Enlace Judío México e Israel.- Uno de los mayores tesoros del pueblo judío es sin duda, la Torá, no en vano sigue vigente hasta nuestros días, podemos estudiarla diario, o leerla cada shabat o en cada festividad y siempre encontraremos nuevos aprendizajes.

MARGARETH MICHAN

¿Pero, en donde radica la grandeza de la Torá? ¿Por qué ha sobrevivido por siglos y sigue vigente? ¿Por qué se dice que más que el Pueblo judío ha cuidado de la Torá, la Torá ha cuidado al pueblo judío?

Para mí la maravilla de la Torá radica en que requiere interpretación, a qué me refiero con esto, si leemos la Torá como un libro literario o histórico perdemos el misterio que encierra y la profundidad que nos puede compartir, pero, si estudiamos la Torá con los parshanim (exegetas/interpretes) de cualquier época histórica y corriente ideológica, descubrimos los secretos que posee y que nos hablan sin importar el lugar o el tiempo en el que nos encontremos.

Según la tradición Dios le entrego la Torá Escrita (Pentateuco) y la Torá Oral a Moshé en el Monte Sinaí, fueron varios siglos después que ambas se escribieron. La Torá escrita es la que leemos cada lunes, jueves, Shabat y Rosh Jodesh en el Templo, son los cinco libros y fueron dictados por Dios a Moshé, pero también las reglas de interpretación y formas de entendimiento fueron compartidas en ese mismo momento; la Torá Oral, de tal manera que desde el inicio la Torá estaba destinada a ser interpretada: una Torá Dual.

No fue sino hasta el siglo II de nuestra era que Rabi Yehuda Hanasi compila los conocimientos de la Torá Oral y los organiza en seis tratados de la Mishná, y tres siglos después los amoraim escriben la Guemará; Mishná y Guemará conforman el Talmud que se siguió y se sigue estudiando y enriqueciendo hasta nuestros días y se considera la interpretación de la Torá escrita.

Esta larga historia de enriquecimiento de las enseñanzas e interpretaciones me lleva a la conclusión de que solamente un texto divino puede tener la sabiduría y profundidad para que perdure tanto tiempo.

En este mes de grandes festividades, vuelvo a admirarme de las mitzvot de la Torá que nos piden hacer un alto en nuestras vidas, un balance de lo que hemos hecho, una profunda introspección interna y externa llevándonos a reflexionar de quiénes somos y qué queremos, de pedir perdón y arrepentirnos porque tenemos la oportunidad de volver a comenzar si Dios nos regala un año más de vida.

La vida misma es como la Torá Oral y la Torá escrita, podemos ser literales y superficiales en la lectura de nuestra propia vida y perder la interpretación y aprendizaje del entendimiento que da la profundidad; porque estoy segura que hay más allá de lo que nos pasa día a día; que la cotidianidad esconde mucho detrás que debemos aprender a ver e interpretar.

Shaná Tová y Jatimá Tová