Enlace Judío México.- Este mundo nuestro está enloquecido, lograr insertarse en él no es tarea fácil, más bien se trata de labor de titanes. Ello queda de manifiesto en la novela “Vivir la vida” de la escritora judeo-mexicana Sara Sefchovich, que rescató de las estanterías de la biblioteca, puesto que fue publicada en 2002.

PERLA SCHWARTZ PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Novela de corte picaresco desde su arranque, ella permanece con el vestido de novia puesto durante 72 horas, esperando una noche de pasión que nunca llega, posteriormente la protagonista sufrirá más de un revés pero se mantendrá en pie por sus ganas de vivir.

En momentos, la alegría se asoma por sus nublados días, ama y odia con gran entrega, no sabe darse a medias, todo o nada es su lema existencial. Para sobrevivir una temporada se emplea como recamarera de un hotel y encuentra un tesoro en monedas de oro que cambia su derrotero.

Mil aventuras son las que vive la heroína de Sefchovich, quien a su manera puede decir que el aquí y ahora es lo fundamental de la existencia humana.

Aunque se achicopale nunca se dejará vencer, puesto que es sumamente tesonera:

“La religión me abrió las puertas de un mundo desconocido. Me sentí tan bien de rezar, que empecé a ir todos los días a la iglesia y cada día pasaba más tiempo allí. De rodillas frente a la Virgen, vaciaba mi alma, pedía, agradecida. Diario me confesaba, diario comulgaba (…) Veinticuatro horas al día, durante dos semanas, fui con nuestra Señora de los Dolores, caminando por las calles, hombro con hombro con los peregrinos…”

Esta novela nos remite a que son esos pequeños detalles de la vida los que nos permiten anclarnos en nuestro entorno. Susana, la protagonista, nunca pierde su inocencia, está abierta a lo que venga, porque sabe que toda experiencia la va a nutrir y que más vale ser lluvia que limitarse a ver llover.

El optimismo preside sus días y sus horas. Está consciente que la vida es una especie de péndulo que va y viene y que por eso la mejor alternativa es adaptarse a las personas que nos rodean, lo mismo que a las ideas y los lugares.

“Vivir la vida” es una novela picaresca, que cuenta con un sutil humor negro que vuelve muy grata su lectura; una novela posmoderna de aventuras que atrapa al lector desde su inicio. Es asimismo un canto a la alegría y abrirse a lo que la vida nos depara día con día; en otras palabras, permitirse fluir y así gozar pese a la desventura. De toda vivencia es posible sacar una experiencia positiva.