Enlace Judío México.- El Archivo General de la Nación (AGN) resguarda las fichas de migración de cientos de ciudadanos de origen judío a los que se les otorgó asilo político durante la Segunda Guerra Mundial. Se pueden localizar en la Galería Cinco que alberga el Departamento de Migración, bajo el rubro de “Apátridas”, como se les llamó a los judíos europeos que no tenían documentos o nacionalidad.

JUAN ALBERTO CEDILLO EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Las fichas de migración están selladas con la leyenda: “admitido como asilado político”. Las personas que los quieran conocer los pueden localizar a través del sistema Guía General del AGN. En la Guía primero hay que seleccionar el apartado “Instituciones Gubernamentales época moderna y contemporánea”. Posteriormente “Administración Pública Federal Siglo XX” y de ahí seleccionar “Secretaría de Gobernación y luego Departamento de Migración”. La función de ese departamento era “registrar y expedir las formas, documentos y carnet migratorios a los extranjeros”.

El Registro Nacional de Extranjeros contiene los datos personales, firma del registrado, huellas digitales y fotografías. Además, asociaciones o sociedades a las cuales pertenecía; algunas contienen el lugar de procedencia y otros datos que se solicitaban para la expedición del registro

La sección de Apátridas contiene dos cajas. En ellas se pueden consultar los nombres de quienes lograron que el gobierno mexicano les diera refugio antes de la persecución de los nazi en Europa.

Demasiados pocos ante la gran cantidad de solicitudes que se hicieron ante diversos consulados y embajadas mexicanas en el continente europeo.

México recibe entre 1,800 y 2,200 refugiados judíos, por lo que entonces su política de puertas cerradas fue muy cerrada”, aseguró Daniela Gleizer en entrevista con este diario.

Daniela Gleizer es autora de uno de los más importantes libros para informarse y entender el exilio judío. También para comprender la negativa de gobierno mexicano a aceptar más solicitudes de los hebreos perseguidos por el Tercer Reich.

“El gobierno mexicano tuvo muchas dificultades, primero para darles una categoría a estos refugiados, no se hablaba de refugiados, se hablaba de inmigrantes, es decir, gente de la que se desconoce su calidad de perseguidos, no son vistos como gente que está en peligro ni gente que necesita asilo porque corre peligro, al principio no se entendía que sí se corría un peligro de muerte”, precisó Daniela.

Los funcionarios mexicanos desconocieron los verdaderos peligros que corrieron los judíos debido a que su embajador, agregados militares y algunos diplomáticos asignados a la embajada de Berlín eran furibundos simpatizantes de Hitler. Incluso algunos de ellos colaboraron con las actividades que realizaron los espías del Tercer Reich en México.

El Embajador en Berlín, el general Juan Francisco Azcárate, el agregado militar, el General Francisco Javier Aguilar González y oficiales como Roberto Trauwitz Amezaga, estuvieron relacionados con actividades del espionaje nazi.

Los informes que mandó el embajador Azcárate a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) no informaron sobre el rechazo o la persecución contra los judíos y en cambio sí exaltaron las hazañas de los ejércitos del Tercer Reich.

Los reportes de Azcárate a la SRE se centran principalmente en los acuerdos económicos que se realizan con la Alemania de Adolfo Hitler, ya que México acordó con el Führer el envío de petróleo a cambio de ayuda económica. En cambio sí informaron sobre los logros y las rápidas victorias de la maquinaria de guerra Hitler.

Incluso los avances militares del ejército Alemán llegaron a los principales generales del ejército mexicano a través de diversos folletos. Los informes destacaron la marcialidad de la Wehrmacht en sus desfiles, sus llamativos uniformes negros, armamento y novedosas estrategias militares.

Reportes parciales que convirtieron a muchos generales, incluyendo al Presidente Manuel Ávila Camacho, en admiradores del ejército alemán.

Los informes minimizaron la cuestión política y en cambio sí alabaron la maquinaria militar del Tercer Reich.

El desconocimiento en México sobre las persecuciones contra los judíos colaboró a la negativa de aceptarlos como exiliados políticos.

Sin duda que si el gobierno mexicano hubiera sido informado de que los nazis estaban masacrando a los judíos, sobre todo a partir de la llamada “Solución Final”, no hubiese negado visas o el exilio que le solicitaron a México.

 

 

 

 

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