sirio

Era una amenaza con la que no podíamos vivir”, dijo un miembro del gabinete de seguridad en ese momento al Post. “Siria con armas nucleares habría planteado una amenaza existencial para el Estado de Israel“.

Algunas fuentes han sugerido que Olmert quería para llevar a cabo el ataque lo más rápido posible, pero que una vez Peretz perdió la dirección del Partido Laborista y su posición como ministro de Defensa en favor de Ehud Barak, los planes para destruir la instalación se retrasaron. Dicen que la Segunda Guerra del Líbano de 2006 estaba siempre presente en la sala y que Barak simplemente esperaba el informe final de la Comisión Winograd sobre la guerra para llevar a la renuncia de Olmert y permitir que Barak recibiera todo el crédito por el ataque.

Mientras tanto, Fox News solicitó información del Pentágono sobre el reactor en virtud de la Ley de Libertad de Información de los EE.UU. Israel fue informado de la solicitud. Ante el temor de que una fuga a los medios de comunicación llevaría a comprometer la operación, el gabinete de seguridad deliberó sobre el ataque por última vez el 5 de septiembre. Según la revista The New Yorker, todos los ministros votaron a favor, con la excepción del ministro de Seguridad Pública, Avi Dichter que se abstuvo

Después de la reunión, Olmert, Barak y la entonces ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni recibieron luz verde para decidir las características finales del ataque. Luego se retiraron a una sala lateral donde el jefe Estado Mayor de las FDI, Gabi Ashkenazi, recomendó llevarlo a cabo esa noche.

Poco antes de la medianoche del 5 de septiembre de 2007, cuatro F-15 y cuatro F-16 despegaron hacia las instalaciones de al-Kibar. Los aviones entraron en el espacio aéreo sirio a través de Turquía, y en algún momento entre las 12:40 y las 12:53 a.m., los pilotos pronunciaron la palabra en clave de la operación, “Arizona”, señalando que unas 17 toneladas de bombas fueron lanzadas sobre la instalación y que había sido destruida.

Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico