Enlace Judío México – En artículos anteriores (¿Cómo es que el pan de la esclavitud se convierte en el pan de la libertad?) hemos hablado sobre la prohibición de comer jametz (pan leudado) en Pesaj (Pascua) y los múltiples significados que dicha acción toma a lo largo de la festividad. También hemos hablado sobre la obligación de anular el jametz de nuestras casas y la limpieza que se debe realizar en los 30 días previos a la fiesta. A continuación explicamos en qué consisten dichos mandatos y cuál es su origen en la Torá y los rabinos. Esperemos les guste

Esencia de la Prohibición

La prohibición que existe en Pesaj con respecto al consumo de jametz (pan leudado) no sólo se extiende a ingerir este tipo de pan, también está prohibido tanto por la Torá como por los rabinos poseerlo. En cuanto a la prohibición de la Torá basta con que la persona anule en su corazón y verbalmente todo jametz que esté bajo su posesión. ¿Qué quiere decir eso? Que la persona debe considerar que el pan, las galletas o los granos que tenga, etc., “como si fuera polvo de la tierra” que no tiene valor y no le pertenece. No sólo debe poner este pensamiento en su corazón, aparte está obligado a expresarlo verbalmente frente a D-os. Toda persona que hace esto en la víspera de Pesaj cumplió con la prohibición toraica de no tener jametz. Sin embargo, no ha cumplido aún con las prohibiciones rabínicas, es decir con las prohibiciones que están registradas en el Talmud y fueron instituidas por el Sanedrín desde tiempos inmemorables.

Para cumplir cabalmente con la prohibición de “no poseer jametz durante Pesaj” la persona tiene que sacar el jametz de su casa y limpiar los espacios donde podría haber migajas del mismo. Con ello cumple con las mitzvot rabínicas de bedika (revisión) y bitul (eliminar). Estas mitzvot fueron declaradas por los rabinos como una medida preventiva, lo que se busca es evitar que una persona por un descuido o por deseo rompa la mitzvá toraica de comer jametz; por ejemplo que dormido tome un poco de jametz sin darse cuenta de lo que hace, que alguien mueva el jametz de lugar y se mezcle accidentalmente con la comida limpia. Otra razón por la cual lo instituyeron es que al ver el jametz la persona lo puede llegar a desear y en el momento en que lo desea, ese jametz particular deja de estar anulado de su mente y la persona adquiere posesión del mismo; aunque sea instantáneamente trasgrede la mitzvá toraica. Otr

La segunda razón por la que dicha mitzvá se instituyó es que la persona puede ser insincera al anular verbalmente el jametz si todavía lo tienen consigo; por lo mismo no está cumpliendo con la mitzvá toraica. Por eso es necesario sacar de la casa y deshacerse de todo el jametz que sea comestible y en ello radica la limpieza de Pesaj que empieza treinta días antes de la fecha esperada. Todo judío está obligada a hacerla incluso si deja su casa antes de que empieza la festividad misma. Sólo alguien que sale de su casa antes de los treinta días (antes de Purim) y no regresa a ella hasta que haya acabado Pesaj puede librarse de limpiar su casa de jametz, sin embargo, está obligado a anular el jametz que tenga y a realizar la limpieza de la casa donde vaya a estar durante todo lo que dura la festividad. A continuación ¿cómo hacerla?

Mitzvá de bitul. ¿Qué es lo que debemos eliminar?

Debemos eliminar de nuestras propiedades todo el jametz que sea comestible hasta para un perro. Es decir toda la comida que este en buenas condiciones, o que este incluso un poco sucia debemos sacarla de la casa, sin importar las cantidades; así sean unas migaja o una caja entera de pan. Sin embargo, si el jametz está tan deteriorado o podrido que ni siquiera un perro sería capaz de comérselo, el dueño no tiene la obligación de deshacerse de él.

Mitzvá de bedika. ¿Dónde debemos revisar?

Uno tiene la obligación de revisar y limpiar todas las áreas de la casa, muebles y objetos en donde podría haber jametz o que pudieran haber entrado en contacto con el jametz. Esto incluye el comedor, la sala, las recamaras o cualquier pieza donde se consume comida. De cada uno de los espacios uno debe revisar los closets y armarios donde pudiera haber guardado comida. Si uno tiene hijos pequeños o comúnmente hay niños en la casa uno está obligado a revisar todos los espacios aunque usualmente no haya jametz en ellos; ya que es muy común que los niños escondan jametz o lleven jametz a lugares poco comunes.

Además uno debe separar o limpiar exhaustivamente aquellos objetos que conmunmente están en contacto con el jametz, como libros de cocina, sidurim y birconim que se usen para bendecir el pan. Debe limpiar los pisos y alfombras, los inmuebles como sillas, mesas y bancos. Debe también lavar la ropa y revisar los bolsillos de abrigos, faldas, camisas y pantalones para verificar que no haya quedado jametz en ellos; al igual que lavar manteles e individuales. Debe limpiar los juguetes de los niños pequeños y cerciorarse que los objetos de limpieza como escobas, trapeadores y aspiradoras estén libres de jametz. Si uno no desea hacer una revisión tan exhaustiva como está planteado aquí puede simplemente juntar todas las cosas que no desea lavar y podría tener jametz en un cuarto, cerrarlo, apartarlo de la vista y vender las cosas a un vecino no judío que no tenga la obligación de celebrar la festividad y al cual pueda comprarlas de regreso una vez pasada la fiesta.

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