Enlace Judío México.- Mañana se cumplirán 80 años de la apertura de la fábrica del emblemático vehículo de Volkswagen, testigo del paso del tiempo en todo el mundo.

CLAUDIA CASTRO

Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos subido a un Vocho, pero ¿sabías que su creación se debe al dictador alemán Adolfo Hitler?

En 1934, éste le encargó al ingeniero Ferdinand Porsche el diseño de un vehículo que fuera económico, simple y confiable para el pueblo alemán, el cual sirviera para transportar a dos adultos y tres niños, a una velocidad de hasta 99.77 kilómetros por hora por las autopistas alemanas.

Ocho décadas después, estos autos continúan circulando por calles y avenidas de México y el mundo, siendo uno de los vehículos de mayor producción, de los preferidos por décadas y el más popular a pesar del paso del tiempo.

El también conocido como “escarabajo”, por su aspecto, serviría a Hitler como un medio para la propaganda nazi a través de Volksradio, el programa de autopistas, y el Volksauto, que daría la movilidad necesaria para el país.

LOS INICIOS

Con la llegada del conflicto bélico, Ferdinand Porsche se dedicó a producir diseños para armamento militar y de vehículos que tomaron la base del KDF-Wagen, como el Kommanderwagen, el Schwimmwagen (un vehículo anfibio) y el Kubelwagen (que años más tarde evolucionaría para convertirse en el Tipo 181 o Safari, como lo conocemos en México).

Al final de la guerra, el sueño de Porsche parecía menos factible que nunca. La división de Alemania en la posguerra, en zonas políticas separadas, había situado la fábrica Fallersleben bajo control británico; además, sin piezas ni materias primas, la fabricación de coches era extremadamente difícil.

Sin embargo, fue gracias a la inventiva y tenacidad de los oficiales británicos que Wolfsburg sobrevivió al tiempo inmediato de la posguerra.

Porsche comenzó a trabajar con unos 233 mil marcos alemanes en la construcción de sus prototipos y pidió que se le diera un año para construirlos, pero los altos jerarcas germanos fueron tajantes: sólo tenía diez meses. Además, el precio tentativo de venta de mil 550 marcos fue reducido a sólo 900.

Tras diversos prototipos y de interminables pruebas, el auto estaba listo para ser fabricado en serie. Cuando llegó el momento de sentarse y marcar las condiciones para que se llevara a cabo la fabricación en serie del auto, Hitler hizo un cálculo estimado y opinó que la salida más económica sería construir su propia fábrica.

Luego de mucho meditarlo, el Führer se decidió por el pueblo de Fallersleben, situado a orillas del canal de Mittelland.

SU LLEGADA A MÉXICO

La primera etapa de Volkswagen en México se inició en el año de 1954 y terminó en 1963. Al principio sólo se importaban automóviles completos, más tarde tuvieron que ensamblar los vehículos en México y finalmente, en 1964, comenzó la fase de producción.

Dado el éxito en ventas del “Vocho” en Estados Unidos y Brasil, en 1954 el príncipe Alfonso von Hohenlohe abrió el primer punto comercial VW en la ciudad de México con el nombre de “Distribuidora Volkswagen Central”.

Más tarde, confiando en la posibilidad de comercializarlos en otros estados inauguró nuevos puntos de venta en Puebla, Torreón y Monterrey; en 1963 ya se contaba con casi cuarenta distribuidoras.

El 7 de mayo de 1962 se fundó una planta propia de ensamblaje, Promexa, la cual recibió por parte del gobierno mexicano una licencia de montaje para el Sedán. Posteriormente el 15 de enero de 1964 se crea formalmente la empresa Volkswagen de México, cuyas primeras instalaciones estaban ubicadas en Xalostoc. No pasaría mucho tiempo para que la demanda del auto provocara que la producción se mudara a Puebla.

En el país como en otras partes del mundo, el “escarabajo” tuvo un éxito espectacular por ser económico, fácil de reparar y divertido, características que lo hicieron el preferido de los taxistas.

Sin embargo, a inicios de los años 2000, las ventas ya no eran como antes y el miércoles 30 de julio de 2003 el último Sedán fabricado en el mundo salió de la línea de producción de Volkswagen de México, en su planta de Puebla, en el marco de un evento lleno de nostalgia.

Unos días después, la última unidad de este exitoso modelo realizó su último viaje, cruzando el océano Atlántico hacia Wolfsburg, Alemania, donde ocupa un lugar de honor en el Auto Museo de la casa matriz de VW.

 

 

Fuente:excelsior.com.mx