La Corte Suprema autoriza a Israel a deportar al director de Human Rights Watch Shakir por fomentar el BDS

Enlace Judío México e Israel.- Human Rights Watch está considerando apelar el veredicto de tres jueces a un panel judicial más grande. Si no se presenta una apelación, se podría pedir a Shakir que abandone el país dentro de los 20 días.

TOVAH LAZAROFF, ROSSELLA TERCATIN

En un fallo histórico anti-BDS, el Tribunal Superior de Justicia ha allanado el camino para que Israel deporte al director local de Human Rights Watch, Omar Shakir, después de determinar que había apoyado la actividad de boicot que deslegitimaba a Israel.

Human Rights Watch está considerando una apelación a un panel judicial más grande del veredicto por tres jueces. Si no se presenta una apelación, se le podría pedir a Shakir que abandone el país dentro de los 20 días.

El fallo es una victoria para aquellos que sostienen que los defensores del Movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones están actuando contra el estado y no están involucrados en críticas legítimas de Israel. Los opositores lo ven como parte de un movimiento para reprimir la defensa de los derechos humanos en Israel.

Shakir, quien es ciudadano estadounidense y necesita una visa para estar en Israel, tuiteó de inmediato que si se confirma la decisión del Tribunal Superior, Israel “se unirá a las filas de Irán, Corea del Norte y Egipto para bloquear el acceso del funcionario @hrw. No nos detendremos Y no seremos los últimos”.

Más tarde le dijo a The Jerusalem Post que el fallo fue “bastante escalofriante” y juró impugnar el fallo durante los próximos 20 días.

“Lucharemos hasta el último minuto, no solo por mi capacidad de permanecer, sino también por el trabajo de derechos humanos [en general]. Estamos considerando solicitar una audiencia ante un panel de jueces más grande ”, dijo Shakir.

Finalmente, agregó, la pelota está en manos del gobierno, porque tiene la capacidad de bloquear su deportación.

Esta es una interpretación dramática “que tendrá ramificaciones no solo para la defensa de los derechos humanos y para los grupos de derechos humanos“, sino para los estudiantes que deseen estudiar en Israel y otros que necesitan ser publicados aquí, incluidos sus cónyuges, dijo.

El Ministro de Asuntos Estratégicos y diputado del Likud Guilad Erdan expresó su satisfacción por el veredicto que confirmaba los derechos de Israel de negar visas a extranjeros por actividades de boicot contra Israel.

“Aplaudo la decisión de la Corte Suprema que aceptó mi ministerio y la posición del ministro del Interior de que no se debe otorgar una visa de trabajo a un activista de boicot extranjero que quiere dañar a Israel y sus ciudadanos“, dijo en un comunicado.

“Omar Shakir es un activista del BDS que aprovechó su estadía en Israel para dañarlo, algo que ningún país en su sano juicio permitiría. Israel ve una gran importancia en las actividades de organizaciones de derechos humanos reales, otorgando cientos de visas cada año a activistas de derechos humanos. HRW puede nombrar a otro representante en Israel en lugar de Shakir si así lo decide”, agregó.

Erdan y el ministro del Interior, Arye Deri, habían argumentado ante el tribunal que, de acuerdo con la enmienda a la Ley de Entrada a Israel de 2017, la estadía de Shakir en Israel no debería aprobarse a la luz de sus actividades.

Shakir había impugnado el argumento del gobierno de que sus declaraciones anteriores a favor de Palestina constituían un respaldo actual para los boicots contra Israel.

En junio, el tribunal congeló una orden de deportación emitida por un tribunal inferior en abril. Pero el martes dijo que la deportación podría proceder.

“No solo hubo apoyo sistemático [de Shakir] para el BDS que continuó tras comenzar su trabajo para la organización [HRW], su conducta en torno a la FIFA, así como sus repetidos llamamientos para boicotear los activos israelíes en la región, se basa en una negación radical de la legitimidad de las comunidades israelíes en Judea y Samaria”, decía el fallo de la Corte.

“En estas circunstancias, no hay razón para intervenir en el fallo anterior. Este es un caso en el que se promovió un boicot solo debido a una afinidad por el área [Israel] ─ en oposición a su conducta. Por lo tanto, la decisión del ministro no va más allá de los límites de su autoridad“, agregó.

El abogado de la ONG Monitor Maurice Hirsch, cuya organización ha respaldado a los ministerios en el proceso, dijo que el veredicto era una “expresión importante de la democracia israelí“.

“El Tribunal confirma que, mientras estuvo en Israel, Shakir pasó su tiempo injustamente vilipendiando a Israel y promoviendo actividades de boicot, desinversión y sanciones“, dijo Hirsch. “A pesar de sus afirmaciones, el trabajo de Shakir tenía muy poco que ver con la protección de los derechos humanos“.

La presidenta del Centro Jurídico Shurat HaDin-Israel, la abogada Nitzana Darshan-Leitner, declaró después del fallo: “El Tribunal Superior dio por sentado que no hay derecho de entrada al país, y ciertamente no hay derecho a trabajar, ni siquiera el derecho para apelar al Tribunal Supremo en absoluto, para aquellos que trabajan para dañar al Estado de Israel y luchan por su destrucción“.

“Shakir es quien presionó a Airbnb para que elimine de la lista a las casas judías en los territorios [Judea y Samaria] e incluso se enorgulleció de que la plataforma de alojamiento cumpliera con sus dictados“, dijo Darshan-Leitner. “Ahora que el Tribunal Superior ha dictaminado que Omar Shakir está muy sesgado, HRW ahora ha perdido toda su credibilidad en el conflicto árabe-israelí. Deberían cerrar sus oficinas aquí y permanecer fuera de esta región”.

El grupo de izquierda B’Tselem dijo en respuesta: “Los esfuerzos para ocultar la ocupación y silenciar las críticas en su contra están destinados a fracasar“.

“La decisión refleja perfectamente el estado de cosas en la institución judicial más alta de Israel, no el estado de derecho, sino la propaganda legal al servicio de la ocupación“, dijo el director ejecutivo de B. Tselem, Hagai El-Ad. “En esencia, el fallo del HCJ otorga un sello legal de aprobación a la reducción del espacio ya limitado en Israel para oponerse a la ocupación. Durante décadas, este espacio es inexistente para los palestinos; ahora, disminuirá aún más para las partes interesadas internacionales; y pronto, también para los israelíes“.